Fuera de plano

Madrid abrirá colegios en verano para facilitar la conciliación mientras el Gobierno se autodestruye con el feminismo

Lo de Madrid es una pataleta al lado de la casquería nacional. Diputados en prostíbulos frente a violadores en la calle. Porquería dialéctica en busca de adeptos

Manifestación organizada por la Comisión 8M con motivo del Día de la Mujer.
Manifestación organizada por la Comisión 8M con motivo del Día de la Mujer.Alberto R. RoldanFotógrafos

Mientras el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez se autodestruía a cuenta de la reforma de la Ley del solo sí es sí y la división en torno al feminismo, en la Comunidad de Madrid, PP, PSOE y Más Madrid se enzarzaban por ver cuál de las tres formaciones propuso antes la medida de abrir los colegios de la región en vacaciones para facilitar la conciliación de madres y padres. La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, prometió la apertura de centros de Infantil y Primaria durante los descansos escolares a partir de 2024, a las pocas horas de que el ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, actuara de regidor de protestas. «A ver qué se encuentran en la manifestación del 8-M», vaticinó antes de la tramitación de la Ley de Irene Montero, reformada por el bloque socialista del Ejecutivo. Ayuso proponía medidas para que las familias tengan más facilidades a la hora de trabajar y cuidar de los hijos y el bloque de investidura del PSOE y Podemos utilizaba el feminismo como arma de destrucción de la cuota de poder del contrario. No se vieron estimuladores en las calles pero los morados utilizaron una imagen de un conocido juguete de satisfacción sexual para su guerra populista. «Este aparato mata fascistas», aventuró la número dos de la ministra Irene Montero, Ángela Rodríguez Pam, en su vibrante semana.

Los morados aumentaban la presión sobre Sánchez y los suyos, achicharrados por el caso «Tito Berni» y la ruta del burdel. Diputados en prostíbulos frente a violadores en la calle y al revés. Porquería dialéctica de arcada para conseguir adeptos.

Lo de Madrid es una pataleta al lado de la casquería nacional. No son menores los rifirrafes en la política regional pero esta semana se podría concluir que lo de Ayuso, Mónica García y Juan Lobato es una riña de patio de colegio. La líder de Más Madrid criticó la medida de la popular en un tuit y lo borró al reconocer que ella misma propuso en 2021 abrir los colegios públicos con el fin de facilitar la conciliación, según publicó este periódico. A la vez, el portavoz socialista alegó que la de Ayuso es una «mala copia» de una proposición suya. Confrontar por el copyright de una iniciativa que beneficiará a más de 200.000 personas podría ser incluso la noticia positiva de la semana a tenor de la sangría en los escaños del Congreso.

La popular aseguró que la Comunidad pagará las actividades extraescolares a las familias que no dispongan de recursos económicos y aclaró que no serán los profesores quienes se ocupen de éstas tanto en los días de vacaciones escolares como en las fechas previas al inicio del curso y puentes, un periodo insuficiente para la portavoz de Más Madrid, que apuesta por que las familias pasen más tiempo con sus hijos en casa y no sólo en los periodos no lectivos.

Son las mujeres las que dedican más tiempo a los hijos, según una encuesta del INE de 2022. Una de cada cinco empleadas de 25 a 54 años con hijos a su cargo trabaja a tiempo parcial. El porcentaje, aunque ha mejorado respecto a años anteriores, se aleja todavía del de los hombres en la misma situación. Solo el 4,1 por ciento con un hijo ha reducido la jornada. El número de hijos también incrementa el de mujeres que se acogen a la temporalidad. Con tres hijos, esta circunstancia pasa del 24,4 al 25,5 por ciento, lo que evidencia la necesidad de aplicar políticas que permitan la conciliación, especialmente a las mujeres. Así lo han propuesto en Madrid las tres formaciones políticas y, con otros argumentos, también Vox, que la considera «razonable» aunque insuficiente, según explicó su portavoz, Rocío Monasterio, horas antes de que la secretaria de Estado de Igualdad jaleara los coros de jovencitas de Podemos deseando la muerte de Santiago Abascal.

De tanto magreo del 8-M, las manifestaciones patrocinadas por PSOE y Podemos han registrado la menor asistencia de los últimos años. El «activismo» pinchó en Madrid. Muchas mujeres decidieron ejercer sus derechos fuera del marco de protestas apadrinadas y sermones sexuales como el de Ángela Rodríguez Pam. La conocida como «Pam», a secas, por el estallido que provoca cada vez que habla, mostró su preocupación porque el 75 por ciento de mujeres jóvenes prefiera la penetración a la autoestimulación. «Pedir el placer para las mujeres también es hacer política», dijo en medio de la resaca sexual. Que quienes controlan el Boletín Oficial del Estado pretendan adoctrinar a las mujeres en sus prácticas sexuales, resulta cuanto menos inquietante.

No le sorprendió a la segunda del Ministerio de Igualdad, sin embargo, que menores de edad gritaran a su lado «qué pena me da que la madre de Abascal no pudiera abortar». Lo grabó y lo subió a sus redes sociales, orgullosa de las políticas de su Ministerio que animan a tan aberrantes cánticos. La «secretaria de Estado del gustirrinín», como reconoce que le gusta que la llamen, llegó a justificar los gritos hasta que el tsunami provocado por su actitud la obligó a retirar el video de redes sociales. La oposición ha pedido su cese, un «exceso» de patriarcado, puede pensar; unos «fascistas» que no se autoestimulan, creerá; unos «señoros justicieros» machistas, puede llegar a defender. La vulgarización del feminismo ha derivado en perreo institucional. Lo de Madrid no llega a «pin, PAM, pun».