Comercios centenarios

Guitarras Conde: 128 años poniendo música en el mundo

Felipe Conde es la tercera generación de artesanos que han llevado sus guitarras a emblemas como Paco de Lucía o Leonard Cohen

Felipe Conde, maestro artesano de guitarras. © Jesús G. Feria.
Felipe Conde, maestro artesano de guitarras.© Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

“Lo que han encontrado de bueno en mis canciones y en mi música proviene de esta tierra”. Así cerraba Leonard Cohen, hace ya algunos años, su discurso al recibir el Premio Príncipe de Asturias. El artista acababa de narrar de qué manera un joven español, al que había conocido en un parque cerca de la casa de su madre en Montreal, le había enseñado seis acordes a la guitarra antes de quitarse la vida, y cómo esos acordes se habían colado en la base de cada una de sus obras a lo largo de los años. En aquel conmovedor discurso hacía mención también a la que entonces era su guitarra, y de ella decía que “era buena, pero no era una Conde”.

Ahora, cuando ha pasado un lustro de que el cantautor pronunciase aquel discurso y casi 130 de que la tradición de las Guitarras Conde se pusiera en marcha, hablamos con la tercera generación de esta familia acerca de la historia, la artesanía y, sobre todo, el escaso valor que se le da en España al producto que sale de nuestras propias manos.

Para hallar el origen de esta historia debemos ir hasta 1895, cuando un joven Domingo Esteso, apenas un adolescente, entraba como aprendiz a un taller llamado “Hijos de Manuel González”, en la calle Carretas. “De ahí pasó a otro taller, y, después, se instaló él en su propio taller de guitarras en 1915”, relata Felipe Conde, sobrino nieto de Esteso y tercera generación de la familia que continúa con el taller, que ahora se sitúa a pocos pasos del Teatro Real, en la calle Arrieta, 4. “Mi tío abuelo hizo guitarras para profesionales como Agustín Barrios, Regino Sainz de la Maza o Sabicas”, señala.

Domingo Esteso falleció, a causa de una neumonía, en 1937. Y ya, después de la guerra civil, fueron el padre y el tío de Conde quienes se hicieron cargo del taller. “En 1940 empezaron ellos a hacer guitarras bajo el nombre de “Viuda y sobrinos de Esteso” por respeto a su tía, y ya, a partir de 1959, empezaron a llamarse “Hermanos Conde””, explica. Felipe, por su parte, se hizo cargo del taller en 1989, con el fallecimiento de su padre. “Entre guitarras llevo desde que nací, pero como profesión cumplí 50 años en 2021”, dice. Para celebrarlo, ha creado una serie de 25 guitarras absolutamente únicas en madera de Dalbergia nigra, una de las variedades más buscadas por los artesanos de todo el mundo. Ha reeditado, también, la que su padre y su tío hicieron para Paco de Lucía, “a la que estuvo agarrado los últimos 40 años”.

Y es que precisamente ha sido, según explica Felipe, el apoyo de los profesionales de todo el mundo lo que les ha permitido poder vivir de la artesanía en un mundo en el que esta está en peligro de extinción. “Hay muchísimos profesionales que, en la actualidad, tocan guitarras mías y, antiguamente, las de mi padre y mi tío, como Paco Cepero, Enrique de Melchor, Riño Ricardo, Esteban de Sanlúcar…”, afirma en su taller, repleto de fotografías de reconocidos guitarristas con sus piezas. Ahora, Felipe crea guitarras para Bob Dylan o el cantautor británico Cat Stevens, a quien acaba de entregar dos hace apenas unas semanas. “También hago guitarras para los Habichuela, Al Di Meola, Jesse Cook…”, enumera.

“Somos una rara avis”, dice Felipe, “porque en España, por desgracia, la artesanía no se paga”. Esta realidad que viven muy de cerca les ha llevado a que el 90% de sus guitarras se vendan fuera de España. “Aquí la gente intenta pagar poco por las cosas, pero cuando te pasas con una guitarra un mes en madera y otro mes en barniz, porque necesita unas calidades en las que, además, se pone muchísimo dinero en materiales comprados hace muchísimos años, tienen que pagarte un mínimo porque es que si no, no puedes subsistir con esto”. Aunque, reconoce, esto no es algo nuevo. “Les pasaba a mi padre y a mi tío, me pasa a mí y le va a pasar a mi hijo, que es la cuarta generación. Hay gente que lo valora, pero, en comparación, es muy poca”.

Sin embargo, del mismo modo que se extrae de las palabras de Cohen en aquella entrega de premios, lo cierto es que la cultura española ha sido la base de muchas creaciones a lo largo del mundo. “Parece que siempre hay que estar demostrando que lo nuestro vale, cuando, realmente, hace siglos que la gente ya lo valora”.