Madrid
Este es el significado del color rojo de las fachadas de las tabernas más míticas de Madrid
Esta singularidad ha sido revelada por la cuenta de Instagram Madrid para llevar (@madridparallevar)
Madrid es una ciudad perfecta para disfrutar de la gastronomía española por diversas razones que la hacen un destino culinario único. En primer lugar, su ubicación geográfica en el corazón del país le permite ser un punto de encuentro de las diversas tradiciones gastronómicas regionales. En Madrid, es posible degustar platos típicos de todas las comunidades autónomas, desde el pulpo a la gallega de Galicia hasta el gazpacho andaluz.
Además, Madrid cuenta con un gran número de mercados y espacios gastronómicos emblemáticos. El Mercado de San Miguel, por ejemplo, es un lugar donde los visitantes pueden probar una amplia variedad de tapas y productos gourmet en un entorno histórico. Otros mercados como el de San Antón o el de la Cebada también ofrecen experiencias culinarias únicas, combinando tradición y modernidad.
La ciudad de Madrid también cuenta con tabernas míticas, algunas de ellas con las puertas y la fachada pintada de color rojo, y esto tiene un significado.
El significado del color rojo de las fachadas de las tabernas más míticas de Madrid
La singularidad de las fachadas color rojo vino de muchas tabernas antiguas en Madrid tiene una historia interesante y pintoresca, la cual ha sido revelada por la cuenta de Instagram Madrid para llevar (@madridparallevar), dirigida por Dan L. Weasel.
Una leyenda del siglo XVII cuenta que, en esa época, Madrid tenía más de 300 tabernas, pero solo una librería, lo que indicaba un bajo nivel de alfabetización entre los habitantes de la ciudad. Dado que el vino era una bebida extremadamente popular, los taberneros decidieron pintar las fachadas de sus establecimientos de color rojo vino tinto. Esto les permitía comunicar a los clientes analfabetos que allí se servía vino.
Esta táctica no solo resultaba práctica, sino también muy eficaz. El color llamativo y distintivo servía como un imán visual que atraía la atención de los peatones, señalándoles que allí podían disfrutar de una copa de vino.
De este modo, el color rojo vino se convirtió en un emblema fácilmente reconocible para quienes buscaban un sitio donde disfrutar de un buen vino, funcionando como una especie de señalización temprana y profundamente arraigada en la vida cotidiana de la capital española. Esta historia ilustra cómo la creatividad popular y las costumbres sociales pueden influir en la apariencia y función de los espacios urbanos a lo largo del tiempo.
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