Alcaldes
Ana Belén Barbero: «Es importante el ahorro en los municipios y también la eficiencia energética»
Al frente del Consistorio desde hace más de 10 años, la alcaldesa de Colmenar del Arroyo explica los planes de futuro para el que consideran «el pueblo más bonito del mundo» y que, además, será cada vez más autosuficiente en cuestión energética
Ana Belén Barbero no solo es toda una veterana en política –«sarao» en el que lleva metida desde 1995–, también lo es en el estar a la cabeza del «pueblo más bonito del mundo». Convencida y orgullosa de esto, hace apenas unos meses le hacía llegar al mismísimo papa Francisco un grabado de la plaza Mayor de Colmenar del Arroyo, una pieza única que reflejaba el cariño de sus vecinos por el lugar en el que viven, y de una alcaldesa que lleva más de una década encadenando mayorías absolutas a base, únicamente, de «querer lo mejor para el municipio y trabajar por ello».
Ha encadenado varias legislaturas al frente del Ayuntamiento, pero lo cierto es que también ha tocado la política general.
Llevo siendo alcaldesa desde enero de 2010. Antes de eso fui teniente de alcalde, y, antes, trabajaba en el Ayuntamiento. Me he presentado también como suplente para el Senado, pero la realidad es que yo estoy encantada siendo alcaldesa. También hubo un tiempo en el que fui diputada de la Comunidad de Madrid, y la política general está bien, porque al final trabajas por la gente igual, pero en realidad a mí lo que me gusta es estar con los vecinos en el día a día. Siempre he pensado que, cuando uno se presenta a las elecciones, lo hace con un compromiso. Y, cuando estás en un municipio pequeño como es Colmenar del Arroyo, donde todo el mundo te conoce, donde el teléfono te suena a cualquier hora del día y por cualquier motivo, porque cada uno tiene sus propias prioridades, ese compromiso es, además, una responsabilidad con gente a la que conoces.
¿Cómo se vive esto en el día a día?
Como una exigencia. En mi caso, cada día tengo que demostrarle a los vecinos que el hecho de hayan apostado por mí y por mi grupo político -y es muy importante porque no se puede entender el proyecto si no es como parte de un equipo- va a tener una respuesta, que somos capaces de darles el municipio que esperan tener. Llevamos gobernando mucho tiempo, y cuando ves que la gente te sigue votando, que sigue apostando por ti y los que te acompañan en el día a día, es la mejor demostración de que el trabajo está bien hecho.
Sobre todo como ha ocurrido en las últimas elecciones, que han mejorado sus expectativas.
Así es. Cuando esto sucede, me parece que el sentido de la responsabilidad tiene que ser aún mayor. De hecho, cuando ganamos las últimas elecciones, en medio de toda la alegría que por supuesto teníamos, yo les decía a todo el grupo, ya que estábamos juntos en ese momento, que, más allá de la satisfacción por ver que el trabajo se reconoce y que por eso la gente está con nosotros, lo más importante que tenemos que tener claro ahora es que debemos tener una mayor responsabilidad frente a ellos, porque esperan de nosotros que sigamos trabajando como lo hemos hecho hasta ahora, y eso implica que nos tenemos que levantar con cada día convencidos de que hay que seguir por el mismo camino.
Tantos años al frente del Ayuntamiento le habrán dado para ver de todo.
¡De todo! Cosas buenas y malas. Ahora, con la DANA, por ejemplo, lo hemos tenido complicado. Los mayores siempre dicen que Colmenar está en la zona más baja del arroyo, y es verdad. Cada vez que llueve, se nota. Y más cuando son lluvias de estas características. Una cosa que se dice mucho también es que este pueblo estaba en otro sitio, pero que se tuvo que trasladar a esta zona por la peste durante la Edad Media, pero claro, estamos metidos en el arroyo. Ese domingo por la noche caía lo que no está escrito, y en cuanto el arroyo dice «ya no puedo más» el agua empieza a salir por todos lados. Se innundaron garajes, locales y el agua subió a algunas casas, pero, afortunadamente, no tenemos que lamentar ningún daño que no sea material.
