Delincuencia callejera
Polémica viral: «Agredir a un policía sale casi gratis»
Tras la agresión de un joven a un agente, los sindicatos denuncian los obstáculos que tienen para hacer su trabajo
En los últimos días se han viralizado las imágenes de una intervención policial que pudo acabar mal. Una patrulla de la Policía Nacional se trasladaba para atender una llamada al 091 en los aledaños de Madrid Río. Allí se encontraron a la víctima, una joven que aseguraba haber sido agredida por su pareja, quien también le habría roto el móvil cuando éste perdía el control. Es entonces cuando, en actitud violenta, interviene el agresor. En las imágenes se ve cómo se van sumando más agresores hasta poner en apuros a la pareja de policías, quienes al principio tratan de evitar tomar medidas contundentes. Estos jóvenes se revelan sin ningún pudor contra la autoridad, llegando a agarrar y golpear a los policías. En las imágenes grabadas desde un edificio cercano se aprecia la impotencia de los dos agentes, hasta que llegan refuerzos y consiguen reducir a los agresores y tomar el control de la situación.
En redes, esta escena ha levantado comentarios de todo tipo, desde los que se alertan por la «falta de preparación de los agentes» a quienes exigen mayor protección y recursos para poder efectuar este tipo de intervenciones con mayores garantías. También hay quien advierte del peligro que puede suponer la sustracción de un arma reglamentaria en ese tipo de enfrentamientos en la calle. Desde el sindicato policial JUPOL aseguran que llevan tiempo advirtiendo de que «la regulación actual no ampara ni protege la actividad policial de la delincuencia moderna, la cual aseguran que ha ido creciendo progresivamente, mientras no se ha aumentado progresivamente las medidas de seguridad de los agentes ni el volumen de miembros.
Por ejemplo, en otros países llevan años utilizándose las pistolas de defensa TASER, en caso de que se esté cometiendo un delito flagrante. Desde este sindicato aseguran que «hace tiempo que las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado disponen de este recurso, pero en cambio, no se imparten las formaciones al ritmo que se debería». También denuncian que incluso hay policías que se ven obligados a intervenir en la calle sin chalecos de protección o anticortes con las mínimas garantías, a causa de la falta de medios.
Pero no solo se trata de equipamiento. Para JUPOL hay una evidente desactualización de la regulación que protege a los policías, así como del Plan de Tiro Nacional: «La reglamentación de este tipo no se adapta a la transformación de la delincuencia en grandes ciudades, como a la aparición de bandas juveniles que dificultan la actividad policial. También creemos que la publicación de nuevas plazas para Policía Nacional no se oferta con la frecuencia adecuada, ni de forma proporcional a la redistribución de la delincuencia en núcleos urbanos como Madrid».
Todos estos desequilibrios se han trasladado a la calle, donde estos organismos llevan tiempo percibiendo una crisis de autoridad de los cuerpos policiales, derivada de la incapacidad para desarrollar las intervenciones con las suficientes garantías. «Las intervenciones (ante delito flagrante) en las que se ha tenido que recurrir al arma reglamentaria, en ocasiones, han acabado con compañeros acusados de homicidio en tribunales. Mientras, por agredir a un policía las multas apenas superan los 200 euros. En España atacar a un policía sale muy barato, y muchas veces gratis». Esto habría permitido que, en contextos de confrontación, el delincuente se vea más legitimado para plantar cara a la autoridad policial, sin temer las consecuencias.
Esta desproporcionalidad entre el estricto protocolo policial y la escasa responsabilidad que se exige al ciudadano, hace que se intente evitar hasta el último momento una intervención contundente, lo que hace que a veces se produzcan situaciones de máxima tensión y se ponga en riesgo la integridad de policías e inocentes. Para JUPOL, «se ha popularizado que ante cualquier intervención física de un miembro de la policía se conceda un parte de lesiones. En definitiva, los agentes sienten que cada vez están más expuestos y tienen más obstáculos para desempeñar su trabajo con garantías».
Así, desde este sindicato creen que la solución reside en la actualización de los códigos de actuación, la dotación de equipos de última generación y el incremento justificado de agentes de policía.
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