Negocios centenarios

La tienda de apicultores que soñó Alfonso XIII

«La Moderna Apicultura» lleva abierta desde 1919, y fue la primera en fabricar colmenares en España

Era 1919. La madrileña calle del Doctor Esquerdo poco tenía que ver con lo que es ahora. Sin embargo, una pequeña tienda se mantiene desde entonces como un bastión de la historia más dulce de Madrid: «La Moderna Apicultura». Fundada por el empresario Antonio Garay y diseñada por el mismo arquitecto que hizo el Palacio de la Música de Gran Vía, Secundino de Zuazo, la tienda se inauguraba de la mano de Alfonso XIII como primer establecimiento especializado en la fabricación de colmenas y útiles para la apicultura. Tal fue su éxito que no ha cerrado desde entonces salvo en la pandemia, ya que incluso durante la Guerra Civil, con la miel racionada, los madrileños seguían haciendo cola en la puerta.

«Esto es como la farmacia, la gente viene a preguntarte qué le recomiendas». Habla Aurora Jiménez, actual propietaria de este negocio centenario. «Cuando la tienda abrió, los apicultores se fabricaban sus propias colmenas y enseres con lo que tenían a mano. Entonces, el rey Alfonso XIII, muy interesado en la apicultura, decidió que había que impulsarla», relata. «Compraron la patente de una colmena en Estados Unidos, y cuando llegaron a España la perfeccionaron. A partir de ahí empezaron a crear el resto de útiles que necesitaban». Aquellos colmenares se montaban en fincas y, al final, «se encontraron con que tenían mucha miel, y así empezó a venderse aquí».

La tienda conserva, a día de hoy, mucha esencia del pasado. Desde un enorme cuadro que representa un paisaje de Extremadura, hasta unas vidrieras de Maumejean, «que son las mismas que hay en el Hotel Palace». Los bidones en los que se almacena la miel son también los originales de la tienda, y de ellos sale la miel que, aún hoy, venden a granel. De hecho, mientras hablamos entran varios clientes y la mayoría de ellos entrega su frasco de miel para que lo rellenen. Pero, si hay algo que para Aurora es especial aquí es la fachada, llena de cientos de abejas en relieve. La restauraron el año pasado, y la artista encargada de hacerlo fue su hermana. «No encontrábamos a nadie que se atreviese, así que al final lo hizo ella».

Aquella tienda que empezó a andar con solo tres tipos de mieles ahora vende una treintena. «España es muy rica en mieles, porque tenemos una riqueza de suelo muy buena, muchísimas horas de sol... Además, la miel española es muy apreciada en todo el mundo por las plantas de las que proviene, porque le aportan unas propiedades a la miel que van más allá del sabor». Venden, además, todos los productos que provienen de la colmena: miel, propóleo, jalea real, cera... Pero no se quedan ahí, ya que venden también otros productos que se elaboran a partir de esta, como caramelos, chocolates, dulces artesanales, vinagre, cosmética y mucho más.

La tienda llegó a manos de Aurora en 1991, cuando estaba terminando la carrera de Económicas. «Mi padre es ebanista. Además, de los mejores que ha habido en Madrid, porque ha hecho las ventanas del Palacio Real, el vestidor de la Reina, las escaleras de la casa de los reyes... Su taller estaba debajo de esta empresa, que tenía muchísima maquinaria que mi padre alquilaba, porque en su taller no tenía espacio», relata. A principios de los 90, los dueños de la tienda se jubilaron, y el padre de Aurora la compró. «A él no le interesaba, así que me dejó a mí hacer lo que quisiera con ella. Y así lo hice, empecé a ir a ferias, a estudiar marketing... y descubrí un negocio que me apasionaba. Es súper especial». Desde entonces, a Aurora le han pillado aquí todos los momentos de crisis que ha habido en los últimos años. «Esto es un negocio que tiene sus crisis cíclicas, sobre todo por las sequías». Y es que en España «cada vez llueve menos, así que las producciones son cada vez más pequeñas». Sin embargo, y a pesar de que «siempre» se han recuperado, la pandemia supuso un antes y un después. «Desgraciadamente se nos han muerto varios clientes de los de toda la vida, y, además, con todo el problema de la baja producción de estos años y la inflación, no nos hemos terminado de recuperar del todo». A pesar de esto, siguen teniendo esperanza en el futuro. «Llevamos muchos años, tenemos mucho prestigio, y que todo el que quiera miel de calidad y española sabe que aquí la va a encontrar».