Gatos y chulapas

Las Fiestas de San Lorenzo, puro casticismo en agosto

La capital vive unas fiestas que son un "continuum" entre San Cayetano y La Paloma

Una pareja baila el popular chotis en Lavapiés
Una pareja baila el popular chotis en LavapiésRicardo RubioEuropa Press

La plaza de Arturo Barea será desde este miércoles el epicentro de las fiestas de San Cayetano, segunda cita de los festejos del distrito Centro, ha recordado el Ayuntamiento de Madrid. Del 9 al 12 de agosto, San Lorenzo tomará el relevo a San Cayetano, fiestas que arrancaron el pasado 2 de agosto, y serán el preludio de la Paloma, patrona oficiosa de la capital.

Una festividad esta de San Lorenzo que se remonta al siglo XVII, cuando los vecinos del populoso barrio de Lavapiés dependían de la lejana parroquia de San Sebastián, algo que llevó al Arzobispado de Toledo a crear la parroquia de San Lorenzo. Un lugar, por lo demás, marcado por la religiosidad, pues allí se alzaba una antigua sinagoga.

Con el paso de los años y un incendio, hacia mediados del siglo XIX, el templo quedó abandonado hasta que en 1950 se inauguró la nueva iglesia.

Los vecinos de Lavapiés acudían el día 10 de agosto en procesión para sacar el Santo de la iglesia de San Lorenzo. Esta procesión se llegó a prolongar hasta la plaza de Tirso de Molina a finales de los años 1970. Respecto al "continuum" de estas fiestas de agosto en Madrid, era costumbre a finales del siglo que las verbenas duraran en Madrid tres días: la víspera, el día del Santo y el día después. Llegando a celebrarse en alguna ocasión durante una semana. Esta situación hizo que la fiesta de San Lorenzo se fundiera aparentemente con las celebraciones de San Cayetano y la Paloma en el barrio de la Latina. Algo que se mantiene hoy en día con fuerza en uno de los barrios más castizos de la capital.