Tribunales
A juicio un empresario iraní por presuntamente estafar tres millones de euros a La Sepulvedana
Tras el fallecimiento del propietario del grupo de autobuses, el acusado entró en contacto con la viuda e hijo para ofrecerles que invirtieran su dinero en un negocio petrolífero en Sudán
La Audiencia Provincial de Madrid celebrará este miércoles un juicio contra el empresario iraní Massoud Z. G. por presuntamente estafar tres millones de euros a una sociedad mercantil a la que supuestamente habría engañado para que invirtiera dinero en un negocio petrolífero en Sudán, han informado fuentes fiscales.
El Ministerio Público solicita una pena de 30 meses de cárcel por un delito de estafa, así como el pago de una multa de nueve meses con una cuota diaria de euros y 2,95 millones en concepto de responsabilidad civil para la mercantil estafada.
En el escrito de acusación, la Fiscalía señala que el empresario llegó a España en la década de los noventa y desde entonces ha transmitido desde entonces una imagen de alta solvencia empresarial, dedicado a la industria petrolífera, "con una vida de gran ostentación y fastuosidad".
Así, señala que residía en la Urbanización La Finca de Pozuelo de Alarcón de Madrid, "haciendo uso de vehículos de alta gama, relacionándose con políticos y empresarios de primer nivel o gastando ingentes cantidades de dinero en fiestas de lujo".
Tras el fallecimiento del propietario del grupo La Sepulvedana, el acusado entró en contacto con la viuda e hijo para forjar una relación de amistad y cercanía "en la que transmitía esa posición acomodada mediante invitaciones en los mejores locales de la capital". Así, poco a poco, se ganó su confianza "con el único objetivo de enriquecerse a costa del amplio patrimonio que sabía que estos tenían", según relata el Ministerio Público.
Confianza
En este marco de confianza, primero les informó de sus proyectos petrolíferos a través de la mercantil Star Petrolem "y, en especial", de la intención de obtener los derechos de una reserva subterránea en Sudán del Sur, y a continuación les invitó a financiar el proyecto mediante una inversión de tres millones de euros, al objeto de ser destinados íntegramente a la actividad petrolífera.
Una vez convencidos de la veracidad de las informaciones que les suministraba el ahora acusado, el 7 de julio de 2009, a través de la sociedad Dawton Group, la familia efectuó una transferencia de tres millones de euros a una cuenta del acusado en el Commercial Bank Of Dubai.
Una semana más tarde se formalizó un contrato de financiación entre ambas partes, por dicho importe y con el mencionado fin, avalando tal operación la mercantil Hypersonyc, de titularidad exclusiva del acusado y socia mayoritaria de Star Petroleum.
Una vez recibida la transferencia el acusado incorporó a su patrimonio el total de la cantidad percibida "sin ingresarla en las arcas de Star Petroleum, ni destinarla a la obtención del derecho de explotación petrolífera".
Ante la falta de respuesta sobre el destino del dinero y la explotación petrolífera, y tras requerir la devolución, el 17 de octubre de 2013 ambas partes suscribieron una adenda al contrato a fin de que el mismo fuera devuelto antes del 15 de diciembre de 2013, abonando el acusado exclusivamente 50.000 euros para simular una inexistente intención de devolución que no se efectuó.
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