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VERDE

La filosofía del autoabastecimiento se extiende por España

La permacultura entiende la producción agrícola, la arquitectura e, incluso, la educación o la economía como parte de un todo sustentado en los ciclos naturales

Presentación de la maqueta de aspecto final de Lugar de Reque en Lugo, espacio de permacultura
Presentación de la maqueta de aspecto final de Lugar de Reque en Lugo, espacio de permaculturaI.Mouronte B.Mouronte

A finales de 2021, la diputación de Lugo decidió poner en marcha un espacio dedicado a la permacultura. Lugar de Reque, que así se llama, es una finca de 3.500 m2 situada a las afueras de la ciudad y en los alrededores del río Rato. Se trata de un laboratorio en el que se forma a particulares y profesionales en los secretos de esta filosofía de vida natural a mitad camino entre la agricultura regenerativa, la bioconstrucción y la innovación ecosocial.

El concepto de permacultura nació en Australia en los años 70. Los ecologistas Bill Mollison y David Holmgren establecieron las bases de este sistema como respuesta a los impactos medioambientales negativos que empezaban a verse a nivel mundial consecuencia de la producción agraria y el cambio climático. «Es un conjunto de prácticas basado en trabajar con la naturaleza y siguiendo sus ciclos. Las que afectan a la producción de alimentos se asemejan a la agricultura ecológica en cuanto que no se usan insumos sintéticos, hay rotación de cultivos o se evita el laboreo de la tierra para mantener el suelo lo más vivo posible. Sin embargo, la permacultura aborda otras áreas de actuación como la arquitectura o el urbanismo. En este sentido, puede entenderse como algo similar a las ecoaldeas. Usan parámetros propios de la construcción bioclimática, como el uso de materiales locales o de aprovechamiento de la orientación del edificio para reducir consumo en climatización. Se aprovechan todos los residuos, por ejemplo, los de la cocina o el baño para hacer compost con el que abonar la tierra», explica Eduardo Aguilera, investigador de Química y Tecnología de Alimentos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB) de la Universidad Politécnica de Madrid.

Esto es lo que se ha querido hacer en este finca: un sistema autosuficiente adaptado a los ciclos de la naturaleza; donde todo se recicla y no se genera residuos; donde se usan materiales naturales, y se gasta lo mínimo posible en cuanto a recursos. Todo esto mientras se ofrecen talleres de formación y se aplican sobre el propio terreno lo aprendido. «En permcultura se trabaja con sistemas pequeños pero intensivos, que resultan incluso más productivos que los monocultivos. Esto se debe a que se aprovecha muy bien el espacio, se trabaja en estratos por alturas lo que hace que aumente el rendimiento en un terreno reducido», cuenta Alexandre Grande, permacultor vigués y responsable del proyecto, quien además detalla otros particulares de los trabajos de Lugar de Reque. «Se ha querido crear un espacio demostrativo que reúna todos los sistemas que propone la permacultura: desde la agricultura regenerativa hasta la salud o las dinámicas ecosociales».

A través de formaciones se empezó la labor de reestructuración de la finca. Se hizo un estudio preliminar del gasto energético de la antigua casa tradicional gallega que sirve ahora de espacio para las clases. Se empezó aislando las fachadas con planchas de corcho y barro local, «que resulta tener buenas cualidades como aislante. Una vez aislada se ha apostado por instalar una estufa de inercia, algo que también han hecho los alumnos. A diferencia de otros estufas de madera que solo aprovechan entre el 10 y el 15% de la energía calorífica, este modelo aprovecha hasta un 90%», matiza el permacultor. El terreno se ha regenerado con abonos verdes y se ha preparado para el cultivo ecológico. «Se ha instalado un sistema de filtración de agua que aprovecha la lluvia recogida en los tejados. También se ha puesto en marcha una isla de compostaje para reutilizar todo el material orgánico sobrante y la biomasa», detalla Grande.

