Entrevista

David Fernández: «Lo mejor que tiene la sanidad madrileña es su potencial humano»

El médico recientemente considerado un referente de la cirugía vascular. Ejerce en el Hospital Universitario de Torrejón y ha sido jefe de la unidad durante más de una década

David Fernández cirujano Vascular galardonado en el Hospital de Torrejón. David Jar
David Fernández cirujano Vascular galardonado en el Hospital de Torrejón. David JarDavid JarLa Razón

El jefe de Cirugía Vascular del Hospital de Torrejón ha sido nombrado entre los mejores médicos del año. Se trata de David Fernández, galardonado por su trabajo como cirujano vascular y como jefe de la unidad del hospital durante más de 10 años. LA RAZÓN se ha puesto en contacto con el doctor para conocer su trayectoria y curiosidades de la profesión, así como su valoración sobre la situación sanitaria actual.

¿Cómo se siente tras haber sido reconocido como el mejor en cirugía vascular?

La verdad es que me produce un inmenso orgullo porque surge a partir de las votaciones de otros compañeros y que los colegas te consideren de esta manera es motivo de alegría y satisfacción.

¿Qué significa para usted este premio?

Siempre considero que este tipo de premios son el reconocimiento a un grupo, a un Servicio y a un Hospital. No somos nadie sin toda la maravillosa gente que tenemos al lado, que nos hace grandes cada día y nos permite superarnos para dar lo mejor de nosotros mismos. Es un premio al trabajo en Equipo del que yo sólo soy una cara visible. Así que este reconocimiento es para todos nosotros, al equipo que me acompaña y a todo el Hospital Universitario de Torrejón.

¿Cuál fue su motivación inicial para dedicarse a la cirugía vascular?

Desde muy pequeño tuve una especial atracción por el mundo de la cirugía. Siendo niño me parecía increíble el hecho de poder curar a alguien con tus propias manos. En la Facultad, tuve la suerte de rotar por un servicio de Cirugía Vascular que acogía muy bien a los estudiantes de Medicina en el Hospital Ramón y Cajal. Observar en primera fila como se operaban aneurismas de aorta imposibles o se hacían bypasses recobrando de forma inmediata la funcionalidad de un órgano, me terminó de enganchar definitivamente por esta disciplina hasta el día de hoy.

En su opinión, ¿cuál es el mayor avance o desarrollo en el campo de la cirugía vascular en los últimos años?

Creo que todo lo relacionado con la cirugía endovascular, es decir, los procedimientos que se realizan sin necesidad de abrir, de forma totalmente percutánea. Este es el mayor avance que ha experimentado mi especialidad. Poder operar y resolver enfermedades tan complejas como las vasculares que antes necesitaban heridas enormes, la manipulación “en abierto” de grandes vasos y la pérdida abundante de sangre. Ahora se pueden llevar a cabo sin necesidad de cortes o suturas, todo a través de una simple punción. Es impresionante, pero posible actualmente.

¿Qué estrategias o enfoques utiliza para mantenerse actualizado y continuar aprendiendo en el campo de la cirugía vascular?

La Medicina es una carrera que nunca se acaba. Todos los avances que vemos redundan en la salud de las personas. Por eso debemos seguir investigando e innovando. Como profesional tienes la obligación de estar actualizado siempre, estudiando todos los días y analizando con sentido crítico todos los avances que se nos presentan. En Vascular no es distinto, asistimos a Cursos y Congresos nacionales e internacionales donde se habla de los avances de nuestra especialidad. La obligada lectura de revistas y publicaciones con los últimos estudios y ensayos científicos sobre nuestro campo completan la formación del cirujano vascular.

¿Es un proceso largo de aprendizaje el separar la vida profesional y laboral; llegar a casa y dejar los problemas en el hospital?

