Sección patrocinada por sección patrocinada

Verde

Menos pesca para la flota europea

El sector pesquero se suma al malestar de agricultores y ganaderos y pide un cambio de rumbo en las políticas medioambientales comunitarias ante las elecciones del próximo junio

Recursos pesqueros
Recursos pesquerosA CruzLa Razón

Los pescadores han terminado por temer más las tormentas burocráticas en tierra que las tempestades en alta mar. Con estas palabras, Javier Garat, secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca) resume una de las reivindicaciones de los pescadores. El sector, desde armadores a cofradías, ha querido unir su voz ante la celebración a primeros de junio de elecciones en Europa. La patronal Cepesca afirma que «el próximo ejecutivo europeo deberá dilucidar de una vez qué tipo de sector primario quiere». Se refieren en concreto a las políticas medioambientales y afirman que con ellas Europa está poniendo en juego su soberanía al depositar su capacidad para alimentar a su ciudadanía en las importaciones (ya el 70% del pescado consumido en la UE proviene del exterior) que muchas veces no responden a los mismos estándares y exigencias. «Nos hemos sumado al sector agrario y al ganadero porque estamos en situación parecida. La Comisión ha olvidado completamente la situación social de la pesca y nos llevan a una situación inaguantable con normas imposibles de cumplir, como por ejemplo, la prohibición de descartes de la Política Pesquera Común (PPC) que obliga a los pescadores a desembarcar todo el pescado capturado en cada salida, algo imposible para los pescadores multiespecie» afirma Garat.

Estos meses previos a la cita electoral se debate en Europa si es necesario reformar la Política Pesquera Común –una norma que no se ha renovado como tal en la última década, pero a la que se han ido añadiendo reglamentos paralelos–. Es una de las peticiones que lanzaba a primeros de año el partido Popular Europeo (PPE), que, además, pide aprovechar para revisar toda la estrategia medioambiental de la Comisión.

Restricciones de zonas

El sector pesquero hace referencia, en concreto a leyes como el reciente cierre de 87 zonas del Atlántico Nororiental que se aprobó a finales de 2022. «El reglamento se hizo en su día contra la pesca de arrastre de fondo, pero al final no distingue entre artes de pesca y afecta, sobre todo, a artes como el palangre (que está causando estragos en la flota gallega) o el enmalle», dice Garat. Otra de las quejas del sector tiene que ver con el Plan Plurianual para las poblaciones de peces demersales (merluza, salmonete, gamba roja, gamba de altura, langostino moruno y cigala) del Mediterráneo; una ley pensada para recuperar las poblaciones del Mare Nostrum (se aprobó en 2019 como complemento a la PPC y acaba a finales de año).

Pero, ¿qué especies pesca nuestra flota, en qué aguas y cómo se encuentran las poblaciones? En el Atlántico se pesca merluza, gallo y rape en la zona del Gran Sol (Irlanda y Reino Unido). En el caso de las aguas españolas, en el Cantábrico Noreste y en el golfo de Cádiz hay que añadir langostinos y gambas. « En general las poblaciones de peces en el Atlántico están en buen estado, porque se fijaron cuotas hace años que se basan en el llamado Rendimiento Máximo Sostenible (base de la PPC). Los ministros establecen límites de capturas de forma anual para las poblaciones de peces de interés comercial», dice Alberto Martín, responsable de Pesquerías para España y Portugal de Marine Stewardship Council (MSC es una organización sin ánimo de lucro que establece un estándar para la pesca sostenible). Para 2024, de hecho, se han aumentado los límites de captura de gallo (11%) y rape (7%) en aguas ibéricas o de merluza en el golfo de Vizcaya y aguas de Azores (10%) entre otros. Sin embargo, se han reducido los límites en el caso de la cigala hasta un 20% en aguas portuguesas y de Azores y de sol hasta un 20% en aguas ibéricas. En el caso de la anguila, en situación crítica, se mantiene la veda de seis meses y la prohibición de su pesca recreativa.