Otro de los proyectos que se están llevando a cabo es la creación de un bosque de alimentos, otro de los pilares en lo que se sustenta la permacultura. «Se trata de copiar el esquema de desarrollo de un bosque. Su base no es hortícola, es decir que está pensado para frutales y árboles de fibra o plantas de las que extraer resinas, medicinas, madera y que además ayuden a absorber CO2, a crear un hábitat para la fauna y que retengan humedad y limiten la erosión del suelo. Hay diferentes modelos de estratificación en cualquier bosque: árboles más grandes, medianos, raíces y plantas rastreras. La idea es crear un bosque con plantas y árboles que se relacionen entre sí y se alimenten unos de otros. Además, como conocemos los ritmos naturales, los podemos acelerar, plantando por ejemplo, plantas pioneras que ayuden a fijar nitrógeno», comenta el permacultor.

En cuanto al reciclado, tienen pendientes de desarrollo dos proyectos: Un baño compostero que permitirá la transformación de los residuos humanos en compost que se podrá usar como fertilizante para restaurar suelo o crear bosque (nunca para cultivo) y un baño seco, en el que se separará la fracción líquida de la sólida. «El residuo líquido pasará a un sistema de fitodepuración con plantas y de ahí se obtendrá una sustancia que podría usarse en el huerto. El material sólido se podrá utilizar también como compost».

Como la idea es que la naturaleza realice todo el trabajo que sea posible, otro de los proyectos en los que trabajan, instalar una biopiscina recreativa, contará con un sistema de depuración basado en plantas.

El foco en la educación

Todas las actuaciones que se llevan a cabo las realizan los alumnos de los talleres. Solo el año pasado se dieron aquí 312 horas de formación. «A día de hoy ya han pasado por aquí unas 700 las personas. Los talleres de bioconstrucción tiene mucho interés, pero también otros como los de productos naturales para higiene personal. Para ser una filosofía que suena muy underground, la acogida ha sido muy buena, lo cual me resulta sorprendente. Que nosotros tengamos constancia somos la primera administración que pone en marcha un proyecto público de permacultura. El objetivo ahora es conseguir que el centro se convierta en un espacio demostrativo de referencia y que esta experiencia se pueda replicar en otras zonas con otros climas y otros contextos económicos y sociales», detalla Efrén Costa, vicepresidente de la diputación de Lugo.

Según La Voz de Galicia, la permacultura se está extendiendo por toda la provincia. «Otro de los campos profesionales es la recuperación y gestión de espacios forestales, especialmente montes comunales. Precisamente Proyecto Dispersor, en Viveiro tiene en su posesión una importante cantidad de tierras que regeneran y también son asesores de otros propietarios», dice.

Galicia no es la única región que está desarrollando este tipo de proyectos. En Tenerife, la Asociación para el Desarrollo de la Permacultura Tacoronte recibió en 2018 el Premio Nacional Huertos Educativos Ecológicos, otorgado por la Asociación Vida Sana y la Fundación Triodos por la actividad que desarrolla desde hace 22 años en la Finca Mato Tinto. El proyecto ofrece en la granja formación al profesorado responsable de los huertos escolares del municipio, ofrece asesoramiento y seguimiento de dichos huertos y prácticas para los alumnos. También veteranos son los proyectos Les Vinyes o Monsant en Cataluña. «Estamos lejos del grado de desarrollo de países como Australia, China o México, donde el gobierno apuesta por este tipo de soluciones para recuperar el suelo afectado por procesos de desertificación o por el cambio climático», cuenta Grande. Sin embargo, no hay que olvidar que «de esta filosofía han salido muchas ideas para la agricultura urbana como, por ejemplo, los jardines verticales», matiza Montse Escutia, ingeniera agrónoma y secretaria de la Asociación Vida Sana.

Orina, el nuevo fertilizante natural

El New York Times se hacía eco hace un año del trabajo del Rich Earth Institute y la Universidad de Michigan para fabricar un concentrado de orina para uso en cultivos. «En París, las autoridades planean instalar inodoros con desviación de orina en 600 apartamentos, tratarla y utilizarla para los viveros y espacios verdes de la ciudad», dice el diario.

En España el libro «Orina, oro líquido para el huerto y el jardín», de la editorial «La fertilidad de la tierra», hace referencia a una investigación de la Universidad de Hohenheim (Alemania) en la que se destaca que el uso de fertilizantes derivados de orina humana puede ser tan productivo como los fertilizantes comerciales, sin riesgo de transmisión de enfermedades. El artículo hace referencia a la reciente aprobación en Suiza de un fertilizante comercial llamado Aurin para uso con flores y hortalizas.