Es muy importante encontrar el equilibrio entre tu vida profesional y personal. Es muy complicado para un cirujano dejar todos los problemas en el trabajo y no llevártelos a casa. Estamos hablando de personas, de pacientes que sufren, de familias preocupadas y de casos complejos que no pocas veces se complican. Es imposible poder dejar estas preocupaciones en el despacho o en el quirófano, se van contigo en el coche camino a casa. Lo importante es poder separar estos problemas y no mezclarlos con tu vida familiar y poder dedicar tiempo de calidad a los tuyos en el hogar.

¿Qué consejo le daría a los médicos jóvenes que aspiran a destacar en su mismo campo?

El mayor consejo es que tengan paciencia. Que las grandes cosas no se hacen de un día para otro, requieren dedicación y perseverancia. Todo tendrá recompensa y está especialidad es muy agradecida con quien le dedica su esfuerzo.

Además de la habilidad técnica, ¿qué otras cualidades considera relevantes para su labor?

Creo que, y esto se puede generalizar a toda la profesión médica, es muy importante ser empático. Para ser buen médico no sólo debes conocer toda la ciencia y la habilidad técnica, más importante aún es ponerte en el lugar del que sufre y padece la enfermedad. Intentar ponerte en sus zapatos te ayudará a entender su enfermedad para ayudarle mejor.

¿Qué aspectos de su trabajo le resultan más gratificantes y más desafiantes?

Creo que la situación de privilegio de liderar un equipo humano que hace tanto bien a tantas personas. Cuantas más, mejor. Gracias al Hospital Universitario de Torrejón tengo la oportunidad de llegar a muchísima población y solucionar, curar o aliviar sus dolencias haciendo un trabajo que me apasiona. Venir feliz y con muchas ganas a trabajar y volver a casa aún más feliz de lo que has venido tras cumplir con todas tus misiones de servir a los demás, es lo más bonito que le puede pasar a un profesional. Desafiante es aquel caso muy complejo técnicamente o aquel paciente que se tuerce a pesar de haber hecho todo lo que estaba en tu mano.

¿Hay alguna anécdota o aprendizaje que pueda compartir?

Recuerdo una de las primeras guardias que hice como adjunto en el Hospital La Paz: acababa de terminar mi Residencia allí mismo y era a principio de verano. Nos llegó un aviso del SUMMA por un paciente con un aneurisma de aorta roto, una enfermedad considerada emergencia quirúrgica y de altísima mortalidad, que se había caído fulminado en la Plaza Mayor. Era un ciudadano inglés que estaba de turismo en Madrid y su aneurisma no era conocido. Finalmente falleció en quirófano, no pudimos hacer nada por salvarlo y recuerdo, como si fuera ayer, salir a explicar en inglés a su mujer y su hijo que había muerto. Nunca olvidaré la mirada de su hijo. La sensación de impotencia, rabia y tristeza que te producen estos casos es difícil de explicar y los cirujanos debemos aprender a gestionarla para poder ayudar a más personas.

¿Cómo ve el futuro? ¿Qué avances o tendencias espera ver en los próximos años?

Creo que la cirugía vascular seguirá avanzando en las técnicas mínimamente invasivas, en los procedimientos endovasculares y percutáneos. Cirugías cada vez más complejas desde punciones mínimas. En las varices, por ejemplo, en Torrejón las hacemos exclusivamente con láser sin cortes o suturas y en unos años, seguramente, no será necesario ni pinchar las varices, se eliminarán por técnicas totalmente «externas» como los ultrasonidos.

Sanidad madrileña: valoración personal actual y retos futuros

Creo que en España contamos con un sistema sanitario fuerte y muy capacitado con excelentes profesionales. Lo mejor que tiene la sanidad española, y la madrileña en particular, es su potencial humano. Tengo compañeros que no sólo son grandes médicos, auténticos sabios con conocimientos enciclopédicos o artistas del bisturí, máquinas precisas bien afinadas, también son grandes personas con corazones que no caben en sus pechos para ayudar y servir a sus pacientes en todo lo que sea posible. Esto es la Sanidad Madrileña talento y humanidad. El futuro es esperanzador porque como decía más arriba, este «arte», esta forma de practicar la medicina se transmite de generación en generación. Creo que nuestra Salud siempre estará en buenas manos, mejores imposible.