La semana

Ayuso rechaza la Ley de Vivienda de Sánchez pactada con “los gestores de zulos”

El Gobierno quiere que Madrid sea “zona tensionada” y la presidenta se niega. “No estoy para tensionar nada”, dice

La presidenta del PP de Madrid y de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, participa en un encuentro con los medios de comunicación en el Hotel Catalonia en Bilbao durante la campaña electoral en apoyo al candidato del Partido Popular del País Vasco a Lehendakari. CAMPAÑA ELECTORAL H.Bilbao / Europa Press 16/04/2024
Ayuso apoya al candidato del PP a lehendakari, Javier de Andrés, en un acto de campaña electoralH.BilbaoEuropa Press

La semana en la que el nuevo presidente de la Cámara de Cuentas madrileña, Joaquín Leguina, expresa su confianza en que la ideología no entre en el organismo, el PSOE aprieta las tuercas a su maquinaria contra de Ayuso. Las maniobras de Moncloa y Ferraz por debilitar a la presidenta madrileña y distraer el «caso Koldo» se han intensificado a cuenta del nombramiento del ex mandatario socialista.

El primer presidente de la Comunidad ha aterrizado en la institución confiando en que la «ideología no se meta en el funcionamiento de este órgano y poder ayudar a que funcione la Comunidad». Así lo explicó en los pasillos de la Asamblea donde fue elegido oficialmente presidente y donde los socialistas madrileños le dieron la espalda, una peineta a Ayuso en línea con las actuaciones de Ferraz, que le expedientó en 2021 al entender que había pedido el voto para la entonces candidata del PP a la reelección.

El secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, defendió que debería haber personas de «más nivel» para encargarse de la «fiscalización de las cuentas» de la Comunidad de Madrid y Leguina no tardó en contestarle: «Tengo un currículum que, si quieren se lo paso, pero va a tardar mucho en leérselo, bastante nutrido. Por no decir muy nutrido, porque tengo ya 82 años, no lo voy a ocultar».

El líder socialista se ha fajado en el pleno de la Cámara madrileña para intentar desprestigiar a la presidenta a cuenta de la investigación fiscal a su pareja. Lobato quiso aprovechar las medidas del Gobierno regional en Vivienda para atacar a Ayuso y utilizó el piso de su novio para ello.

La dirigente popular ha anunciado una ley que permitirá la transformación de edificios de oficinas en viviendas y suprimirá los planes especiales de infraestructuras para agilizar nuevos proyectos de pisos asequibles. La medida forma parte del paquete de iniciativas para dar respuesta al acceso a la vivienda, que incluirá también la ampliación de la oferta del alquiler. Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez pide a los propietarios que saquen sus pisos al mercado en medio de la selva de la «okupación» y la «inquiokupación», Ayuso avanza en la adjudicación de 1.912 nuevos pisos del Plan Vive de arrendamiento a precios inferiores al mercado. La presidenta insistió en que no aplicará la Ley de Vivienda estatal como pretenden imponer desde Moncloa y piden algunos municipios socialistas. La ministra Isabel Rodríguez ya dio a entender que podrían intervenir para declarar zonas tensionadas pese a que sólo las pueden solicitar las autonomías, como después aclaró.

La Ley de Vivienda establece que estas áreas deben ser solicitadas por las autonomías y que, una vez aprobadas por el Consejo de ministros, se podrán limitar los precios de los alquileres. «No estoy para tensionar nada», ha dicho esta semana Ayuso. «Lo único que hace es multiplicar el piso turístico porque a los propietarios les da pavor poner su vivienda en alquiler», ha explicado. Durante el pleno de esta semana, aclaró que la única que ha aplicado la reforma del Gobierno de Sánchez es Cataluña y «se ha hundido en la oferta un 13 por ciento». Respondía así al portavoz socialista ante su insistencia en la aplicación de las zonas tensionadas en los municipios de Madrid que lo están pidiendo para «no perder más tiempo en la vivienda».

La dirigente popular ha viajado esta semana a Bilbao para apoyar al PP vasco y ha afeado al PSOE sus pactos con Bildu. En la sesión parlamentaria en la que anunció nuevas medidas en vivienda, Ayuso preguntó al PSOE si ya «no conocen a Bildu» ni conocen «a ETA», la semana en la que los socialistas han condenado las declaraciones del candidato de EH Bildu a lehendakari, Pello Otxandiano, quien evitó calificar a ETA como «banda terrorista». «Ustedes y sus socios, en lugar de ayudar a los españoles a los que se les ocupa una vivienda, han vuelto a retrasar en el Congreso de los Diputados una ley nacional que era fundamental», le espetó al socialista Juan Lobato, ironizando que su partido pacte con Bildu, «esos grandes gestores de soluciones habitacionales como los zulos, los problemas de la vivienda de todos los españoles».

La líder de confluencias de Sumar, Yolanda Díaz, ha tirado la toalla en su ensayo por sacar cabeza a costa de Isabel Díaz Ayuso y esta semana ha dejado el catastrófico dato de las listas de espera en España en manos de su ministra de Sanidad, Mónica García. La ex líder de la izquierda madrileña se refugió en el Gabinete de Pedro Sánchez tras el fracaso por alcanzar la presidencia de la Comunidad de Madrid a costa de las movilizaciones que azuzaba. Tanta pancarta en contra de Ayuso para terminar zafándose de los datos de su ministerio que echan por tierra el mantra de la izquierda contra la popular.

La ministra no ha sacado pecho del récord de espera en la sanidad pública española. Casi 850.000 aguardan para operarse en España, un dato sin precedentes. Desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno, el número de pacientes que aspira a ser operado ha aumentado un 45 por ciento y la demora media es de 128 días. En Madrid, 51. Ni García ni los miembros de su formación han aireado el dato en la sanidad madrileña, vilipendiada por ellos. Mutis por el foro.