Lectura

Mirian Galán: «Los niños solo necesitan que pasen tiempo con ellos»

La getafeña, reconocida como mejor profesora del mundo en los Global Teacher Awards, presenta «Felices en la Escuela», su primer libro que ya está a la venta

Mirian Galán, maestra de educación infantil. © Jesús G. Feria.
Miriam Galán, una docente de educación infantil, ha ganado el premio a mejor profesora del mundo en la V edición de los Global Teacher AwardsJ G Feria

En la última entrevista que nos concedió, hace algo más de un año y medio, estaba radiante porque su trayectoria de más de veinte años como maestra de educación infantil había sido reconocida como «Mejor Profesora del Mundo» en la V edición de los Global Teacher Awards. Mirian Galán, sigue desprendiendo esa pasión por su profesión -que cada vez menos personas cultivan- y que le impulsa día a día a superarse. También durante aquella conversación, dejó caer su intención de adentrarse en el mundo editorial.

Ahora, ha dejado por un rato el aula para recibirnos en la Fnac de Callao, donde el próximo 1 de marzo a las 18:00 horas presentará «Felices en la Escuela», su primer libro. Hace pocos días que esta guía ha visto la luz, pero las primeras impresiones no han podido ser mejor. Los lectores pueden encontrarla ya en la sección infantil, de «parenting» o de crecimiento personal de sus librerías de confianza, pero lo cierto es que es apta para todos los públicos. «Tenía claro que quería hacer una guía fuera de lo común. Contar cómo fue mi infancia, mi recorrido hasta llegar a ser educadora, cómo todo esto ha influido en mi forma de educar y las anécdotas que he ido viviendo durante toda mi trayectoria profesional», se sincera.

También buscó diferenciarse del resto utilizando un lenguaje sencillo, que hiciese disfrutar a todo el que lo leyese y que resolviese las dudas que a todos los padres les pudiesen surgir. Sin duda, toda una novedad dentro del mercado dónde hasta ahora no había ningún libro de este tipo escrito por educadoras y menos, de primer ciclo. «Si te fijas, todos los escriben psicólogos o pediatras, que por supuesto, aportarán su visión de este campo. Pero es algo que me sorprendió, cuando somos las educadoras las que más tiempo pasamos con ellos». En estas dos décadas dedicada a la docencia, esta maestra getafense ha tenido la oportunidad de conocer a muchos niños, historias y vidas diferentes. Sin embargo, dice sentir «pena» porque siempre se de más importancia a otros cursos y no a este que es la base de la educación. «Necesitamos que se nos valore en los cambios legislativos porque son exactamente los mismos que los de otros cursos y que se nos iguale en términos económicos y de ratio. Es lo justo, tenemos mucha responsabilidad en nuestra profesión».

¿Quién no recuerda a su profesora de la Escuela Infantil? Quizás no lo que hacíamos con ella, pero sí una buena o mala sensación de aquella etapa de nuestra vida. Por esto, Galán hace siempre mención a la curva de Tonucci, un pedagogo italiano que sostiene que la educación de una persona alcanza su punto álgido entre los 0 a 6 años, a partir de ahí empieza a decaer. «Esto es muy importante y algo a tener en cuenta. Durante el covid hubo como un “boom”, que se nos valoró más, cuando los papás se vieron en casa tantas horas con los peques. Pero lo cierto es que hasta que no tienen un hijo o contacto con una escuela, las personas no son conscientes de nuestra labor».

Entre las demandas o preocupaciones que más se repiten entre los padres y a la que esta maestra da espacio e indicaciones para sobrellevarlas mejor en su libro son los mordiscos y lo conocido como «el control de esfínteres». «Lo primero porque sus hijos están emitiendo o recibiendo un daño y quieren encontrar el por qué. El segundo, porque para acceder al siguiente ciclo los pequeños están obligados a hacerlo sin pañal, pero hay muchos de ellos que no están preparados porque igual nacieron en diciembre, y no se les puede obligar a tener un nivel madurativo que no tienen». Ante todas estas preocupaciones, ella lo tiene claro: «A los papás siempre les pido que se relajen, para sus hijos ya son perfectos. Solo necesitan que pases tiempo de calidad con ellos». Conocimientos que ha ido adquiriendo con su experiencia y que no deja de actualizar con nuevas lecturas, asistiendo a ponencias y en definitiva, sin dejar de actualizarse y formarse. Estas las ha acompañado con tips que utiliza habitualmente en su día a día.

También ha querido darle importancia al lenguaje positivo, algo que tiene muy presente en el aula. «Tienen que aprender a decir que no. Es muy importante el cómo se dicen las cosas, el lenguaje es más importante de lo que creemos. Por esto utilizo mucho la frase ``Qué orgullosa estoy`` cuando consiguen cosas por primera vez». Las rabietas también tienen su espacio y es que como bien dice la educadora, son algo con lo que se convive en el día a día y que por mucho que se trabajen, van a seguir existiendo. Sobre esto, recuerda una anécdota en la que uno de sus alumnos decidió ir disfrazado de Spiderman a la función de Navidad, en lugar de ángel. «Yo le dejé participar porque no hay necesidad de ser tan estrictos con niños tan pequeños cuando claramente se negaba a ponerse el otro disfraz», y añade riéndose, «con dos años no va a tener más oportunidad de ir disfrazado y no sentirse ridículos. Yo no paraba de reírme aunque el cura cuando lo vio no le hizo tanta gracia».

Anécdotas, detalles y reflexionas como estas pueden encontrarse a lo largo de «Felices en la Escuela». Pese a que siempre le ha gustado mucho escribir, lo lleva haciendo varios años en su blog «Super Educalandia» y tiene varios relatos escritos, cuando le llegó la oportunidad de escribir esta guía confiesa que «no se veía en ese papel». Fue su padre el que le convenció: «Me dijo, hija, cuando tu no estés ese libro prevalecerá en el tiempo. Me pareció tan sumamente bonito, que vi claro que tenía que hacerlo». Una experiencia que ella misma califica de divertida y más que satisfactoria, tanto, que ya quiere repetir. «He tenido tantas emociones y sentimientos, que me ha recordado que mi mayor ilusión siempre había sido escribir un cuento». Dicho y hecho. Los lectores podrán disfrutar de él a finales de este año.