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Verde

Vuelven a Europa las plagas de chinches de la cama

El cambio climático y la globalización hacen proliferar todo tipo de insectos, algunos como las chinches erradicadas desde hace décadas; otros como el mosquito tigre transmiten enfermedades

Medidas de prevención
Medidas de prevenciónLa Razón

Una plaga de chinches ha invadido París. La capital gala lleva semanas en alerta por la proliferación de estos bichos que ya se cuentan por decenas en los asientos del metro y del bus, en las butacas del teatro y en las camas y habitaciones de recintos hoteleros. El periódico «Le Parisien» hablaba de auténtica psicosis lo que ha desatado las chinches de cama en la ciudad y no parece muy desencaminado el comentario ya que el asunto ha terminado saltando a la Asamblea Nacional. Y es que la capital francesa será sede de los Juegos Olímpicos en verano de 2024 y, además, circulan algunos cálculos que hablan ya de hasta un 11% de hogares afectados por la plaga de chinches. El Ejecutivo francés se ha visto obligado a intervenir y además de aconsejar a los ciudadanos una mayor vigilancia, ha decidido crear un observatorio para estudiar el fenómeno.

Los jóvenes se refieren a este pequeño animal como el insecto que hace ghosting, porque pica pero cuando miras ya no está. Las chinches no superan los 5 mm de tamaño. Suelen atacar de noche cuando detectan el calor del cuerpo humano, aunque pueden hacerlo de día. No transmiten enfermedades pero provocan en la piel ronchas, su picadura es muy molesta y en algunas personas puede causar reacciones alérgicas. Además, es capaz de acoplarse a las maletas o la ropa y una vez se instalan en un recinto son difíciles de eliminar. «Después de la Segunda Guerra Mundial se consideraron erradicadas. Sin embargo, en los últimos años han ido aumentado las poblaciones de forma paulatina. La temperatura exterior es cada vez más elevada, pero también los interiores de las viviendas están climatizados y más calientes. Por otro lado, han generado cierta resistencia; se han usado muchos insecticidas domésticos que las he vuelto más duras. Es por eso que cuando se detecte su presencia hay que acudir a profesionales. Un tratamiento efectivo conlleva la aplicación de biocidas y tratamientos físicos con agua o vapor varias veces. Al menos un par separados por 15 días para asegurarse de que se acaba con todos los huevos», comenta Jorge Galván, director de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla).

No hay una fórmula mágica para acabar con ellas más allá de la prevención. «Se ha relacionado con la falta de higiene durante décadas pasadas, pero ya no es así. Aun así provocan mucha ansiedad. Lo mejor es a la hora de viajar, tener cuidado de no abrir la maleta encima de las camas por ejemplo, lavar la ropa con agua muy caliente al volver del destino para evitar cualquier presencia. Y, sobre todo, acudir a los tratamientos profesionales», matiza Galván.

La chinche es considerada como la plaga más viajera. Es fácil llevárnoslas en las maletas durante un viaje, enganchadas en la ropa, etc. Por eso la plaga de Francia ha hecho saltar todas las alarmas en el resto de Europa. Se habla de hasta un 70% más de chinches desde principios de siglo, aunque hay que tener en cuenta, matizan desde Anecpla, que los datos han mostrado un crecimiento muy moderado en este tiempo.

En España su presencia se ha detectado sobre todo en Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Andalucía y Aragón. «Ahora hay gran sensibilidad por lo que ha pasado en París, pero aunque en España han aumentado las poblaciones de chinches en diferentes CC AA, no hay una situación de plaga que requiera un estado de alerta», opina Jordi Casabona, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (SEIMC). Además, matiza el portavoz, tenemos que acostumbrarnos, en cierta medida, a ellas. «Las veremos más, porque aumenta todas las circunstancias que les favorecen: la acumulación de la población, se viaja más, hay más mercancías en movimiento, y cada vez proliferan más debido a las temperaturas.

