Hito deportivo

Esta niña entrena en El Retiro y ha ganado el Campeonato de España de remo olímpico

Marina Manzanares se ha hecho con la victoria remando en los apenas 250 metros del estanque del parque

Marina Manzanares, remera @Gonzalo Pérez Mata
Marina Manzanares, remera@Gonzalo Pérez Mata Gonzalo Pérez Mata Fotógrafos

De nombre y apellido proféticos, Marina Manzanares es un portento del remo olímpico de 13 años. Empezó a entrenar cuando terminó lo peor de la pandemia porque no se veía jugando al baloncesto con mascarilla y, en apenas tres años, ha conseguido convertirse en campeona de España. Este logro, ya de por sí una proeza, adquiere tintes épicos cuando se atiende a sus condiciones. Marina entrena los 1.000 metros de la prueba en un cuarto de esa distancia, que es lo que mide la recta del estanque del Parque de El Retiro.

Cada día a las ocho de la mañana, esta niña pasa y repasa en solitario y en ayunas esos 250 metros. A las nueve y media termina y vuelve a casa para desayunar: un zumo de naranja, tostadas con pavo y tomate y, de vez en cuando, cola cao. Por las tardes, después del colegio, vuelve a la carga de 19:30 a 22:00. Haga frío, calor, llueva o truene, Marina se sube al bote que han bautizado con su nombre seis días a la semana.

Su sonrisa infantil desmiente unas hechuras de atleta más madura. Asegura que una de las personas que más admira del mundo es su entrenador, Óscar Sanz. El reconocimiento es mutuo. El encargado del Club de Remo Retiro 66 (por el año de su fundación) lleva más de medio siglo acudiendo cada día a este estanque madrileño y asegura que ha visto pocas como Marina. «Es un auténtico fenómeno. Alguien que entrena en un sitio tan reducido y logra lo que ella tiene todos mis respetos. Si sigue entrenando a este nivel puede llegar arriba del todo, hasta donde ella quiera. Incluidos los Juegos Olímpicos», asegura.

A su lado, la deportista ríe y dice que prefiere, de momento, «ir regata a regata». Se le ilumina la cara cuando habla de una disciplina que descubrió hace solo tres temporadas y que tanto la ha cambiado a todos los niveles. «He perdido 16 kilos para adaptarme a las necesidades de la competición y ahora estoy becada en un instituto para deportistas de alto rendimiento como yo. Nos lo ponen fácil para poder compaginar las dos cosas. Yo soy la única que se dedica al remo. Es verdad que en invierno se hace duro, cuando hace mucho, mucho frío y salgo de casa de noche. Pero rindo a tope, cumplo a rajatabla todo lo que me haya dicho mi entrenador. La primera hora estoy completamente sola, compito contra mí misma y es todo un pique. Ya estoy tan acostumbrada que cuando aparecen otros botes hasta me molestan», comenta.

A Marina el remo no le entró el primer día. «La verdad es que al principio me gustaba más montar los botes que salir al agua. Le tenía miedo al esquife porque me había caído alguna vez, me parecía inestable y complicado por lo fino que es. Luego ya te das cuenta de que es mejor y más cómodo porque vas sola y todo depende de ti, está en tus manos. La primera vez que competí en el Campeonato de España en 2021 quedé la penúltima», cuenta con humildad. Su entrenador, recuerda entre carcajadas, le decía que era «un diamante en bruto, pero más bruta que diamante».

Marina Manzanares, remera @Gonzalo Pérez Mata
Marina Manzanares, remera @Gonzalo Pérez Mata Gonzalo Pérez Mata Fotógrafos

Además del entreno en el agua, Marina está sometida a una rutina intensa que incluye carrera por el Retiro, cuesta de Moyano arriba y abajo hasta catorce veces. En esta modalidad deportiva está comprometido el 90 por ciento de los grupos musculares. Óscar apunta que, contrariamente a lo que la mayoría de la gente cree, «el remo es piernas en un 70 por ciento, cuentan mucho más que el tren superior. Los pies van fijos y el movimiento es como el de una sentadilla con peso, impulsa a todo el cuerpo». En su opinión, la alimentación también es fundamental y para ello está en contacto permanente con los padres de los atletas (entrena a una treintena), para asegurarse de que esa parcela está bien cubierta. Lo mismo ocurre con los estudios. «Le doy mucha importancia a que sean buenos alumnos en el instituto porque la disciplina en todos los ámbitos es fundamental para un deportista».

De la gesta del pasado mes de julio en la localidad de Castrelo de Miño (Orense), Marina Manzanares recuerda el comentario de un entrenador gallego que no daba crédito porque ella es única en su especie: «Decía que era imposible que alguien que remaba en 250 metros pudiera ganar el Campeonato de España». Lo cierto es que la atleta del Retiro ganó en la categoría infantil a niñas de catorce años. Y todo en cuatro minutos y seis segundos. «La verdad es que después de cómo había hecho la temporada pensaba que podía irme bien. Había ganado también en máquina de remo y me sentía preparada. Duró tres días, viernes por la tarde, sábado y domingo. Competimos una treintena de atletas», explica. Por el momento, la campeona del Retiro tiene previsto centrarse a tope en los estudios y el remo. Algún día le gustaría ser veterinaria. «Tengo que alternar la vida deportiva con la social y mis clases en el Instituto. En mi grupo de remo estamos unos doce atletas que también nos hemos hecho amigos y quedamos para hacer otras cosas».

Maestro y pupila comentan en alto los resultados del Mundial de Remo, que acaba de celebrarse en Belgrado (Serbia) del tres al diez de septiembre. La cosecha española ha logrado tres finalistas y cuatro plazas olímpicas fijas para los Juegos de París de 2024. Nuestro país acudió a esta cita con diez embarcaciones estándar y tres paralímpicas. Y pese a no defender las dos platas obtenidas el año pasado, logró una cifra de pasaportes olímpicos que no se repetía desde Atenas 2004.

Óscar está al pie del cañón de un embarcadero que abre todos los días del año, de enero a diciembre. Como entrenan fuera del horario de taquilla de las barcas, no se cruzan nunca con los turistas. «Sería imposible entrenar sin chocas, claro, porque vamos de espaldas», apunta Marina.

Él fue también una promesa del remo, pero tuvo que retirarse a los 17 años debido a una grave enfermedad. También ha superado dos cánceres. Desde hace 53 años, su vida está ligada a este mítico club del Parque de El Retiro. «La verdad es que hacer remo en Madrid es pura anécdota porque no se dan las condiciones apropiadas por el tema de las distancias. La recta de la Casa de Campo es incluso más corta que esta. Cuando entrenamos más largo algunas veces nos vamos al pantano del Vellón porque en el de Valmayor tampoco podemos ya. Se habla muy poco de este deporte para los buenos resultados que tienen nuestros atletas».