Lujo, espacio y deportividad en el BMW Serie 8 Gran Coupé

La gama de altas prestaciones y lujo de más alto nivel de BMW se completa con el nuevo Serie 8 Gran Coupé, un cuatro puertas y cinco plazas con una carrocería elegante y estilizada y una gama de motores que llegan hasta los 530 caballos. Un automóvil que encierra en su interior dos personalidades diferentes. Independientemente del motor que elijamos, el Serie 8 Gran Coupé nos ofrece diferentes comportamientos. Puede ser una berlina de alta representación y comportamiento tranquilo y eficiente en el uso diario, pero asimismo se puede convertir en un deportivo de altas prestaciones que proporciona el placer de conducir de un auténtico deportivo cuando apretamos a fondo el acelerador y renunciamos a su cambio automático en función económica y usamos las levas en el volante. Entonces las emociones se disparan. Porque este Gran Coupé es una evolución muy mejorada del Serie 8 Coupé que nació en 1989 y que presenta importantes diferencias en su diseño que le identifican claramente, como pueden ser los característicos riñones delanteros más grandes y, a la vez, más estrechos, los faros led más estilizados y la parte posterior que mantiene las formas de un coupé a pesar de sus cuatro puertas.

Esta estética deportiva, a pesar de que su capacidad interior se ha incrementado, se ve acrecentada gracias al diseño de su parte posterior, en la que destacamos los difusores aerodinámicos y los escapes, además de una estética de «cola de pato» que incluye un «spoiler» en el portón trasero. Toques deportivos que se completan con el techo en fibra de carbono o las llantas de hasta 20 pulgadas.

Pese a ello, la habitabilidad interior ha mejorado notablemente, no sólo por el hecho de que las cuatro puertas facilitan un acceso más cómodo a las plazas de atrás. Los 23 centímetros de longitud que ha ganado el conjunto se dejan notar, y mucho, en el espacio de las butacas posteriores. También han mejorado la altura y la anchura, pero en valores casi inapreciables. Sí es notable la amplitud de las plazas traseras, pensadas para dos personas grandes y que, ocasional, mente, podrían hacer sitio a un quinto pasajero en cortos recorridos. El maletero, de 440 litros, es el razonable para un automóvil de esta estética y prestaciones. En cuanto a la mecánica, los clientes de la marca pueden sentirse satisfechos con la versión diésel denominada 840 que, además de tracción total, ofrece una potencia de 320 caballos a través de su motor de seis cilindros que proporciona un par muy ventajoso que hace que la potencia llegue desde la parte más baja del cuentavueltas. Quienes busquen algo más tienen la versión de gasolina, con 20 caballos adicionales y tracción total o sólo al eje trasero, con un diferencial autoblocante para disfrutar de la conducción deportiva.

Y la cumbre se encuentra en el M850i que, bajo el capó delantero encierra un poderoso V8 de 4,4 litros, cuya potencia llega a los 530 caballos. Un auténtico «M» en la tradición de la marca bávara, con tracción total y prestaciones de carreras como lo acreditan una velocidad máxima autolimitada a 250 km/h (podrían ser muchos más) y una aceleración capaz de pasar de 0 a 100 kilómetros por hora en menos de cuatro segundos. En todos los casos se dispone de un e caz cambio automático de 8 velocidades con levas en el volante.

No es necesario señalar que tras el frontal agresivo con los riñones de BMW alargados, los faros estilizados y las grandes entradas de aire, el interior encierra toda la sofisticación de las grandes berlinas de la marca ale- mana. Es decir, dos amplias pan- tallas para proporcionar toda la información necesaria sobre el comportamiento del coche y el entorno conectado, además de las más avanzadas ayudas a la conducción, campo en el que BMW se sitúa en el más alto nivel. Por lo que se re ere a los precios, la versión de gasolina de 340 cv. cuesta 101.900 euros; la diésel de 320 cv. es 7.000 euros más cara, y la 850i asciende hasta los 137.100 euros.