Señales presencia chinches
Señales presencia chinchesLa Razón

La chinche de la cama no transmite enfermedades graves, pero su proliferación está relacionada directamente con el cambio climático, al igual que sucede con otros insectos algunos invasores y, estos sí, transmisores de enfermedades. «Con las altas temperaturas los artrópodos proliferan porque encuentran un clima propicio. Como la primavera y el otoño son más largos y cálidos tienen, además, más tiempo para reproducirse y se acelera su reproducción. Una chinche puede poner hasta 500 huevos a lo largo de su vida. A esto hay que sumar el movimiento de mercancías y personas», recuerda el director de Anecpla.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades de transmisión vectorial (que se trasmiten a través de picaduras de mosquitos, por ejemplo) representan más del 17% de las enfermedades infecciosas; cada año provocan más de 700 000 muertes. Entre estas enfermedades víricas se encuentran la fiebre chikungunya, la fiebre por el virus de Zika o la del Nilo Occidental (todas ellas transmitidas por mosquitos) y la encefalitis por garrapatas (transmitida por garrapatas).

En España se ha detectado la presencia de algunas especies invasoras capaces de transmitir estas enfermedades. La más abundante en la Península es el Aedes albopictus o lo que es lo mismo, el famoso mosquito tigre.

Su llegada a España se remonta a 2004, llegó en un cargamento de neumáticos, y ya se la puede encontrar en Cataluña, Andalucía, Levante y desde hace poco, Galicia. Transmite zika, dengue y chikungunya.

Otro Aedes que está bajo estrecha vigilancia es el Aedes aegypti, también transmisor de enfermedades como el dengue. Recordemos que esta enfermedad puede producir fiebre o dolor intenso en articulaciones y músculos, entre otros síntomas. En España se detectó en Fuerteventura en 2017 por primera vez y, aunque es una enfermedad principalmente importada, se han detectado ocho casos endémicos. De hecho, un reciente estudio de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (Seimc) afirma que en 30 años el dengue será totalmente endémico en nuestro país.

A estas dos especies invasoras hay que sumar el poder como vector del mosquito común o culex pipiens, capaz de transmitir enfermedades como la fiebre del Nilo Occidental. Tras la picadura, la enfermedad es asintomática el 80% de las veces, pero en un 20% de casos puede provocar fiebre o erupción cutánea, dolor de cabeza, vómitos, inflamación de los ganglios linfáticos o cansancio y, en los casos más graves puede producir encefalitis o meningitis. Este año, los caso en España ascienden de momento a nueve.

La población de garrapatas

Un estudio reciente del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III del periodo de 2005 a 2019 afirma que en 15 años la enfermedad de Lyme (transmitida por estos animales) se ha multiplicado por tres. En este periodo se han contabilizado 1.865 pacientes. Veterinarios y médicos llevan tiempo alertando del aumento de consultas relacionadas con picaduras de garrapatas (hay hasta 20 especies). El problema es que se desconoce el número y el lugar en el que se encuentran. De hecho, es uno de los objetivos del Plan Nacional para Enfermedades transmitidas por Vectores publicado este año por el ministerio de Sanidad. Con el proyecto Gares se quiere elaborar el primer mapa de garrapatas de España, con técnicas de muestreo, georreferenciación e identificación unificadas. «Se sabe que las garrapatas van en aumento, pero faltan datos y sabemos que hay dos especies en España al menos que transmiten enfermedades graves como la fiebre hemorrágica Crimea-Congo», dicen desde Anecpla.

Invasoras de interés no sanitario

Además de insectos, el cambio climático y los movimientos de personas y mercancías también hacen que proliferen otras especies que causan estragos en el medio natural. Una de ellas es la famosa vespa velutina, la avispa asiática se detectó por primera vez en el norte de España y causa verdaderas matanzas entre las abejas de la miel. Ahora se encuentra en toda la cornisa cantábrica, Cataluña y ha bajado hasta León.

En cuanto a animales superiores no es difícil distinguir la proliferación de cotorras argentinas o de Kramer en los grandes centros urbanos o de especies tan curiosas como el mapache que representan todo un problema en la Comunidad de Madrid. Pero la lista de invasoras es larga; hay hasta 37.000 especies diferentes en España, según la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).