Opinión

La derecha protesta mal

¿Por qué parece más grave e, incluso, amenazador, el grito de un solo individuo de «¡Viva Franco!» que el de muchos coreando «Rodea el congreso»?

Manifestación contra la amnistía en la sede del PSOE
Manifestación contra la amnistía en la sede del PSOEDavid JarLa Razón

Las concentraciones espontáneas, y pacíficas, en Ferraz, demostración y expresión del descontento de una parte de la población ante esta amnistía, parecen molestar a los mismos que los disturbios en Barcelona en el 19, con sus vehículos quemados y sus agresiones a los agentes, les parecían cositas antifascistas. O, las violentas protestas en defensa de Hassel del 21, jovenzuelos pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles. Sin embargo, ahora esto les parece un atropello porque no se comunicó oficialmente.

No me imagino yo a los Jordis y las Laias comunicando oficialmente que reventarían las lunas de Louis Vuitton a las ocho treinta y cinco en punto o que pegarían fuego a tres contenedores en Aragón con Paseig de Sant Joan a las nueve. Que, por favor, se organicen las fuerzas de seguridad del estado para prevenir incidentes fuera de los programados. La calle, entiendo, es solo de la izquierda. La no izquierda se manifiesta mal. Por lo visto. A lo mejor es que le falta beligerancia y griterío. Mala leche.

Asumido esto, que las únicas protestas admitibles son la de la izquierda y que la no izquierda (bendito sintagma de mi querido Pedro Herrero que vendría a denominar a todo lo que no es esta izquierda de ahora, incluida la izquierda clásica expulsada del epígrafe por traidora) no está legitimada para nada, mi desvelo es el siguiente: ¿Por qué parece más grave e, incluso, amenazador, el grito de un solo individuo de «¡Viva Franco!» que el de muchos coreando «Rodea el congreso»? A mí, sinceramente, me aterra mucho más que haya una masa de demócratas dispuestos a asediar el órgano constitucional que representa al pueblo, en caso de que una mayoría de ciudadanos no vote como ellos quieren, que el hecho de que un chaval jalee a un cadáver.