Educación

Así ven los jóvenes madrileños la Unión Europea

25 alumnos del IES Las Musas acudieron al Parlamento Europeo el pasado mes de enero

Estudiantes del Instituto de Educación Secundaria Las Musas, que cursan la asignatura “Unión Europea”, han visitado recientemente las Instituciones Europeas para conocer de cerca las políticas europeas y como afectan a nuestro pais.
Estudiantes del Instituto de Educación Secundaria Las Musas, que cursan la asignatura “Unión Europea”, han visitado recientemente las Instituciones Europeas para conocer de cerca las políticas europeas y como afectan a nuestro pais.Alberto R. RoldánLa Razón

Por fuera, el IES Las Musas podría parecer como cualquier otro instituto de Madrid: Ladrillo rojo, un patio donde los alumnos salen a aprovechar unos minutos de sol… Pero al entrar el panorama es muy diferente. Las paredes han sido sustituidas por cristaleras que dejan ver los despachos y las aulas. Las banderas de los distintos países con los que el centro tiene convenios de colaboración e intercambio recorren los pasillos, y un punto de información sobre la Unión Europea ocupa la entrada principal. Esa es, de hecho, una de las muchas iniciativas que, dentro del programa Euroscola, ha nombrado a este centro –entre más de 100 de toda España– ‘Escuela Embajadora’. El premio: un viaje a Estrasburgo para 25 de los alumnos que cursan la asignatura de Unión Europea en el centro, el cual les permitió, la última semana de enero, debatir con otros 500 jóvenes europeos sobre los principales problemas que detectan en el continente. Lo que más les preocupa: el cambio climático.

Son jóvenes que han nacido ya en un entorno europeo, por lo que no conocen cada una de aquellas pequeñas conquistas que se fueron haciendo hasta lograr el espacio común: desde la moneda hasta el roaming y el uso de datos de internet, así como la libre circulación y comercio, son cosas que para ellos son habituales. “En los últimos años hemos podido comprobar que, de manera mejor o peor, la Unión Europea ha podido ir encontrando soluciones a los problemas que se le han ido presentando, pero creo que el cambio climático es la asignatura pendiente”, dice a LA RAZÓN Alexia Barbero, una de las alumnas de 4º de ESO que acudió al viaje a Estrasburgo, convencida de que este problema “nos está pisando los talones”. Sus compañeras María Pieravanti y Paula Moreno están de acuerdo con que el medio ambiente fue la preocupación más expresada por los jóvenes europeos. “Si conseguimos mejorar en esto, seguramente el resto de cosas vengan un poco rodadas”, confirma Pieravanti, a quien le gustaría dedicarse a la odontología, pero que reconoce que “no tenía nada claro cuál era el funcionamiento de la UE”, así que por eso cogió la asignatura. Pero, como ella, es consciente de que su entorno no conoce tampoco cómo son los mecanismos de la institución y hasta dónde llega su importancia en el día a día de los ciudadanos.

Su caso no es el único: la mayoría de sus compañeros señalan que escogieron esta asignatura de libre configuración porque “no teníamos ni idea” de cómo influía la UE en sus vidas. Pero, sobre todo, por recomendación de amigos o familiares que ya la habían cursado. Es el caso, por ejemplo, de Héctor Cuevas y Raúl Sánchez. A ambos les interesan las ciencias, pero también son conscientes de que hay que saber “cómo funciona el mundo en el que vivimos” para poder desenvolverse en él. “Muchos centros privados tienen esta asignatura, pero no es tan común en los públicos”, señala Teodoro Fernández, coordinador del proyecto y profesor de la misma. Comenzaron a impartirla en el curso 2019-2020, el año de la pandemia. “Todo aquello suscitó un debate muy importante a final de curso con el tema de Europa, si ayudaba o no, las vacunas…”, asegura. Y es que esta materia, si bien tiene un temario, también está abierta al diálogo a raíz de la celebración de días conmemorativos o eventos importantes, como es el caso de la pandemia.

“Sobre todo intentamos que sean conscientes de algo que estos chavales no ven, pero que está ahí: los derechos”, apunta José Expósito, director del centro. “Con la UE está garantizado un sistema de protección al ciudadano que en otros países muy cercanos es impensable, y eso es algo que se ha conseguido después de mucho esfuerzo para crear el mejor entorno para poder desarrollarnos como personas”, asevera, consciente de que, para estos jóvenes, Europa es sobre todo “una oportunidad”. “Eso no quiere decir que no seamos críticos con el sistema, o con cómo se gestionan muchas cosas”, añade Fernández, que identifica, además, que “hay un problema a corto plazo para la UE y es la desafección general que hay hacia lo político y, en especial, hacia una institución supranacional como esta”. En este sentido, tal como apunta el profesor, “no solo es que el entorno más cercano de estos jóvenes no conozca cómo funciona la UE, sino muchos ni siquiera votan porque lo ven como algo muy lejano, cuando, en realidad, es algo que tenemos cada día en nuestra vida”.

