Madrileñ@s

Marta Eguía: La maternidad, sus dificultades y la seguridad de que vale la pena

La actriz interpreta a Chus, una madre primeriza en la obra «Madres», que este verano reflexiona sobre las distintas maternidades en el Teatro Lara

Entrevista Madrileñ@s a la actriz Marta Eguia © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 28 06 2023
Entrevista Marta Eguia © Alberto R. Roldán Alberto R. RoldánFotógrafos

Marta Eguía es una habitual del teatro. Ha sido su profesión, la de actriz, la que la ha llevado de un lado a otro del mundo, Polonia a Puerto Rico, y a recorrer de arriba a abajo la geografía española. Es una habitual también de series españolas, como es el caso de «Amar es para siempre», donde sorprendió con el papel de la villana Pitu. Ha trabajado también en el cine, no solo ante la cámara sino poniendo en práctica su formación en psicología como coach de menores actores. En definitiva, Eguía ha hecho de todo en el ámbito laboral. Y, entonces, llegó la maternidad. «Nunca he negado un trabajo, pero con la maternidad te das cuenta de lo complicado que es llegar a ese equilibrio entre criar y mantener una vida profesional que te llena», dice a LA RAZÓN. Tal vez por ese motivo, cuando llegó a sus manos el guion de «Madres», que podrá disfrutarse durante todo el verano en el Teatro Lara, entendió perfectamente lo que esta obra quería expresar. «De pronto, Elena Díaz –actriz, directora y creadora de la misma– me dice que ha escrito una obra y que ha pensado en mí. La leí y solo pensé que tenía que estar ahí. Ella es madre, y utiliza cosas que ha vivido ella, que les han pasado a amigas suyas, a familiares... Así que ha quedado una obra muy completa, en la que muchas mamis que vienen a verla salen diciendo que esto es terapia, porque lloras, te ríes, reflexionas». Para Eguía, «el teatro es un motor de cambio social», y, precisamente por este motivo, «es muy bonito ver cómo lo que haces sirve para conectar y para que el público pueda liberarse y pensar».

Chus, el personaje al que da vida, está embarazada. «Es mamá primeriza, y, como tal, tiene todas las dudas del mundo, pero en este proceso se encuentra con otras cuatro mujeres, tres de las cuales son madres, cada una con sus maternidades diferentes. Una con tres hijos y todo organizado, otra que es empresaria, y otra más relajada, más de fluir. Y, claro, con todas estas formas de asumir la maternidad, con todas las cosas que le dicen, Chus se vuelve loca, porque piensa que no va a poder». De hecho, Chus «siempre ha querido ser mamá», pero «cuando empiezan a aflorar todas estas maternidades ella empieza a pensar que es muy difícil y que no va a poder, sobre todo en una sociedad en la que, en realidad, no se ayuda a las madres, no se facilita la maternidad». Y es que, tal como reconoce Eguía, ya basada en su propia experiencia como madre por partida doble, «es muy difícil mantener el trabajo y cuidar a la vez». Pero, para Chus, «hay un momento en el que, al igual que todas esas maternidades la paralizan, lo que hacen es hacerla entender que cada maternidad es única y que ella, como Chus, también va a poder ser mami».

La obra se convierte, así, en un viaje por la cruda –aunque también maravillosa– realidad de la maternidad. Eso sí, «todo esto se cuenta desde el humor absoluto, que sirve como canal para darnos cuenta de que es muy complicado ser madre, sobre todo sin ayuda». «Y no me refiero a ayuda económica, sino a tener una red de apoyo», matiza Eguía. «Como antiguamente, que tenías a tu madre, a tus hermanas, a tus tías, a la vecina... Ahora, la realidad, es que muchas madres están solas y, cuando te pasan dificultades, no sabes a quién acudir». Por este motivo, esta obra «también habla mucho de la red que hacen las mujeres para que nadie se caiga. Aunque no estén de acuerdo en cosas, aunque sean totalmente distintas, que sepan que están ahí las unas para las otras».

Escuchando a Eguía, se es consciente no solo de que la sociedad ha pasado del extremo de que una maternidad idealizada a que parezca que es casi imposible, o que todo son problemas. Sin embargo, esta obra subraya que sí, es difícil, pero se puede. «Efectivamente, no nacemos sabiendo ser mamás, y por muchos consejos, muchos libros que te leas, lo cierto es que tu bebé y tus circunstancias son únicas, son diferentes», reconoce. Sin embargo, a pesar de las noches en vela, las preocupaciones, los cambios físicos, lo que transmite escuchar a Eguía hablar es la confianza de alguien que está convencido de que, al final, merece la pena. «Es muy difícil, y tenemos que ser conscientes de ello, pero al ver cómo van creciendo y cómo van formando su personalidad no lo cambias por nada».

También importante para los padres

La maternidad es única para cada mujer. Pero no olvidamos también la otra parte. La del padre. «Muchos padres vienen a ver la obra y sirve para que entiendan muchas cosas, porque a veces no saben cómo situarse ante una etapa donde su pareja está pasando por un momento tan complejo», explica Eguía. De hecho, en este sentido ella misma tiene una anécdota, y es que un grupo de amigos suyos, que son padres, fue a ver «Madres». «Al salir, uno de ellos me decía que él había vivido su paternidad, y ha visto a su pareja siendo mamá, pero, de pronto, al ver la obra, lo único que le salía era cogerle la mano y darle las gracias por todas esas cosas que ha vivido y en las que él no había reparado».