El Madrid de
Juan Gonzalo Ospina: “Muchas veces, delinquir en España es un cachondeo”
Abogado penalista y fundador de uno de los despachos más pujantes de la capital, refleja su vocación por el Derecho y su apuesta por la comunicación
Un viaje a Roma con sus padres y las historias de Cicerón le sirvieron para interesarse por aquello que llamaban justicia. Juan Gonzalo Ospina explica que “siempre proyecté una mirada profunda hacia lo público, a la comunidad, a mejorar la ciudad. Lo tuve claro. No tanto la especialidad en penal, pero pronto entendí que era lo mío porque está muy relacionado con las personas y detrás de cada expediente hay un ser humano”, aclara. También estudió Ciencias Políticas, de ahí su lado “más rebelde y peleón, de luchar contra las injusticias”. Esta vocación se ha materializado en Abogados Ospina, un despacho ubicado en el barrio de Salamanca que abrió sus puertas en 2016 y sigue aspirando a “seguir creciendo, ser referentes en nuestra materia y posicionarnos como los mejores”, incluso cuando lleva tres años seguidos superando el millón de euros en facturación.
Ospina cuenta que un elemento diferenciador en su manera de entender la profesión es la comunicación. Él tiene redes sociales y las utiliza como una herramienta para acercar el derecho a la gente, con el desafío de no banalizar la materia, pero con la humildad necesaria para que se entienda lo que está pasando. En sus inicios comenzó con una página web, “pero esto no era suficiente, había algo más a lo que atender, y viene de las reseñas, de los comentarios de los clientes, de la aparición en medios, estar al pie del cañón, responder a periodistas y aclarar cualquier tema”. A día de hoy acoge a una comunidad de seguidores en Instagram y Tik Tok que le recuerdan la exigencia de reinventarse y estar actualizado con respecto a las circunstancias del momento. “El contenido principal de lo que comunicamos son nuestros casos de éxito y creo que eso es un filtro de transparencia y de calidad. Abrimos unos 200 expedientes al año y el porcentaje de éxito es de casi el 100%”, apostilla.
Preguntado por los casos más solicitados, Ospina lo tiene claro: los delitos contra la libertad sexual. “Se han incrementado con el tiempo, prácticamente nos llega uno al día y son de todo tipo: chavales de una residencia de estudiantes que salen por la noche, se acuestan y ella refiere no haberlo hecho con consentimiento; un profesor con alumno o alumna; un diplomático de reconocido prestigio que queda con una mujer en un affaire extramatrimonial y ella alude a que es un acto no consentido…”. Su experiencia lo lleva a afirmar que “la realidad siempre supera la ficción” y, bajo su criterio, “la Ley del Solo Sí ha resultado una mediocridad porque no protege a las inocentes y no condena siempre a los culpables”. En este sentido, el experto en penal apela a la protección de las víctimas, reconociendo el calvario al que se enfrentan una vez toman la difícil decisión de denunciar y el infierno procesal al que se ven sometidas “por culpa de la mediocridad de los dirigentes políticos”. En este ámbito, también aprovecha para aclarar uno de los principales errores comúnmente pronunciados, que es la confusión entre libertad sexual y violencia de género: “sobre la violencia de género, los jueces no son tontos”.
Además, también abordan numerosos casos de penal internacional, extradiciones y órdenes europeas de detención y entrega, conocidas como OEDE, gestionadas como procedimientos judiciales ante la Audiencia Nacional en España. Y sin pelos en la lengua, el abogado manifiesta que “España ha perdido su soberanía y tiene un gran complejo frente a terceros países”. Ospina apunta que, si se reclaman extradiciones por parte de un país con un Estado de derecho fallido, no debería procederse la entrega. Uno de los ejemplos en los que se apoya es en que “Rusia pide extradiciones a disidentes políticos en España y nuestro país autoriza la entrega de gente que se ha manifestado públicamente en contra de Putin”. Y con esto “no acuso a los jueces, pues nuestros operadores jurídicos tienen una gran integridad moral, pero hay que cambiar las leyes y abandonar la actitud de buenismo que venden los políticos”. Bajo la metáfora de que “tenemos una justicia que debería funcionar como un reloj suizo y no como una pistola de feria”, señala como modelo a seguir la justicia británica porque, “en el caso de España, es necesario que sea un país más garantista”. Así pues, otra de sus críticas al sistema es que, “muchas veces, delinquir en España es un cachondeo”, mencionando como ejemplo el trágico suceso ocurrido el 9 de febrero de 2024 en el puerto de Barbate, Cádiz, cuando una narcolancha embistió deliberadamente una embarcación de la Guardia Civil, causando la muerte de dos agentes.
Sin embargo, Juan Gonzalo también pone en valor lo que le enorgullece de su país y Madrid, la ciudad en la que ha crecido, no pasa desapercibida. “Estamos en una capital gastronómica mundial, porque además de ser divertida y abierta, se come como en ningún sitio a unos precios muy competitivos”, afirma. Sus recomendaciones son el Grupo Paraguas, el Grupo Larrumba, la buena carne que se degusta en Asador Donostiarra y, por qué no, el ocio nocturno de Madrid con discotecas míticas como Gabana.