Nochevieja

Los últimos de Ferraz se tomarán las uvas frente a la sede del PSOE

Hasta 600 personas podrían concentrarse mañana contra la amnistía, decenas lo siguen haciendo cada día

Casi dos meses después de que comenzaran las protestas en Ferraz, decenas de personas siguen concentrándose cada día ante la sede del PSOE en Madrid. También lo harán mañana, donde tomarán las uvas para despedir un año político marcado por el acuerdo de amnistía. A menos de seis grados, a partir de las 19:00 horas comienzan a verse por los alrededores de la calle Ferraz banderas de España y gente con la indumentaria correspondiente al completo. Muchos aseguran que llevan acudiendo desde el primer día y que «no lo dejaremos de hacer porque confiamos en que alguien nos escuche». Son los últimos que quedan de los centenares de personas que se llegaron a acumular en los días posteriores al «sí» de Pedro Sánchez a las exigencias de Puigdemont.

Estas decenas de resistentes luchan por «mantener vivo el grito que compartimos millones de ciudadanos en toda España hace tan solo unas semanas». Entonces, las manifestaciones se replicaron en las plazas de casi todos las provincias y pueblos de España, incluso en el extranjero. Pero hoy, solo en Ferraz mantienen unos pocos la constancia, añorando los días en los que su mensaje tenía más poder de convocatoria, pero sin dejar de acudir por ello. Así, aunque cada vez sea menos masivo, este movimiento popular será recordado por ser uno de los más extendidos en el tiempo, como el de aquel 15-M.

Pero en Ferraz no solo protestan, también rezan. Cada tarde se organiza un rosario a la entrada de la Parroquia del Inmaculado Corazón de María, colindante con la sede socialista. Envueltos en la bandera de España se aferran a la esperanza, aunque la actualidad política siga su ritmo frenético. Se resisten a «aceptar que el curso de la actualidad arrase con todo, primero con el foco mediático y luego con la conciencia social».

Cuando se acercan las 20:00 horas interviene la Policía Nacional que custodia Ferraz para cortar la calle, cuando aprovechan para sumarse los últimos manifestantes. Tantos días después, la presencia policial está integrada con total normalidad en la rutina, quedando muy lejos las escenas de tensión en la calle de principios de noviembre. Mañana se espera que «la concentración crezca, demostrando que incluso en fechas tan señaladas, el mensaje de la unidad nacional sigue resistiendo». Lejos de culpar o exigir cuentas a quienes han abandonado el hábito de acudir a Ferraz, estos últimos manifestantes entienden que «el frío y las ocupaciones navideñas o las enfermedades que proliferan en esta época han sido grandes escollos para que el movimiento haya tenido aún mayor continuidad».

Sin embargo, lo cierto es que muchos de los manifestantes que persisten diariamente en su protesta son de edades avanzadas, especialmente sensibles a las bajas temperaturas y seguramente con más excusas que el resto de la población. Aun así, abrigados hasta las cejas, no ponen fecha de caducidad a su protesta. De hecho, entre los más habituales de este ya icónico chaflán de la capital, se animan entre ellos para no fallar en fechas como la que se celebra mañana.

Las otras campanadas

Por primera vez en la historia reciente de la capital, la Puerta del Sol no será el único foco de atención en la última noche del año. Después de que en Nochebuena asistiesen unas 150 personas, se espera poder llegar hasta las 600 para despedir el año 2023 frente a la sede socialista. Incluso, como ha sucedido en otras fechas importantes, asistirán ciudadanos de municipios cercanos y hasta de provincias vecinas, ya que en principio, esta iniciativa no contará con réplicas en otras regiones de España. Para muchos de ellos, «serán las primeras uvas que no me tomaré en casa con mi familia».

Estas particulares campanadas, incorporarán elementos como una pantalla LED gigante, un sistema de megafonía, la presencia de un DJ y hasta dos presentadores, papel que desempeñarán la periodista María Durán y el youtuber Isaac Parejo. Para todos ellos, el propósito de esta inusual fiesta de Nochevieja es «iniciar el nuevo año expresando nuestro descontento contra lo que consideramos un golpe de Estado de Pedro Sánchez».

Fuentes de la organización Revuelta (afiliada a Vox) revelan que la financiación «se ha llevado acabado a través de un «crowdfunding» que ha recaudado más de 9.400 euros repartidos en más de 500 donativos». Con estos fondos cubrirán la pantalla LED de 12 metros y los 600 paquetes de uvas para distribuir entre los asistentes en Ferraz. A su vez, preparan la retransmisión en vivo a través de YouTube, para lo que buscan anunciantes y costear así escenario, iluminación, cámaras y un sistema de realización que permita montar un programa con emisión en directo.