En el Mediterráneo a partir de 2019 se establecieron reducciones a la pesca dentro del Plan Plurianual, pero no se establecieron cuotas o un máximo de capturas por especie, sino que se limitaron los días que se puede faenar (menos para contadas especies que tienen una cuota como el rodaballo del Mar Negro). Esto se debe a que, en general, la pesca que se realiza en este mar es multiespecie. Es lo que se llama reducir el esfuerzo y a finales de este año puede llegar al 40% de reducción de días de pesca o quedarse en un 34% si se aprueban medidas complementarias que minimicen los impactos de la pesca de arrastre de fondo como, por ejemplo, meter puertas voladoras en las redes o incrementar la malla. «Ha supuesto que en tres años se haya recortado un 34% los días para poder trabajar y este año esta cifra puede aumentar. Esto supone que haya barcos que solo salgan 120 días al año, frente a los 250 de antes. Eso es poner a algunos en situación límite y que haya pescadores que quieran desguazar sus barcos»,dice Garat desde la patronal. «Cuando se aprobó era porque había que hacer algo para mejorar la situación de las especies. Aun así fue una solución limitada, aunque se está planteando la introducción de otras formas de pesca que mejoren la selectividad de las especies y que se excluyan, incluso, ciertos tamaños no apropiados. Además, se fijan compensaciones a los pescadores que usen técnicas menos dañinas. De todas formas, hay que decir que ha cambiado la mentalidad del sector pesquero porque los primeros interesados en tener las poblaciones en buen estado son ellos», matiza Julio Agujetas, también técnico de MSC. La organización participa la próxima semana con un evento pararelo a la Conferencia de la Unesco del Decenio de los Océanos que se celebra en Barcelona y en la que se hablará, entre otros, de conservación y gestión pesquera.

Los resultados de estas políticas, empiezan a verse. Según datos de la ONU, el porcentaje de poblaciones de peces sobreexplotadas en el Mediterráneo y el Mar Negro ha descendido por primera vez por debajo del 60 %, siguiendo una tendencia a la baja iniciada hace una década. Sin embargo, la diferencia en el nivel de desarrollo de los diferentes países el norte y sur de este mar hace que los sistemas de gestión y control pesquero no sean iguales y que algunos apliquen medidas más laxas. Para ello la Comisión General de Pesca del Mediterráneo, creada en el seno de la ONU en 1949 en la que participan todos los países con salida al Mediterráneo acordaba recientemente medidas para aumentar la protección de la biodiversidad y mejorar la trazabilidad de los productos para luchar contra la pesca ilegal, por ejemplo, de coral rojo.

Pesca de arrastre

Uno de los puntos de controversia habitual entre organizaciones ecologistas, legisladores y sector pesquero tiene que ver con la pesca de arrastre de fondo. De hecho, los eurodiputados conservadores también han solicitado una revisión del Plan de acción para la protección y restauración de los ecosistemas marinos para una pesca sostenible presentada el año pasado en la que se pide la prohibición de la pesca de arrastre de fondo en las Áreas Marinas Protegidas (AMP) para 2030. «Una de las principales amenazas para la actividad del sector es el incremento de las AMP del 12% al 30% en las aguas de la UE y la eliminación de la pesca de arrastre en todas para 2030. Dentro de la flota española, 884 barcos practican esta modalidad de pesca», dicen desde Cepesca. «Desde MSC pensamos que no hay que demonizar a ningún arte de pesca, pero sí tener en cuenta el impacto que cada uno tiene y establecer medidas para cada una», matiza Martin. España actualmente cuenta con el 10% de sus mares protegidos y el objetivo de proteger el 30% en 2030.

Capturas ilegales

La organización Global Fishing Watch publicó a primeros de este año un trabajo en la revista Nature en el que afirma que hasta tres cuartas partes de los buques pesqueros industriales que circulan por el mundo no cuentan con ningún seguimiento público, o porque apagan el localizador o porque directamente no lo tienen. El equipo analizó 2.000 terabytes de imágenes de satélite de 2017 a 2021, en un área que corresponde a más del 15% de los océanos del mundo y en la que se produce más del 75% de la actividad industrial. Teniendo en cuenta que Europa importa el 70% de los productos del mar que consume, mejorar los controles parece necesario. Así, en la UE existe desde 2007 un reglamento para luchar contra la pesca ilegal que en teoría clasifica barcos por procedencia e impone sanciones. Alrededor de 10 países como Trinidad y Tobago están excluidos del mercado europeo por falta de control, otros como Vietnam cuentan con una tarjeta amarilla mientras aplica sus propias técnicas de control de la pesca ilegal y otros como China tienen una relación con Europa llena de luces y sombras. La cuota de China en las capturas mundiales ha aumentado del 5% al 15% desde los 80 y hasta 2019, la mitad de los buques que se dedican a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) eran chinos, según un informe de 2022 solicitado por el Comité de Pesca (PECH). «Es curioso porque en el caso del atún se detecta mucho lomo de procedencia china. Y es que en Europa existe una fórmula que permite la entrada en la UE de hasta 90.000 toneladas de pescado de terceros países sin aranceles», explica Javier Garat de Cepesca.