Donde pone el ojo...

Se veía venir. La fábrica Nissan de Barcelona afrontaba serias dificultades para su continuidad desde que Mercedes decidió romper el contrato de fabricación de los “pick-up” de la Clase X, lo que suponía un importante descenso en la producción. Pero aún había esperanzas con la posible llegada de un nuevo modelo eléctrico. Hasta que llegó el mazazo definitivo.

El mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado. Durante nuestro encuentro de hoy en #Davos2020, el Gobierno de España y @Alliance_RNM hemos reafirmado nuestra voluntad para seguir trabajando juntos para asegurar la viabilidad de la factoría. pic.twitter.com/wUOJJtkwW4

— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) January 22, 2020

El 22 de enero, Pedro Sánchez escribía en su cuenta de Twitter textualmente: “El mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado” y añadía más adelante que seguiría trabajando “para asegurar la viabilidad de la compañía”. La desolación fue total entre la plantilla, habida cuenta de la credibilidad que tiene en España la palabra del Presidente del Gobierno. Quien pudo, se echó a la calle a buscar trabajo. “Este gafe nos hunde”, comentaban. Y la realidad, que es machacona, es que no han tardado ni cuatro meses en anunciar el cierre definitivo de la factoría. Por cierto, que estas declaraciones las hizo Sánchez mientras estaba en el Foro de Davos. Es decir, el ridículo ha tenido dimensión internacional.