Acaba de empezar una nueva legislatura. ¿Hay espacio para innovar con nuevos proyectos o esperan seguir con los ya iniciados?
Principalmente lo que intentamos es que la gente vea que seguimos aquí por un motivo, y esto pasa, por supuesto, por seguir aportando ideas y nuevos avances. Sobre todo lo que pretendemos es hacer de Colmenar del Arroyo un municipio que se que se mueva con los nuevos tiempos, por eso tenemos mucha implicación, por ejemplo, en las mejoras energéticas. Estamos trabajando para que tanto en los edificios municipales como en el alumbrado de la calle todo sea led, y ahora tenemos un proyecto para la instalación de placas solares en edificios municipales. Lo que buscamos ante todo es que el municipio sea cada vez más autosuficiente. Es importante que los pueblos tengan cada día menos gasto porque nunca se sabe lo que va a pasar, y ahí entra también, precisamente, la importancia del ahorro y la eficiencia energética. Esta es una forma de pensar en el futuro, en qué Colmenar queremos dejar. Y, por ello, queremos que todo lo que hagamos, presupuestemos y gastemos sea en beneficio posterior, que suponga un ahorro y que además sirva para construir un municipio mejor.
Conjugar esto en un municipio como Colmenar del Arroyo, con parte urbana y parte rural, no debe ser sencillo.
Estamos convencidos de que Colmenar del Arroyo es el pueblo más bonito del mundo, que además está cerca de Madrid, tiene buenas conexiones, buen sistema de transporte público... Y, a pesar de eso, sigue siendo un pueblo pequeño, porque rondamos los 2.000 habitantes. Hay de todo lo necesario, pero también la posibilidad de tener la paz y tranquilidad propias de un pueblo.
¿No le falta nada?
En realidad sí, y estamos trabajando para solucionarlo lo más rápidamente posible, aunque es difícil. Por desgracia, desde hace un tiempo necesitamos un cajero automático. Tuvimos banco, pero la sucursal cerró y, desde, entonces tenemos un serio problema, sobre todo para la gente que viene al pueblo y que no puede sacar dinero. Aunque nos ha costado muchísimo, ahora tenemos un autobús que viene dos veces al mes para que la gente haga los trámites o saque dinero, pero realmente esto no es una solución. Sí es cierto que he de decir que esta situación ha hecho que todos los comercios de Colmenar y todas las instituciones municipales funcionen ya con datáfono, así que se puede pagar con tarjeta en todas partes sin ningún problema. Pero, aún así, es una de las cosas en las que estamos trabajando desde el gobierno municipal y que tiene que salir como sea durante esta legislatura, también por la gente mayor o la que no puede desplazarse para ir a un cajero. Por otro lado, estamos luchando también para que se instale una línea de autobús nocturno desde Madrid. Las conexiones son muy buenas, y esto ayudaría a que la gente pueda ir a cenar, al teatro o salir por la ciudad y volver a casa por la noche. También estamos trabajando en las mejoras de transporte al hospital. Por nosotras -y digo nosotras porque en nuestra formación en el Ayuntamiento somos seis mujeres y dos hombres– no queda nada sin tocar ni problema sin resolver.
¿Qué tiene que ofrecer «el pueblo más bonito del mundo» al conjunto de la Comunidad de Madrid?
Todo lo bueno que tiene un pueblo y, sobre todo, mucha historia. Tenemos un arroyo que normalmente tiene poquita agua, aunque ahora con las lluvias tiene mucha. Pero ese poquito que tiene normalmente le da sentido, porque en él viven muchos patos. Se puede hacer una ruta preciosa entre encinares, o por una zona que recuerda al pasado minero que tuvimos. Tenemos calles tranquilas por las que pasear, tienen mucha historia, porque este pueblo fue fundado en el siglo XII. Hay molinos antiguos, rutas por las que ir en bicicleta o caminando, huertas que desde hace muchos años están en funcionamiento. También tenemos algo que todo el que pasa por el pueblo va a verlo, que es un fortín de la Guerra Civil, que está impoluto, porque no se utilizó. El pueblo es pequeño y somos pocos, pero realmente sorprende.
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