40 Aniversario de la Asamblea
Juan Van-Halen: «La relación entre los diputados se ha deteriorado»
El expresidente de la Asamblea en la IV legislatura cree que se debe reducir el número de parlamentarios y que los expresidentes no deben tener sueldo
Escritor, historiador, periodista y político, fue presidente de la Asamblea de Madrid en la IV legislatura en la transición de la Cámara de su antigua sede, situada en el Caserón de San Bernardo, al edificio que actualmente ocupa en Vallecas. Hoy, precisamente, se celebra un Pleno extraordinario para conmemorar el 40 aniversario de la Constitución de la Asamblea y los 25 años de la sede de Vallecas.
¿Cómo fue el cambio del Caserón de San Bernardo al edificio que ocupa la actual sede de la Asamblea en Vallecas?
Leguina había planteado ir a Vallecas y nosotros barajamos otras sedes pero, al final, decidimos que llevar la Cámara a Vallecas era una forma de diversificar la geografía institucional en la Comunidad de Madrid. Es un edificio singular y premiado por su arquitectura. La inauguró el entonces Príncipe de Asturias y actual Rey. En mi discurso inaugural recordé la cercanía que tenía el Príncipe con las leyes, porque es el primer Rey de España licenciado en Derecho, cosa que, a través de los años, me lo ha recordado alguna vez cuando nos hemos encontrado en actos. Esto fue en 1998. Llevar la Asamblea a Vallecas supuso una aceleración de los cambios en un barrio populoso. Cuando se construyó la Asamblea, en el entorno no había ningún edificio en altura y ahora está rodeado de viviendas. Supuso la transformación de esa zona.
¿Qué representó entonces para Madrid tener su propio Parlamento?
Que Madrid se incorporase a las regiones que tenían una autonomía fue importante y el hecho de contar con un Parlamento daba una fuerza a Madrid que no había tenido antes. Supuso una referencia. Afrontamos un nuevo Estatuto de Autonomía que fue aprobado por unanimidad, además de un cambio de reglamento.
¿Cómo cree que ha cambiado clima político de la Cámara que se encontró en la IV legislatura con la de ahora?
El clima no tiene nada que ver. Los presidentes de la Asamblea de los distintos partidos eran absolutamente neutrales. Eran los representantes de todos los diputados. Ahora, tal y como hemos visto en el Congreso en la XV legislatura, la presidenta Armengol actuó como si fuera un mitin de su partido. El clima entre los diferentes partidos era elegante y muchísimo más tranquilo que ahora. No había insultos ni descalificaciones ofensivas, lo que no quiere decir que no hubiera dureza. Lo que más me ha sorprendido de la evolución del parlamentarismo en España es el clima de enfrentamiento que se ha ido produciendo desde entonces en la política española, incluida la Asamblea. No sé porqué se ha hecho natural en las relaciones parlamentarias. Hubo intervenciones en la Asamblea de un nivel intelectual impresionante. No se me podrán olvidar jamás los debates entre Joaquín Leguina, como presidente de la Comunidad entonces y Alberto Ruiz-Gallardón, como jefe de la oposición. Ni quiera los he visto en el Senado. No tienen nada que ver la altura intelectual de aquellos debates con los de ahora en la Asamblea, en el Congreso y en el Senado. Las relaciones entre parlamentarios se han deteriorado mucho. Antes no se intervenía contra nadie, sino en favor de las opiniones que tú tenías. La legislatura en que fui presidente de la Cámara se caracterizó por las buenas formas.
¿Cree que en este momento sería adecuada una reforma del Estatuto de Autonomía?
Ha habido una bastante reciente y, desde fuera, no lo puedo enjuiciar.
En la anterior legislatura se planteó una reducción del número de diputados. ¿Cree que con menos representación parlamentaria se podría tener la misma solvencia política?
Es un asunto que viene dado: cada equis habitantes hay un diputado que los representa. La Asamblea tiene bastantes diputados. El hecho de que tenga menos no significa que sea menos representativa. Se debería estudiar bajar el número de parlamentarios.
Vox ha cuestionado la necesidad de unas instalaciones como las actuales para desarrollar la actividad parlamentaria. ¿Qué opina de ello?
Es un desconocimiento más de un político que no ha vivido la vida parlamentaria, salvo en una o dos legislaturas. Estoy seguro de que si Rocío Monasterio se tomara el tema con mayor rigor no pensaría eso. Si hubiera estado en el Caserón de San Bernardo cambiaría de opinión.
Uno de los asuntos en discusión es la dignificación de los expresidentes de la región. ¿Deberían cobrar un sueldo?
Dignificar no es dar un sueldo a un expresidente. En Madrid ya lo hubo y se decidió suprimirlo. Yo no lo plantearía ahora. Sería de difícil explicación en una España con muchos problemas.
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