Análisis

El control de la polución da oxígeno a Almeida y Lobato toma impulso con su bajada de impuestos

Los de Errejón han intentado desgastar al alcalde enfrentando su gestión con la de Colau: aunque la UE sancionó a ambas ciudades por la mala calidad del aire, Madrid ha remontado y Barcelona, no

MADRID, 02/01/2023.- El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, informó este lunes en la antesala del Pleno del Palacio de Cibeles sobre los datos de calidad del aire de Madrid en el año 2022.
MADRID, 02/01/2023.- El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, informó este lunes en la antesala del Pleno del Palacio de Cibeles sobre los datos de calidad del aire de Madrid en el año 2022.Chema MoyaAgencia EFE

No esperó ni dos días el alcalde de Madrid para anunciar en 2023 que cumple con la directiva europea de calidad del aire. José Luis Martínez-Almeidainauguraba la semana dejando clara cuál va a ser su estrategia de aquí a las elecciones municipales: sacar pecho de su gestión de la contaminación en la ciudad. Este ha sido su principal caballo de batalla durante la legislatura y el regidor se ha apresurado a escenificar que Madrid se ajusta por primera vez a la normativa, vigente desde 2008. Sabe que los buenos datos del último ejercicio duelen a derecha e izquierda y piensa aprovecharlos para incrementar la presión electoral sobre Vox y el bloque de izquierdas, muy críticos con su gestión medioambiental. Mientras los de Abascal se centran en lo que consideran el mantenimiento de las políticas de su antecesora, Manuela Carmena, los segundos ven insuficiente la gestión del consistorio en materia ecológica.

Alineados con las políticas de Ada Colau en Barcelona, los de Errejón han intentado desgastar al dirigente popular enfrentando la gestión de una y otro. No hay más que darse una vuelta por redes sociales para comprobar la campaña de desprestigio a Almeida. Sin embargo, aunque la UE sancionó a ambas ciudades por la mala calidad del aire, Madrid ha remontado y Barcelona, no.

Los datos dan oxígeno al alcalde, en horas bajas hasta esta semana.La negativa de Vox a apoyar los Presupuestos municipales para 2023 y las cuitas internas han pasado factura a su imagen. Los buenos indicadores de calidad del aire le sirven para armar una campaña que, además de mostrar su buena gestión, le permitan diseñar un discurso en clave nacional: la izquierda no tiene la bandera del ecologismo. Y para ello, la confrontación con Barcelona se lo pone fácil.

Madrid ha sustituido calderas de carbón, las flotas de autobuses están descarbonizadas, infinitas calles peatonalizas y Madrid 360 ha ampliado las medidas anticontaminación más allá del inicial distrito Centro de Carmena. De hecho, zonas como la Plaza Elíptica, que superaba los límites, se encuentran ahora por debajo. Por primera vez se ha cumplido con el protocolo europeo y no se han superado los límites de dióxido de carbono. Por el contrario, Barcelona volvió a superar el máximo de contaminación fijado por la UE y pocas horas después del anuncio de Almeida, Colau tuvo que activar dos días la alerta por contaminación en la ciudad.

«Madrid, por fin respira», es el eslogan elegido para la campaña de información que da el pistoletazo de salida a la carrera electoral del alcalde, o lo que es lo mismo: frente a las proclamas de la izquierda, medio ambiente de verdad, resumían eufóricos en su equipo el mismo día de hacerse oficial el lema. Ellos también respiran más tranquilos con la nueva ruta que creen servirá para exhibir el buen hacer del equipo municipal y elevar el discurso.

En clave electoral se ha movido también el secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato. Cuando el Gobierno anuncia una campaña para justificar ante los españoles la subida de impuestos, su candidato a la Comunidad de Madrid se hace «barón» y revela que si gobierna la región bajará los impuestos. Días de gloria los que ha vivido esta semana el líder socialista a cuenta de su planteamiento, a sabiendas de que su hasta ahora perfil bajo y redentor con Pedro Sánchez no le traía beneficio alguno.

Siguiendo la línea de presidentes autonómicos socialistas, el candidato madrileño ha preferido hacer de «outsider», desmarcarse de sus mayores y marcar perfil propio este 2023, consciente del descrédito de la marca Sánchez. Y no se ha quedado corto al plantear la rebaja del IRPF ni más ni menos que a aquellos que cobren por debajo de los 100.00 euros al año, la inmensa mayoría de los ciudadanos. El PP, que lleva más de dos décadas haciendo de la bajada de impuestos su seña de identidad en la región, ha logrado marcas electorales históricas en la Comunidad mientras los socialistas con su afán recaudatorio han descendido hasta el tercer puesto, por detrás de Más Madrid. Ahora Lobato apuesta por impuestos bajos para los madrileños, una medida que criticó a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso. «Este 2023 vamos sin complejos y con propuestas claras y solventes, como siempre. A partir de mayo, cuando gobernemos Madrid, bajaremos el IRPF al 95 por ciento de los madrileños», revelaba en su cuenta de Twitter mientras le recordaban sus palabras afeándole a la presidenta lo mismo que él ahora propone. «La solución para todo no puede ser bajar impuestos», dijo el año pasado.

El madrileño se tomaba un respiro tras la lluvia de zascas y su compañera, la candidata socialista al Ayuntamiento, Reyes Maroto, presumía del aumento de turistas en España. La todavía ministra de Industria informaba de los datos nacionales a través de un comunicado sin destacar los de la capital. La llegada de turistas extranjeros a la ciudad aumentó un 44 por ciento en noviembre de 2022 frente al año anterior. Su gasto creció un 67,7 por ciento pero Maroto hizo (otra vez) mutis por el foro.