4-M
Candidatos a pie de calle para ganar votos
El PP sigue fiel a su modelo del «speaker corner»: los aspirantes a entrar en la Asamblea explican al ciudadano de tú a tú en qué consiste su programa electoral. Tres de ellos nos cuentan su experiencia
Elisa Vigil luce un jersey blanco en el que puede leerse un lema: «A Madrid se viene a que te dejen en paz». Una prenda comprada en Ayushop, uno de los comercios surgidos a raíz del «boom» de popularidad de la candidata del PP. Vigil se encuentra con sus compañeros de partido en la plaza de Mariano Cavia, en el distrito de Retiro. En una pequeña carpa azul hay una mesa con «merchandaising»: un pequeño folleto con el rostro de Ayuso en el que puede leerse «Hemos cumplido»; multitud de pulseras con los lemas #YoConAyuso y, por supuesto, «comunismo o libertad»... Hay incluso una bandeja de torreznos, traídos desde el mesón «El Segoviano», a pocos metros de allí. Poco después, Vigil, en plena calle, se ha subido a un estrado, ha cogido un micrófono y ha dejado claro a los viandantes su mensaje: «Madrid ha ido por delante de Sánchez durante toda la pandemia». Varios curiosos se acercan y escuchan. Hasta ese momento no lo sabían, pero acaban de conocer a una de las candidatas más jovenes de las listas del Partido Popular.
«Es un mitin de tú a tú, de político a ciudadano, para explicarle las políticas del partido. La gente no ve ese ’'aura’' política en ti. Se ve reflejado», afirma Elisa Vigil, de 27 años, número 46 de la candidatura de Ayuso y una de las «speaker corners» que se han echado a la calle para la campaña del 4-M. Se trata de un modelo que el PP estableció a finales de los años noventa, cuando Pío García-Escudero llegó a la presidencia del PP de Madrid, con el objetivo de buscar fórmulas con las que poder trasladar el mensaje del partido y recoger a su vez el «feedback» de los ciudadanos. Para ello, se echó la mirada a los «speaker corners» británicos: aquellos políticos y activistas que, subidos sobre un cajón en el Hyde Park londinense, transmitían sus proclamas. En total, en la actual campaña, el PP, único partido que apuesta por este modelo, realizará alrededor de sesenta «speaking corners».
Vigil, abogada y presidenta de Nuevas Generaciones en el distrito de Tetuán, ya tiene experiencia como «esquinera». Sin ir más lejos, el pasado fin de semana acudió a Parla, con una puesta en escena no muy distinta a la del barrio de Retiro. La localidad sureña no es precisamente un feudo del PP. Sin embargo, el recibimiento fue «espectacular». «La gente estaba muy ilusionada. Personas que no dirías que son del PP, se acercaban, te pedían el programa... Otros preguntaban si iba a venir la presidenta, otros te decían: ’'Voy a votar a Ayuso’'... Lo que estoy viendo es que hay muchas más ganas de elecciones ahora que en 2019. Que la gente tiene miedo a perder lo que ha conseguido hasta ahora», asegura.
La candidata se afilió al partido con apenas 16 años, sobre todo por la influencia que ejercieron en ella dos personalidades: Esperanza Aguirre y Rita Barberá, «dos mujeres empoderadas que rompieron barreras». Algo similar a lo que ve ahora no solo en Ayuso, sino también en el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, «dos políticos queridos y con cercanía, que es una cualidad que ahora mismo hace mucha falta».
Junto con Vigil, en la misma plaza de Mariano de Cavia también toma la palabra Sergio Brabezo. Economista de 37 años, está en el número 41 de la lista. Y, por tanto, con muchas posibilidades también de entrar en la Asamblea. Con todo, ya sabe lo que es ocupar un escaño. Brabezo fue diputado por Cs hasta el pasado 16 de marzo. Junto a otros compañeros de partido, abandonó la formación tras la moción de censura de Cs en Murcia y la consiguiente convocatoria de elecciones por parte de Ayuso.
«Soy nuevo en el partido, pero no en lo que respecta a los principios. Conozco a mucha gente del PP. Hicimos oposición conjunta en el Ayuntamiento de Madrid frente al ’'carmenismo’', después participé en las mesas de negociación... La recepción ha sido muy agradable. Di el paso para afiliarme, me comentaron esta posibilidad y me siento muy afortunado de poder aportar», afirma Brabezo.
La de Retiro fue su primera experiencia como «speaker corner». «Es algo que me gusta mucho. Primero, por la presencia en la calle. Estás con la ciudadanía, mirando hacia fuera, no hacia dentro. Segundo, porque cualquiera puede subir a esta tarima: simpatizantes, afiliados...», explica. Así es. El micrófono no está abierto solo para los candidatos a la listas. De hecho, un joven de Nuevas Generaciones de Carabanchel ha comenzado a hablar después de Vigil y Brabezo.
La pregunta es inevitable: ¿qué espera de su anterior partido en estas elecciones? «Me gustaría que los madrileños premiaran a la formación que ha peleado por Madrid. Y creo que Cs va a tener muy complicado poder entrar».
«No voy con nada preparado. Depende de las circunstancias o de si eres ’'mitinero’'. A mí me gusta. Lo he vivido en debates parlamentarios y lo tengo muy interiorizado», dice por su parte Yolanda Estrada, secretaria de Actos Públicos del PP de Madrid, diputada en la Asamblea y actualmente en el número 23 de la lista, que ejercía el pasado miércoles de «speaker corner» en la plaza de Manuel Becerra.
Licenciada en Derecho, Estrada fue directora general de un estudio de arquitectura, además de emprendedora. «En el PP nunca hemos tenido complejo para salir a la calle y defender nuestras ideas. Y los comunicadores nos hemos recorrido todos los rincones de la región con un micrófono. Afiliados de base, en definitiva, que quieren transmitir sus ideas» .
Al igual que sus compañeros, ve «ilusión» en las calles. De hecho, llevar a cabo estos «mini mítines» fue más complicado en 2019, «cuando se le cuestionaba todo a Ayuso. Ahora es todo lo contrario». Un hombre mayor se la ha acercado para aplaudirle su discurso. Y le ha dicho: «Tú eres una niña. Yo sí puedo hablar de lo que es vivir en un país sin libertad. Y ahora sí veo que esa libertad corre peligro». No en vano, sobre eso ha ido su «speech»: sobre «un modelo de convivencia en el que está en juego la libertad, en el que podamos tener ilusiones, proyectos... La gente se paraba en la calle, salía un mujer que atendía su floristería, otro que estaba tomando su café... Lo mejor que te pueden decir es que se nota que realmente sientes lo que dices. Es algo que te emociona», concluye Estrada.
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