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Medio Ambiente
La bacteria que mató a cientos de pájaros en Alemania
Son varios los episodios de muertes masivas de pájaros que se suceden en el mundo cada año. Uno de los últimos, este caso registrado en Europa. Las causas pueden ser tan naturales como variadas. Sin embargo, debido a la pandemia, ante cualquier acontecimiento los bulos y la alarma se multiplican en la red. En este artículo se desmontan algunos de los mitos que circulan estas semanas en Internet
Muchas veces se les califica como sucesos misteriosos y lo cierto es que a las muertes masivas de aves les sigue siempre un aluvión de reportajes en diferentes medios. La fascinación del ser humano por estos sucesos viene desde lejos. Los romanos ya contaban con su propio código para descifrar los augurios que cada avistamiento de pájaro sugería. Y 2000 años después parece que seguimos buscando signos en el cielo, y más en época de pandemia.
Uno de los últimos episodios de muerte masiva que han recogido periódicos como El New York Times o The Guardian es el de los 11.000 pájaros, entre ellos herrerillos comunes, encontrados muertos en las últimas semanas en Alemania. Tal ha sido el volumen de decesos que Nabu, la organización conservacionista equivalente a la SEO española en Alemania, ha recomendado el distanciamiento social con estas aves, pero por la propia seguridad de esta especie, no porque exista ningún peligro para el hombre. Hay que recordar que esta especie pequeña de ave está en peligro. «Localizaron un episodio de alta mortalidad en aves por causas naturales, aunque este año es especialmente masivo. En tan sólo 12 días detectaron unos 3.000 casos entre las especies que paraban en los comederos o bebederos, pero es que hasta ahora han contabilizado más de 11.000 decesos. La especie más afectada es el herrerillo común, pero también hay otras como los pinzones o los verderones», dice Nicolás López, responsable de especies amenazadas de SEO/BirdLife.
Sospechaban desde el principio que era una infección bacte
riana, aunque no lo han confirmado hasta que se han hecho las necrosis de los animales. Efectivamente, la bacteria Suttonella ornithocola ha sido la responsable de las muertes por neumonía de estas pequeñas aves. La necrosis es práctica habitual cuando suceden estos hechos. «Lo ideal es hacer estudios para ver la causa del fallecimiento. Siempre se hacen cuando se producen estos sucesos, sobre todo si se trata de especies protegidas, por si ha habido un delito como un envenenamiento provocado. Sin embargo, lo ideal sería hacer estos estudios siempre para determinar el porqué del deceso. Por ejemplo, si muere un gorrión no se hace y, sin embargo, este tipo de pruebas podría ayudar a esclarecer por qué sus poblaciones están en claro declive en los últimos años», dice López. Y es que en sólo una década en España se ha perdido el 20% de ellos.
En el caso del herrerillo común alemán, varias oficinas realizaron pruebas para determinar la causa de las muertes y en todos los casos se ha identificado la misma bacteria. Un microorganismo del que ya se tenía noticia desde los años 90 por otro caso similar sucedido en Reino Unido. La bacteria produce en estas aves una especie de neumonía que acaba con ellas. Ojo, porque es fundamental aclarar que esta enfermedad sólo afecta a los pájaros. En ningún caso es transmisible al ser humano.
Lo que no se tiene claro todavía es por qué se ha extendido tanto la bacteria y ha afectado a tantos individuos, porque lo que sí parece evidente es su alta capacidad de contagio entre estos pequeños animales. Por eso la ONG alemana ha pedido una especie de distanciamiento social, es decir, que se retiren comederos y bebederos de las zonas públicas para evitar que los herrerillos se junten a la vez en un mismo punto. «Es importante, en cualquier caso, cuando se usen comederos y bebederos higienizarlos bien», matiza López.
Las infecciones bacterianas son habituales en animales. Estas están de forma habitual en la naturaleza y a veces se propagan. Pero no es la única causa que hay detrás de episodios de muertes masivas en aves. En febrero, justo antes de la declaración del estado de alarma, hubo un episodio en una autovía autovía de Tarragona. Hubo mucho revuelo porque una de las teorías que circulaba por la web era que se debía a la contaminación de la industria petroquímica del Sur. La misma que sufrió un incendio por entonces. La investigación, es decir, la necrosis, aclaró la causa. Ésta fue el rebufo de un camión. «Fue un medio atropello. Una banda de estorninos (esas aves que dibujan formas tan bonitas en el cielo ya van muy juntas y en grandes grupos) pasaron muy cerquita de un trailer justo en el momento en que este maniobraba», aclara López. «En algunos casos se debe a una preocupación medioambiental intrínseca, pero lo cierto es que existe un miedo a que la mortalidad de las aves pueda provocar posteriormente una mortalidad en personas», dice López. El investigador recuerda que las aves han sido siempre un gran indicador del estado de salud de los ecosistemas. Por eso se utilizaban en las minas para ver la calidad del aire, por ejemplo. «Ahora se han convertido también en muy buenas indicadoras del cambio climático», matizan desde SEO/BirdLife.
La muerte por decenas de grupos de animales siempre hace saltar las alertas por posibles pandemias y más en un mundo cada vez más urbanizado. En esta sociedad globalizada, el contacto entre la fauna silvestre y el hombre es mayor y los vectores de amortiguación, especies intermedias que sirven para diluir los contagios, cada vez menos. Pero claro, dentro de las enfermedades zoonóticas hay que distinguir entre las naturales y propias solo de las aves (como por ejemplo un tipo de malaria aviar o esta afección pulmonar provocada por una bacteria inmune para los seres humanos) y las que son transmisibles entre hombres y pájaros, en este caso. «Hay tres transmisibles: la salmonella (de los huevos, por ejemplo), la psitacosis, que pueden transmitir los loros y periquitos que están en muy malas condiciones higiénicas y la famosa gripe aviar», dice López.
Otro de los bulos que han corrido como la espuma desde hace tiempo es un episodio de cientos de pájaros que cayeron fulminados en La Haya. Se ha llegado a vincular la desaparición de unos 300 estorninos con la instalación de una antena de 5G hacia finales de 2018. Tanto los investigadores como el Gobierno holandés han tenido que aclarar el asunto debido al enorme alcance que ha tenido en internet el bulo. Y de las aclaraciones se ha hecho eco la web Newtral debido, dice, a las cuantiosas consultas que les han llegado en las últimas semanas a través del teléfono.
Según explica la universidad de Wageningen, la muerte está vinculada a varios traumatismos provocados por colisión, aunque no descartan que las aves estuvieran debilitadas por una intoxicación debida a la ingesta de una baya. Nada que ver con el 5G, en cualquier caso. López aclara que «aún no hay estudios ni evidencias científicas que vinculen la mortalidad de las aves a los campos electromagnéticos. Sí sabemos que dichos campos les afectan, como nos afectan a las personas. Y está demostrado que muchas especies evitan nidificar en zonas con una alta concentración de antenas porque se desorientan más fácilmente. Las aves usan campos electromagnéticos, como las ballenas con el sonar, por lo que prefieren evitar estas zonas. Se necesitan estudios científicos y mucha divulgación antes de que salten los bulos a la red y se propaguen».
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