Entrevista
Yoly Saa: «Es importante tener a alguien que te recuerde que la vida merece la pena»
La cantautora gallega estará este viernes en la Sala La Paqui para despedir su primer disco «A golpes de fe», que da paso a una nueva etapa musical
Lleva medio año sin subirse a un escenario. La grabación de su nuevo disco, el más importante hasta la fecha, la obligó a parar. Este viernes, 19 de enero, Yoly Saa se despedirá de «A golpes de fe», su último y primer disco, para dar paso a una nueva era. Lo hará en la Sala La Paqui, una de las primeras que la acogieron cuando llegó a Madrid desde su Galicia natal hace cinco años. «Estoy contenta pero triste a la vez. Creo que siempre que se llega a un fin de gira hay una mezcla de sentimientos porque me despido del que ha sido mi primer disco y de una etapa muy especial para mí», reflexiona la cantautora. Dos años en los que dice sentir que ha madurado mucho, tanto profesional como personalmente, y encontrarse a «años luz» de cuando empezó a componerlo. «Creo que va a ser muy emotivo despedir estas canciones, aunque algunas de ellas no será la última vez que las toque, pero otras tendrán que dar espacio a las nuevas».
Desde hace un mes, se puede escuchar «No se me olvida», su último sencillo, y un atisbo de la nueva Yoly Saa que podremos escuchar este año. Una artista más madura, con las cosas claras y que mantiene referencias a la hora de componer pero que ha dado un salto abismal en la producción. «Era algo que no me había atrevido, ni había podido hacer porque no tenía la formación necesaria, pero me he metido de lleno en la coproducción de este disco». Las guitarras seguirán presentes, los pianos cobrarán más fuerza en estas canciones y sucederán efectos vocales que no habían existido hasta ahora en sus canciones. Pero sin duda, el cambio más sustancial viene en sobre lo que escribe. El amor, el desamor o la morriña a su tierra son temas que irremediablemente nos vienen a la cabeza pensamos en sus canciones.
Sin embargo, el haber pasado por un episodio depresivo durante este último año, le ha dado fuerzas para hablar de temas tan comunes y a los que no se les suele «cantar» como la depresión, la ansiedad o la salud mental. «He intentado explicar lo duro que es dar una gira en ese estado o lo que se siente cuando intentas explicar lo mal que estás, a pesar de tenerlo todo, porque es algo más profundo». Con el fango hasta las rodillas, la gallega reconoce sentir todavía vértigo solo al pensar en que esas canciones están a punto de ver la luz. «Pero ya están escritas y no hay marcha atrás», dice entre risas.
La música, su familia, ir a terapia y sus amigos han sido claves para superar esos momentos tan duros. «Ya lo sabía pero en este último año me he dado cuenta de lo importante que es la red de amigos y lo poco que se tiene en cuenta. He sentido sus cuidados y que realmente eran los que me sostenían». Mientras que la música ha sido el mejor de los refugios. «Había días que pedía cancelar los conciertos porque no podía ser funcional en la vida, mucho menos como para subirme a un escenario». Sin embargo, este se convertía en el único momento del día en el que se sentía «bien, realizada y en el que la vida merecía un poco la pena». «Al bajarme le pedía a mi representante que me recordarse esa sensación cuando le pidiese cancelar otro. En esos momentos estás tan fuera del mundo que necesitas que te recuerden algunas cosas y es importante tener a alguien al lado». Que alguien que esté sintiendo lo mismo en esto momentos pueda sentirse acompañada con sus temas, será sin duda, el mejor de los regalos.
Con el paso de los años, la gallega ha terminado por llevarse bien con la ciudad. Toparse con otros artistas en los micros abiertos de la Sala Búho Real, le permitió sentirse más entendida y conectada; también descubrir su potencial cultural. «No sabía lo que era ir al teatro y llegar a casa muda o ir cada día a un concierto. Empaparme de tantas cosas distintas me ha abierto la visión y me ha inspirado a nivel creativo». Si hay algo que no cambiará en ella es su creencia en las carreras que se construyen poco a poco, sólidas y a largo plazo. También que siempre escribirá mejor en aquellos lugares donde sus pulsaciones bajen.
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