Educación

La danza se estrena en la educación como asignatura: «Es disciplina y cultura»

Cerca de 13.000 alumnos madrileños de 46 centros reciben ya esta formación con bailarines profesionales un día a la semana

Colegio Parque Eugenia de Montijo
Colegio Parque Eugenia de MontijoComunidad de Madrid

«Paso largo, largo, corto, corto, patada, abro y cierro». Un grupo de 22 alumnos de quinto de Primaria (10-11 años) del colegio Parque Eugenia de Montijo, en el distrito de Carabanchel, baila siguiendo la coreografía que les marca su profesor, Arturo Fajardo Cañizares, al son de Branle, una música popular escocesa en la que el movimiento principal es lateral y se baila en parejas o en grupos formando líneas o círculos. Antes, los alumnos han bailado danzas populares del País Vasco y Polonia. Todo ello en los 45 minutos que dura la clase de danza, la segunda que se realiza en este instituto, al igual que en otros 46 centros sostenidos con fondos públicos en los que estudian 13.000 alumnos y en los que la danza forma ya parte del currículo educativo desde hace siete días como una asignatura que se imparte una vez a la semana. Madrid es, precisamente, una Comunidad pionera en implantar una formación de estas características. «Queremos fomentar el conocimiento y la difusión del folclore y la cultura popular, la motricidad, la coordinación, el ritmo de los alumnos y los valores de la danza, a la par que combatir la obesidad, las adicciones digitales, el riesgo de depresión y descubrir nuevos talentos y vocaciones en esta disciplina», explica el consejero de Educación, Ciencias y Universidades, Emilio Viciana, tras escuchar a un grupo de alumnos interpretar el himno del colegio a modo de bienvenida.

«Lo que quiero introducir es, sobre todo, folclore, porque es el origen de todas las danzas. Los alumnos aprenden a sentir la música y eso les sirve para ser más rítmicos, más ágiles y ganar coordinación. Ahora los niños se mueven menos porque están más pegados a la tecnología y los juegos, pero la danza les permite ganar físico. La danza educa, es disciplina pura, cultura...», detalla el profesor, Arturo Fajardo.

Con solo 19 años, y tras haber finalizado sus estudios de Danza Española en el Real Conservatorio Profesional de Danza Marienma, ha formado parte del elenco de bailarines de musicales como «Grease», ahora tiene un papel en «Matilda» y ha formado parte del reparto de la película de Hombres G «Voy a pasármelo bien», además de participar en el programa televisivo Got Talent. «No se trata de que los alumnos aprendan un montón de pasos, sino de que escuchen la música, de que imaginen, de crear...También introduciré números de musicales, porque yo me dedico a esto. Pero si hay una cosa importante que quiero transmitir en este colegio es el conocimiento de la danza española, que los alumnos la conozcan de arriba abajo y que hablen a sus padres de ella porque lo que ocurre es que en otros países se valora más que en España», señala.

Alicia Humanes, tutora del grupo de 5º de Primaria, participa también en la clase de danza y cree que la iniciativa tiene buena aceptación entre el alumnado. «Están contentos. A unos les atrae más que a otros, pero es algo diferente y les va a enganchar porque están muy receptivos». De la misma opinión es Elena Sánchez, tutora de sexto de Primaria y profesora de Matemáticas. «Me parece muy bien porque motiva mucho a los alumnos. Además, la música es matemáticas y los alumnos aprecian que sean profesionales de la danza los que imparten esta formación».

Como Fajardo, otro casi medio centenar de profesionales de la danza están ya en las aulas enseñando la asignatura. Todos ellos han recibido un curso de formación previo en el que han recibido pautas para desempeñar su actividad con niños. Por ello perciben una ayuda económica que oscila entre los 342 y los 913 euros mensuales, en función del número de horas dedicadas. La Consejería cuenta también con una selección de 70 profesores suplentes para dar continuidad a las clases en el caso de que algunos de los titulares tengan que dejar las temporalmente para atender sus compromisos profesionales. Y es que muchos de los bailarines trabajan en espectáculos con los que realizan giras en musicales o bien compañías de danza española, contemporánea o flamenco. Viciana asegura que la intención es que, el curso que viene, la posibilidad de estudiar danza se extienda a más centros educativos dentro de la asignatura de Música y Danza, una parte, esta última, que «había quedado un poco desdibujada».

Acaba la clase y los alumnos no ocultan su satisfacción por los 45 minutos de danzas folclóricas: «Nos gusta bailar, nos divertimos. El profesor es muy majo y tiene mucha paciencia con nosotros», dicen Marcos, Kevin y Kelly entusiasmados por contar su experiencia.