Feria del libro

El paraíso de los amantes de la literatura antigua

En el Paseo de Recoletos se encuentra la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, con ejemplares desde 2 euros hasta llegar a los miles de euros

Feria del Libro Antiguo en el Paseo de Recoletos
Feria del Libro Antiguo en el Paseo de RecoletosDavid JarLa Razon

Madrid celebra que los libros nunca mueren. Y no solo eso, sino también que, como el buen vino: ganan valor con el tiempo. Desde 1977, organizada por la Asociación de Libreros de Lance de Madrid, esta tradición sigue viva. Junto con los volúmenes de segunda mano y descatalogados, los visitantes de la feria pueden explorar una amplia variedad de artículos, que incluyen volúmenes antiguos, primeras ediciones autografiadas, ejemplares raros y manuscritos originales, grabados, mapas, ediciones poco comunes, periódicos y revistas, cómics, objetos de colección en papel y libros de ocasión. Además, hay disponibles restos de ediciones, los conocidos como libros de saldo. Este año la feria cuenta con 37 librerías especializadas, ofreciendo un sinfín de ejemplares para la venta, con precios que van desde un euro para las ediciones más económicas hasta miles de euros para auténticas joyas.

Y aunque la mayoría de libreros coinciden en que la narrativa es la lectura más demandada, también hay espacio para temáticas antiguas de magia, tarot, cocina e incluso desarrollo personal, la tendencia actual de la autoayuda. La oferta es de lo más variopinta: desde la ilustración de Federic Amat de «Las Mil Y Una Noches»; las firmas de Cernuda, Alberti y retratos de Delibes; las novelas inmortales de Robinson Crusoe, hasta un recorrido por nuestra trayectoria política con discursos originales de Primo de Rivera o «Muertes paralelas» del recién fallecido Sánchez Dragó. En cada caseta se exhiben los tesoros más valiosos, con páginas dobladas, hojas descoloridas y esquinas desgastadas. Sin embargo, hay algo que permanece inmutable a través del tiempo: junto al olor característico de los libros antiguos que han marcado tantas vidas, sigue la pasión de los vendedores por mostrarlos y compartir su historia.

Un paseo memorable

El librero de Hallazgo, José Solís, muestra «Flora Forestal Española» (Madrid, 1890), una de las primeras escuelas de ingenieros de España, la de Montes: «Esta obra es del siglo XIX, es muy ambiciosa e intenta abarcar toda la flora española forestal. Los dibujos son de una naturalidad enorme. Se junta lo textual y lo artístico de una manera excepcional», explica. Se trata de dos carpetas con más de 200 láminas y dos tomos de texto, escrito por el Ministerio de Fomento, coordinado por Máximo Laguna y dos ingenieros, Pedro Ávila y Justo de Salinas. Según indica José Solís, son libros todavía demandados por ingenieros, botánicos y aficionados. Es una creación histórica para la bibliografía del tema, de ahí que su precio oscile los 2.500 euros; aunque el veterano en el comercio de libros ha vendido piezas de hasta 28.000. Por otro lado, en Hallazgo venden también libros desde dos euros: «Sobre todo vendemos narrativa que es con lo que pasamos el rato cuando tenemos ganas de evadirnos de forma relajada y amena».

Si continuamos hacia la caseta número 4, vemos la librería Salambó, regentada por Beatriz Miguel. Beatriz presenta «Mujeres Españolas» de la Sociedad Española de Amigos del Arte (1918). «Es un catálogo que expone retratos de mujeres célebres de nuestro país, como Isabel la Católica o la marquesa de Santa Cruz. Aparecen pintores famosos como Sánchez Coello. En el siglo XX se hacían exposiciones de todo tipo, por ejemplo de dibujos, accesorios de la época o del sector textil. Son libros especialmente para coleccionistas, pese a que también se demanden para decorar una casa o escribir una tesis», argumenta la librera. Su precio es de 50 euros. En Salambó hay dos espacios: el mostrador y el interior. El primero es el que ofrece libros más baratos y estándares, véase una novela para leer en el metro. Mientras que en el interior hay temáticas más singulares relacionados con temas de contenido local, provincial, arte y primeras ediciones de literatura.

En la caseta de Arenal 21, regentada por José María, destaca «Viaje de exploración por el alto Amazonas», del Capitán Iglesias. «Fue un proyecto sobre el viaje científico que se realizó por el alto Amazonas en 1931. De esto se suele hablar muy poco pero aporta un contenido muy valioso». En cuanto a las ventas, José María señala que sobre todo distribuye novelas, ensayos políticos y coleccionismo como postales, cromos y foto antigua. «Lo que sí noto es que cuando muere un escritor, sus libros tienen una alta demanda los tres días después del fallecimiento; así ocurrió con Sánchez Dragó», añade el librero. Y lanza un mensaje para los lectores: «El tiempo de esta feria es un lujo, aquí se está muy bien. Y se pueden encontrar cosas que no están en otros lugares, de todos los precios y épocas».

Xavi y Ana son las caras de la librería Llera Pacios (caseta 10). Allí se exhibe «Genealogía de los Reyes de España», del siglo XVI. Son árboles genealógicos que cuentan la historia de la casa de Trastámara o Alfonso de Cartagena, entre otros. Se hizo para la emperatriz Isabel de Portugal, esposa de Carlos V. «Aquí se justifica la genealogía de los Reyes Católicos desde los Trastámara. Tiene una gran importancia histórica, cuya reproducción imita al pergamino, con dorados, encuadernación heráldica y cierres metálicos», informa el matrimonio. Su precio es de 1.000 euros y, como otros pocos, transmite ese recuerdo de los libros hechos para ser apoyados en horizontal, protagonizando los espacios de la sociedad más pudiente.

«La ocasión»

«Es una feria llena de oportunidades», manifiesta a LA RAZÓN el ilustrador del cartel oficial, Raúl Fernández. Para el diseñador, estas casetas aguardan regalos y tesoros por descubrir, «es una gran ocasión», pronuncia. Su idea de una mujer sosteniendo libros acompañada de un pajarito nació de un petirrojo que veía desde su ventana: «Este animal también se hace con un libro. Quería que fuese alegre y colorido», revela Raúl.

La apertura de la feria fue de la mano del pregón de Alex de la Iglesia. El director de cine y bibliófilo trasladó a LA RAZÓN su emoción por inaugurar un evento de estas características: «Leyendo los encargados de este propósito en años pasados, esto es un orgullo enorme, un honor y un privilegio». De la Iglesia se declara como un asiduo de esta feria que «le vuelve loco». Y aunque confiesa que no es un opositor de la lectura a través de la tecnología –de hecho es un ciudadano que pasea por los caminos de Twitter–, reconoce que no hay nada como el papel. «Es un problema que tengo yo porque soy antiguo y de ocasión, como esta feria, por eso me encanta».