Para acercar aún más estos conceptos a los jóvenes el centro trae cada cierto tiempo a eurodiputados para que los alumnos puedan dialogar con ellos. El pasado mes de diciembre, por ejemplo, fue el turno de Pablo Arias Echeverría, del Partido Popular, y, dentro de unos días, les visitará Pilar del Castillo, del mismo grupo parlamentario. “Pero han venido de todos los partidos”, subraya Fernández. “Es muy representativo que los jóvenes vean cómo se puede mantener a flote un proyecto como este debatiendo desde la diferencia y, aún así, llegar a acuerdos”, explica. En esta línea, María Pieravanti señala que, si la UE “sigue estando unida, los problemas que van surgiendo pueden ir superándose”. La alumna afirma, de esta manera, que “es importante mantener ese cuidado para que no pasen cosas como las que vimos en el Brexit, y para eso el conocimiento es imprescindible”. Su compañera Alexia Barbero añade, además, que “es importante tener en cuenta que vivimos en un sistema en el que nos respaldamos los unos a otros en situaciones difíciles como la que acabamos de pasar con la pandemia, y eso es algo que tenemos que cuidar”.

Por otro lado, Barbero asegura que en la visita que han hecho a Estrasburgo se dieron cuenta lo fundamental que es el inglés para entenderse, pero que, a pesar de la barrera del idioma, consiguieron hacer amigos. “Es una oportunidad para descubrir que, aunque se tengan distintos puntos de vista, no te tienes que llevar mal con esa persona, y que los debates así pueden ser más interesantes”, asevera. Su compañera Paula Collazos le da la razón: “creo que lo más interesante es el hecho de ver cómo funciona un debate, porque muchas veces, al escuchar las ideas de otro, acabas reflexionando sobre tus propias posturas al verlas desde la perspectiva de otra persona”. Ella tiene las ideas muy claras, y sabe ya que quiere estudiar diseño de moda y tener su propia empresa. “Básicamente por eso cogí esta asignatura, porque un empresario tiene que saber cómo funciona el entorno económico en el que va a desenvolver su negocio”, explica.

Reconoce, además, que las visitas de los eurodiputados le han servido bastante en este sentido. Sobre todo, la de Pablo Arias. “Se me quedó grabado que un diputado de la UE nos contase que empezó en una hamburguesería que montó con su padre y acabó en el Parlamento Europeo”, relata. “Es un contraste brutal”, dice, “y el hecho de ver que alguien se puede construir a sí mismo de esa manera y que sus objetivos acaban siendo mucho más altos de lo que en un principio se pudiera plantear, es genial”. Desde el contacto con Arias, esta alumna pudo ver que ese tipo de cosas son posibles. Y ella, con la idea de ser diseñadora de moda, también puede tener “esa mentalidad de esforzarse y trabajar y que, además, desde instituciones públicas se puede tener apoyo, ayudas, y un mercado como el de la UE donde colocar los productos”.

Al preguntar a estos jóvenes por el futuro son capaces de ver más allá de su preocupación por el cambio climático. Eso sí, predicen que el desarrollo tecnológico no ha hecho más que empezar. “Creo que esto es apenas el comienzo, lo que tenemos ahora es muy poco en comparación con lo que tendremos mañana, con mucho avance de la Inteligencia Artificial”, se aventura Collazos, que advierte, además, que esto es algo que “puede ser aprovechado para mucho bien, pero que también habrá que controlar y legislar”. En cuanto a preocupaciones como las que podría suscitar la guerra de Ucrania, el también alumno Raúl Sánchez cree que “contar con una institución así” puede ser, en cierto sentido, una garantía de paz. “Los conflictos no se resolverían de la misma forma que, por ejemplo, conflictos como los que llevaron a las dos guerras mundiales del siglo pasado”, dice. Su compañero Alejandro Majado, por su parte, apunta que “los jóvenes ahora tenemos las mismas incertidumbres que las generaciones anteriores, que es básicamente qué hacer con nuestra vida, a qué dedicarnos…”. Pero, en un entorno más global, está tranquilo: “al final las personas siempre acabamos saliendo adelante”.