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Rebelión contra el nuevo convenio veterinario por “aprobarse” en secreto

Una veintena de empresas del sector pide a Trabajo que lo impugne ante la falta de representatividad de CEVE, organización que lo ha firmado con UGT y CC OO

Veterinaria examina a un perro
Veterinaria examina a un perrolarazon

Los ánimos están caldeados en el sector de los centros de grandes o pequeños animales. El primer convenio colectivo anunciado a bombo y platillo hace un mes por la plataforma empresarial de veterinarios, CEVE, ha levantado ampollas en el sector, que acusa a esta asociación de ocultismo total, “La manera no ha sido la mejor, ha habido bastante ocultismo, no se ha testado, no se dado información, no se ha contrastado externamente”, indica a LA RAZÓN uno de los participantes en el encuentro celebrado el martes por la mañana con representantes del Ministerio de Trabajo.

Para estas asociaciones de empresas del sector o de profesionales afectados la existencia de un convenio colectivo es totalmente necesario, ya que es un sector que todavía se regula por el Estatuto de los Trabajadores, pero alegan que CEVE no cumple con el mínimo del 10% de representatividad que exige la Ley para negociar un convenio sectorial, además de que nadie, a excepción de ellos, se han enterado de que se estaba desarrollando ese texto.

El borrador está a la espera de ser publicado en el BOE por el Ministerio de Trabajo, donde hoy han sido convocadas las diferentes partes implicadas como patronales de clínicas veterinarias y de peluqueros caninos, asociaciones de veterinarios de diferentes comunidades, sociedades caninas o de adiestradores, entre otros, que significan un gran volumen de centros y servicios veterinarios detrás y han manifestado su malestar. Las críticas manifestadas al departamento que dirige Yolanda Díaz, se centran en que se haya hecho sin recabar la participación o la opinión ni de sindicatos del sector ni de otras partes implicadas en el mundo animal. “Nadie sabíamos nada de la existencia de este borrador, no han contado con nadie, ni lo han dado a conocer a ninguno de todos nosotros, y mucho menos han recabado un contraste externo como es lo habitual”, ha indicado a LA RAZÓN un veterinario participante en el encuentro, propietario de clínicas en Madrid.

Según publica el Ministerio de Trabajo en su página WEB, para negociar un convenio sectorial en la parte empresarial están legitimadas “las asociaciones empresariales que cuenten con el 10 por 100 de los empresarios incluidos en el ámbito del convenio y que además ocupen, al menos, al 10 por 100 de los trabajadores de dicho ámbito; así como aquellas asociaciones empresariales que en dicho ámbito den ocupación al 15 por ciento de los trabajadores afectados”.

Con esta normativa en la mano, es difícil demostrar para CEVE que llega a ese porcentaje, según entidades implicadas, ya que, además de que “nadie” conoce su número de asociados, la Confederación Empresarial Veterinaria Española no tiene en sus filas a sectores como peluquerías caninas, centros de grandes animales, adiestradores o administrativos, que según el texto firmado por UGT y CCOO están incluidos en él.

Según Benito Pérez, presidente de La Asociación Española de Veterinarios Clínicos (Aevet) y uno de los mayores azotes a favor de la rebaja del IVA veterinario y de la equiparación sanitaria con el resto de profesiones sanitarias, (odontólogos, médicos…), “Hay mucha gente que después de ver publicado el convenio, porque antes no lo vio nadie, se ha dado cuenta que significa un cambio sustancial en el sector, se han intentado agrupar y le han pedido a la autoridad laboral que impugne el convenio, pero veo difícil que se consiga”.

Para Benito “en la parte de retribuciones no es malo que exista porque se sube el SMI, y ahora la parte económica funcionará mejor. Pero el que estaba allí en la redacción no estaba pensando en la organización de todo el sector y no tenía una visión global que es lo que hubiese hecho falta”.

“Lo lógico –dicen desde Aevet- si es un primer convenio es que se hiciera un borrador previo y se consultara, se pidieran aportaciones, y luego ya se llevara el convenio a la autoridad laboral. Pero prácticamente se ha dado por aprobado en una rueda de prensa, y por una asociación empresarial, con muy poquita gente asociada. “Es como un contrato privado entre las partes, cada uno reconoce al otro la capacidad negociadora, se han reconocido uno al otro. Solo se puede impugnar antes de que se publique en el BOE”.

Según el Estatuto de los Trabajadores “Si la autoridad laboral estima que un Convenio Colectivo conculca la legalidad vigente, o lesiona gravemente el interés de terceros, podrá promover de oficio la impugnación de dicho Convenio”. Así mismo los trabajadores o empresarios que crean que no cumple la legalidad “podrán solicitar de la autoridad laboral la impugnación del mismo”.

El primer Convenio Nacional de Centros y Servicios Veterinarios fue firmado en Madrid el pasado mes de enero entre CEVE y UGt y CC OO y según los firmantes es un hito ya que significa “poner orden a un sector que no lo tenía, que siempre había desatendido las cuestiones de carácter empresarial”. Se calcula que afectará a las 25.000 personas que trabajan para las 7.000 empresas : clínicas, granjas, centros sanitarios, protectoras, laboratorios y demás.