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Restauración

El nuevo Hotel Palace: vuelta al esplendor de 1912

Tras 22 meses de reformas y una inversión de casi 100 millones, el icónico edificio recupera detalles de sus orígenes

El Hotel Palace de Madrid reabre sus puertas tras su restauración Alberto R. RoldánPHOTOGRAPHERS

El célebre escritor argentino Jorge Luis Borges, afectado por una ceguera progresiva, contaba que bajo la cúpula del Hotel Palace podía sentir la luz del sol. Hoy, sin duda, esa sensación podría cobrar aún más fuerza después de la restauración de la impresionante cúpula del hotel, cuya estructura de vidrio ha sido desmontada y restaurada pieza a pieza. En total, se ha actuado sobre 1.870 piezas de vidrio, a las que se ha incorporado un sistema de iluminación que realza su belleza.

Se trata de uno de los elementos arquitectónicos más destacados de la renovación que ha sufrido este icónico hotel de lujo, según destacó ayer su director, Pablo Flores, durante la reinauguración oficial del Hotel, tras una inversión cercana a los cien millones de euros.

Hoy, más de un siglo después de que abriera sus puertas, en 1912, el emblemático Palace renace con una restauración de Miguel Díaz, arquitecto de Ruiz-Larrea y director de la rehabilitación del Palace y los detalles de interiorismo de Lázaro Rosa-Violán, que devuelven al histórico edificio a su esencia original y al esplendor de la Belle Époque.

Fachada original

La fachada, que durante décadas lució en un blanco inmaculado, vuelve a su color original. Tras un análisis casi de laboratorio, se descubrió que, bajo las numerosas capas de pintura, el color primigenio del edificio era un tono crudo con detalles en terracota. «No existía en ninguna carta de colores moderna y tuvo que ser recreado específicamente para esta reforma», explica Miguel Díaz a LA RAZÓN.

Ahora, casi como una ironía del destino, el histórico hotel, ubicado frente a la fuente de Neptuno, ha recuperado una tonalidad que bien podría confundirse con la del Atlético de Madrid, equipo cuya afición celebra sus triunfos en esa misma plaza. Además, otros elementos decorativos han sido resaltados con un sutil color terracota, acompañado de un nuevo sistema de iluminación que realza la majestuosidad del edificio.

Si reparamos en la fachada, puede contemplarse la cabeza del dios Baco, símbolo del disfrute y la celebración, que había permanecido tapada por reformas anteriores. También se aprecian perfectamente los detalles frutales que salpican la fachada.

El director del hotel puso en valor, durante la reinauguración, que el proceso de iluminación ha sido otro de los grandes desafíos después de que fueran necesarias más de una treintena de pruebas para encontrar la temperatura y el ángulo exacto que respetaran la esencia del color original del edificio.

El Hotel Palace de Madrid reabre sus puertas tras su restauración. La presidenta de la Comunidad de Madrid isaAlberto R. RoldánFotógrafos

Nueva marquesina

El hotel recupera también su marquesina original tras la consulta realizada a los archivos históricos. «Se encontró una imagen de la Guerra Civil en la que aparecía la nueva estructura, elegante y sobria, que había sido reemplazada por una versión más ostentosa de décadas posteriores», añade el director de la rehabilitación.

Así, la restauración podría compararse con un proceso casi arqueológico. En cada rincón del hotel, los equipos de conservación han ido retirando capas de intervenciones pasadas hasta descubrir detalles que habían permanecido ocultos. Así ha ocurrido, de hecho, con los capiteles de las columnas o los frisos.

El Hotel Palace de Madrid reabre sus puertas tras su restauración. La presidenta de la Comunidad de Madrid isaAlberto R. RoldánFotógrafos

Gran Lobby

Pero quizás el mayor impacto visual se encuentra en el interior. Más allá de la cúpula, el gran lobby, que antaño se oscurecía con frescos toscanos de tonos apagados, ha recuperado su luz gracias a la reinstalación de las vidrieras originales. «Cada una de estas piezas de cristal ha sido restaurada con un minucioso trabajo artesanal, permitiendo que la luz natural inunde el espacio y resalte los mármoles restaurados.

Además, se ha reubicado la icónica lámpara en forma de palmera, que originalmente colgaba en el centro del vestíbulo y había sido trasladada en reformas posteriores. Ahora, tras más de un siglo de historia, ha vuelto a su lugar original», explica a LA RAZÓN Miguel Díaz.

La entrada, el área de recepción y la conserjería han sido recuperadas casi en su diseño original, respetando los materiales y el estilo de la época de inauguración del hotel a comienzos del siglo XX. Elementos decorativos en madera y mármol han sido restaurados también para devolverles su esplendor original.

El Hotel Palace de Madrid reabre sus puertas tras su restauración. La presidenta de la Comunidad de Madrid isaAlberto R. RoldánFotógrafos

Oferta de lujo

Flores destacó que el propósito de esta reforma era llevar el icónico edificio al siguiente nivel y ofrecer un servicio de excelencia a la altura de los destinos más prestigiosos del mundo. «Ahora podemos ofrecer a Madrid el Palace que se merece, totalmente renovado y con un servicio de lujo. Madrid se ha convertido en uno de los destinos más deseados a nivel global gracias a su oferta cultural y su estilo de vida, y nuestro objetivo era que el Palace estuviera a la altura de esta evolución».

La renovación se ha llevado a cabo sin cerrar sus instalaciones durante los 22 meses de reformas de modo que se han cerrado áreas específicas mientras otras seguían funcionando. «Esto ha sido posible gracias a la grandiosidad del edificio, que nos ha dado la flexibilidad para avanzar en la obra sin interrumpir la experiencia de nuestros huéspedes», añadió el director.

Las habitaciones y suites han sido completamente renovadas, conservando únicamente el suelo de mármol original. También se mantienen las puertas originales y se han recuperado las chimeneas en las habitaciones a la par que se han implementado avances tecnológicos que garantizan un servicio más eficiente y exclusivo para los huéspedes.

El nuevo diseño mantiene en las habitaciones un estilo elegante y clásico, con una estética inspirada en el Parque del Retiro y detalles en terciopelo azul profundo y blanco perla. Las lámparas, de inspiración Art Decó, junto con esculturas y otros elementos decorativos, rinden homenaje a la historia de Madrid. De hecho, en las suites pueden verse tapices con temática del parque del Retiro de la Real Fábrica de Tapices.

Los baños han sido rediseñados con una atmósfera de jardín de invierno, incorporando mármol travertino, grifería de bronce pulido y azulejos que reproducen el plano del Real Jardín Botánico. En los pasillos de las habitaciones, se ha apostado por una decoración evocadora que rinde homenaje a las mentes brillantes que han pasado por el hotel a lo largo de su historia.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien estuvo en la inauguración, recordó la trayectoria del hotel como «notario de innumerables acontecimientos históricos a lo largo de más de un siglo». El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, lo calificó de «buque insignia e icónico» para la ciudad de Madrid tras asegurar categóricamente que es «uno de los mejores hoteles de Europa». Hoy, como entonces, sigue siendo un refugio para artistas, escritores y viajeros que buscan perderse como Borges en la belleza de sus pasillos.