Sucesos
La detenida por descuartizar a su bebé y dejarlo en una planta de reciclaje, ante el juez
Desde el lunes, había permanecido en la dependencias de la Guardia Civil. Por el momento, se ha negado a declarar
Erika, la ecuatoriana de 39 años detenida este lunes por, presuntamente, haber asfixiado a su bebé, descuartizarlo y abandonarlo en una planta de reciclaje de Loeches (Madrid), será interrogada hoy por la titular del juzgado número 5 de Arganda del Rey. Hasta el momento, y según informaron a Efe fuentes de la Guardia Civil, la detenida no querido declarar ante los agentes.
Tras su arresto, en su piso de la avenida de la Albufera, en el distrito madrileño de Puente de Vallecas, la mujer había permanecido en las dependencias de Guardia Civil.
Los sucesos ocurrieron el pasado 12 de diciembre, cuando una de las trabajadores del centro de reciclaje de Loeches encontró los restos del recién nacido en una zona de la aguja de prensado. Desde entonces, la Guardia Civil ha estado investigando este caso denominado "operación Natal" y pidió la colaboración ciudadana.
Desde el inicio de las pesquisas se determinó que se trataba del cuerpo de una bebé de cinco días con signos de violencia y sería originaria de América del Sur. También se logró constatar que los restos fueron trasladados desde unos contenedores del distrito de Puente de Vallecas.
Tal y como ha informado hoy LA RAZÓN, el Grupo de Homicidios de la UOPJ de Madrid pasó meses buscando a la madre. Finalmente, el «match» de ADN fue fundamental, ya que esta mujer había sido investigada por la muerte de otro de sus hijos en 2003, según informan fuentes policiales a LA RAZÓN.
Los agentes compararon las muestras de la bebé con su base de datos y se produjo un «match» con un caso de 2003 que había sido investigado por sus compañeros pertenecientes a la Policía Nacional.
El caso en concreto estaba en manos del Grupo 5º de Homicidios y sus actuaciones habían sido remitidas a la Fiscalía de Menores. En esa investigación, la principal sospechosa fue una vez más Erika Beatriz.
Para entender ese caso, hay que remontarse al 14 de septiembre de 2003, cuando la Policía se trasladó a un domicilio en la calle Zurita por el homicidio de un bebé. Los investigadores recogieron muestras de sangre en la acera de la entrada a la casa, un reguero desde el dormitorio a la puerta de la calle, en un pantalón, en una braga y en el interior del agujero del desagüe de la bañera. Y también la sangre que se encontraba en un elemento más: un cuchillo.
Todos estos restos biológicos fueron recogidos y analizados, mientras que los resultados fueron depositados en las bases de datos. Cuando los agentes de la Guardia Civil subieron las muestras de la bebé del vertedero a la base de datos, se detectó el «match» con las pruebas de este caso. Había compatibilidad biológica de relación materno-filial.