Historia

El Quijote que preside la plaza de España de Madrid

Un monumento al idioma español que es también un homenaje a Miguel de Cervantes y su obra culmen

El Quijote que preside la plaza de España de Madrid
El Quijote que preside la plaza de España de MadridBNE

Madrid tiene predilección -o casi-, por uno de aquellos hombres que fue vecino de la Villa y Corte hace siglos.

No en vano le ha dedicado un monumento en un lugar tan principal como fue emplazarle ante las Cortes, en plena Carrera de San Jerónimo. Allí mira el devenir político de España no muy lejos de donde vivía , en el barrio de las Letras. Sin embargo, la obra cumbre de Miguel de Cervantes, El Quijote, tiene por sí misma el reconocimiento en piedra que merece. Allí, en plena plaza de España. es donde se resalta la importancia del idioma castellano, su expansión por el mundo y al personaje, clave, que más ha contribuido a su divulgación en una obra literaria de relevancia global. De ahí que al cumplirse los trescientos años de la muerte de Miguel de Cervantes, allá por 1916, se pusiese en marcha un concurso para levantar un monumento a aquel genio de la literatura.

Todo ello en un espacio que se acabada de incorporar a la ciudad, siempre en constante crecimiento: la plaza de España. Un lugar que aún será reformado de manera crucial al albergar dos grandes rascacielos. Unos edificios que hoy en día acompañan este monumento al Quijote que también puede ser reinterpretado como reconocimiento al idioma español. El proyecto ganador del conjunto escultórico que nos ocupa fue el presentado por el arquitecto Rafael Martínez Zapatero y el escultor Lorenzo Coullaut Valera.

Imagen del monumento en plaza de España
Imagen del monumento en plaza de EspañaAgencia EFE

Desde el primer momento, en 1920 se constituyó el comité de recaudación de fondos, clave en todo esta iniciativa, para la construcción del monumento en todos los países castellanohablantes. De ahí que en ese proceso tan laborioso, y en aquellos momentos en que las transacciones y envíos de dinero no eran tan rápidas como hoy en día, las cosas se retrasasen. Así, las obras no comenzaron hasta 1925, contando entonces con la colaboración adicional del arquitecto Pedro Muguruza, que realizó diferentes modificaciones al diseño original, entra las que la más relevante fue la supresión de la Victoria Alada que coronaba el monumento en su versión inicial. Así las cosas, y pese a que no estaba completada, el conjunto se inauguró el 13 de octubre de 1929.

Las figuras de honor en el monumento representan a Cervantes, sentado bajo un pedestal, con las estatuas en bronce de Don Quijote y Sancho Panza cabalgando respectivamente sobre Rocinante y su burro, en la base del monumento principal.

La obra está coronado con una bola del mundo y los cinco continentes, alegoría de la extensión y difusión de la lengua española por todo el mundo. Junto a todo ello, y en un apartado más propio de la obra de Cervantes, en lo que tiene que ver con su reconocimiento, están también las esculturas de la Realidad y la Ficción. Remata la simbología de este monumento, en la parte de atrás, la representación de la Literatura española en la imagen de una mujer sosteniendo un libro. A los pies de esta escultura se alza una fuente con los escudos de todos los países hispanohablantes.

Pero la cosa no acabó ahí. En 1957 se continuó su construcción. Para entonces tanto el arquitecto como el escultor habían fallecido. Al primero lo sucedió Pedro Muguruza. Al escultor lo sucedió su hijo, Federico Coullaut-Valera, responsable también del monumento a Pío Baroja junto al Parque del Retiro.

En el monumento a Cervantes Coullaut-Valera añadió las esculturas de Dulcinea del Toboso. En 1960 sumó los conjuntos de Rinconete y Cortadillo y de La Gitanilla, que podemos ver en los laterales. Todo en una plaza que cambia y se renueva, como ese idioma al que homenajea este singular conjunto escultórico.