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Coche autónomo, ¿cuándo llegará a las ciudades?
China se está convirtiendo en líder de esta movilidad con más de 500 taxis sin conductor circulando por sus calles. EE UU le va a la zaga a pesar de sonados accidentes de tráfico
Un eléctrico, un autónomo y un coche que se mueve con hidrógeno. La empresa de transporte de viajeros Alsa estará presente en la feria Smart City que se celebra la próxima semana en Madrid y ha decidido poner en su stand estos tres modelos de coches que «representan la novedad y las tendencias en movildiad», dice su portavoz. La movilidad no es el único tema que tocará este congreso dedicado al futuro de las ciudades, pero sí es uno de los centrales. Dentro de ella, el coche autónomo ocupará un lugar destacado con la presentación de varios proyectos y pilotos como el que se va a desarrollar en Mercamadrid (dentro de la iniciativa Mobilities for EU).
Los anuncios sobre la llegada de vehículos capaces de conducir solos son habituales, pero ¿qué hay de tangible tras ellos? Madrid, por ejemplo, cuenta con una línea de autobús regular sin conductor en la Universidad Autónoma. La tecnología también se ha probado en las cocheras de la EMT de Carabanchel y existen varios pilotos de vehículos autónomos para la recogida de basura y el baldeo de calles. En Francia, más atrevidos, se anunció hace unos años el despliegue de una flota de minibuses eléctricos sin conductor para la ciudad de Châteauroux en 2026. Pero ¿es cierto que en un par de años los veremos por las calles? La respuesta: depende del grado de autonomía del coche y del entorno de circulación del que hablemos.
La clasificación de la Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE) establece 5 niveles de autonomía: en el último escalón los que potencialmente pueden actuar tomando decisiones por sí solos en cualquier situación que se les presente. «No hay ningún fabricante que se lo esté planteando por lo menos hasta 2040 y veremos entonces. Los que aglutinan el trabajo de las marcas actualmente, y los que veremos en la próxima década, son los de nivel 4: el coche puede ir solo, pero en ambientes controlados y con supervisión, es decir que los veremos primero en autopistas, autovías y, en último caso, en ciudades. Los que ya se pueden comprar a nivel usuario son los de nivel 2 y más que de autonomía se puede hablar de conducción asistida, porque te ayudan a trazar curvas, mantienen tu velocidad en autopistas, evitan que te salgas del carril. Hasta el nivel 2, el conductor es el último responsable», comenta Felipe Jiménez, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid e investigador del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil. Por cada nivel el coche incorpora más sensores de percepción del entorno: desde láser, radar, Lidar y ultrasonidos a cámaras de visión artificial. De hecho, uno de los últimos lanzamientos de Tesla es un modelo sin espejos laterales y con cámara 360º en el techo.
Robotaxis en ciudades
Uber acaba de anunciar un acuerdo con Cruise, la marca de coches autónomos de General Motors, para poner a disposición su servicio de taxis sin conductor a partir de 2025. Curioso porque la empresa de GM ha tenido que abandonar el servicio (y cambiar de CEO) durante varios meses en todo el estado de California por un atropello a un peatón en 2023. También interesante porque anuncia la unión con otra empresa al margen de Tesla, marca habitual del servicio Uber y una de las primeras en apostar por esta tecnología.
La presencia de los coches de Waymo (Google) ya es habitual en las calles de San Francisco. La firma cuenta con un centenar de coches que cubren un servicio de taxis las 24 horas, los 7 días de la semana. Sin embargo, los frecuentes accidentes que protagoniza, han originado un movimiento de protesta ciudadana: el «Safe Street Rebel», que publica en redes los accidentes e inconvenientes que causan estos vehículos en la ciudad: bloqueos de tráfico, circulación por sitios no permitidos.En ocsaiones inhabilitan los vehículos colocando un cono sobre sus capós.
Los servicios regulares ya despuntan en EE UU, pero es China el país que está definiendo el futuro de la movilidad autónoma en sus calles. Allí, cuenta el New York Times, Baidu ya tiene una flota de 500 taxis autónomos funcionando y ofrece viajes entre 2 y 4 veces más baratos que los de taxi tradicional. «Baidu ha anunciado que ampliará sus servicios con una flota de otros 1.000 vehículos y hasta 16 ciudades han dado luz verde a diversas pruebas con este tipo de vehículos», dice el medio. Como en el caso del eléctrico, el gobierno de Pekín está ayudando a desplegar esta tecnología designando en las ciudades áreas de prueba para los taxis robots y limitando las publicaciones online sobre accidentes de tráfico para frenar los temores la esta tecnología. «Las compañías chinas están consiguiendo una ventaja estratégica sobre los rivales», dice el periódico. Una ventaja competitiva de 5-6 años respecto a Tesla o cualquier otra marca oocidental.
¿Qué pasa en Europa? Primero que a día de hoy todavía no hay un protocolo de homologación para coches autónomos y que «somos más conservadores a la hora de probar la tecnología y hacemos demostradores en circuitos controlados. Aquí apostamos por la seguridad, pero en China o EE UU apuesta por hacer kilómetros a los coches a pesar de que se generen accidentes. Allí quieren circular mucho y a veces se generan problemas. Es una elección; al ser más conservador tienes menos conocimiento, pero también si ocurre algo grave, generas más titulares y más atención negativa», matiza Jiménez.
Y en caso de accidente ¿de quién es la responsabilidad: del coche o del conductor? En los niveles que funciona como un sistema de asistencia a la conducción está muy claro, pero cuando en los niveles 3 y 4 no tanto. En España la DGT está ultimando una regulación sobre conducción autónoma para 2025. Además, «hace unos meses se adelantaba, por ejemplo, que estos vehículos no pueden circular si no cuentan con su correspondiente permiso de circulación expedido por la Jefatura Central de Tráfico, autorización cuyo fin es asegurar su aptitud para circular con seguridad. Además, se trabaja en un nuevo Anexo XX de sistemas de conducción automatizada, para regular el marco concreto sobre el procedimiento de certificación destinado a verificar que un vehículo que cuenta con un sistema de conducción automatizado cumple con las normas de circulación», dice la DGT. Y es que «las reacciones de los sistemas digitales son diferentes a las de un humano. Por eso se discute si tendría que llevar un distintivo para informar al resto de usuarios de que ese coche va sin conductor, porque sus comportamientos son anómalos desde el punto de vista humano. Un ejemplo es que están programados para situarse en mitad de los carriles, incluso en situaciones de adelantamiento o en curvas donde un humano tienda a recortarlas. Los sistemas de decisión son diferentes en ambos casos».
En cuanto a los cambios en las carreteras, los coches tendrán que «comunicarse» con las carreteras, lo que supone la necesidad de dotar de conectividad 5G a la red viaria. En este sentido, se discute la aparición de un nuevo color, blanco, en los semáforos. Es la propuesta de la Universidad de Carolina del Norte, que se activaría cuando hubiera suficientes coches sin piloto. Al estar conectados los vehículos y las señales, si el semáforo detecta presencia de muchos autónomos podría activar la luz blanca para indicarle a esos vehículos que sigan al coche que les precede. Si predominan los coches manuales los semáforos mantendrían sus tres colores.
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