Lunaz Design

Retrofit: la segunda oportunidad de los coches clásicos

La menor complejidad mecánica de los automóviles eléctricos está favoreciendo la reconversión de vehículos con más de 25 años. Cualquier coche antiguo puede tener una segunda vida «más verde»

La llegada del vehículo eléctrico es un hecho que en pocos años se generalizará porque los coches que conocemos en la actualidad, en la mayoría de los casos, desaparecerán por las estrictas normas anticontaminación que está aplicando la Unión Europa o tendrán sus movimientos muy restringidos. Ya sean híbridos enchufables o cien por cien eléctricos, tendremos que acostumbrarnos a ver rodar automóviles por las calles en casi total silencio salvo el ruido que genera la banda de rodadura de los neumáticos. Con este horizonte, muchos preparadores han aprovechado la menor complejidad de los motores eléctricos para darle una segunda vida a los vehículos clásicos.

Renault 5
Renault 5GREGRenault

Se trata de sustituir las antiguas mecánicas de gasolina por motores eléctricos y baterías. Es lo que se conoce como retrofit: adaptar un coche clásico con más de 25 años a la movilidad eléctrica. Existen empresas especializadas que son capaces de rehacer un coche antiguo, colocar el motor eléctrico, homologarlo, pasar la ITV y convertirlo en un coche actual bajo una estética retro. Es como seguir usando un vehículo antiguo, pero con las ventajas de hoy en día. Sin embargo, esto no es sólo cuestión de unos pocos preparadores. Reconvertir un Seat 600, un Panda, un R4L o un Mini puede tener un precio que oscila entre 15.000 y 20.000 euros.

El regreso del R5

Fabricantes como Renault saben del potencial sentimental de esta tendencia y no ha dudado en presentar una nueva generación del R5, esta vez cien por cien eléctrico. De momento, sólo conocemos las formas que tiene el prototipo, las cuales no cambiarán demasiado cuando el coche aterrice en el mercado. Según sus creadores, el prototipo hereda los genes de su antepasado de culto. Desde el Tecnocentro, donde se desarrollan los concepts y modelos del grupo Renault, Nicolas Jardin, diseñador de Renault, reveló el origen de esta idea: «El trabajo sobre el prototipo no era un tema libre. Se trataba de un trabajo de reinterpretación del R5 y de su proyección hacia el futuro para convertirlo en un objeto moderno». Para volver a diseñar los faros de mirada traviesa y las luces de día «todo partió de las líneas, de los ángulos y de los radios de los elementos de la parte delantera del R5 original. Después, a medida que se iban desarrollando bocetos, los faros resultaron totalmente diferentes, tanto en sus proporciones como en su diseño». Su versión final, muy trabajada y cincelada, evoca unos ojos ligeramente arrugados por la sonrisa. «Gracias a la tecnología matricial y a las animaciones de la secuencia de bienvenida, hemos podido recrear la expresividad y picardía de la mirada del coche original. Para ser el digno heredero del R5, el coche tenía que ser expresivo y cobrar vida. Hemos logrado esta proeza con este prototipo, un objeto de diseño moderno que encarna la alegría de vivir según Renault», concluyó.

Aunque no es el único porque estos días su compañía de CarSharing, Zity, ha estrenado en Madrid una unidad convertida a eléctrica del mítico R4, que ahora cumple 60 años. La marca afirma que este vehículo democratizó el transporte individual y ahora, más de medio siglo después, puede convertirse de nuevo en todo un icono del acceso a un coche cien por cien eléctrico. Hasta el momento, los vehículos más populares para convertir en España son modelos como el Seat 600, el R4, el Mini, pero también existen otras empresas cuyos precios juegan en otra liga.

Es el caso de Lunaz Design. Se trata de una compañía situada en Silverstone, una pequeña localidad al norte de Londres más conocida por su famoso circuito donde se disputan los Grandes Premios de Gran Bretaña de Fórmula Uno. Allí varios ingenieros realizan la transformación completa de estos vehículos. Les introducen las baterías necesarias para alimentar a los motores eléctricos que sustituyen a los antiguos de explosión. Y logran una autonomía de 480 kilómetros. Así se puede conjugar el máximo lujo sobre ruedas con el más puro ecologismo. Acondicionan dos magníficos ejemplares de la década de los sesenta que transforman con la tecnología más actual. Hay que darse prisa, ya que la empresa ha anunciado que, por el momento, sólo va a llevar a cabo treinta transformaciones. Pero parece que ampliará el trabajo, ya que está recibiendo encargos de varias partes del mundo.

Para el Rolls Royce Silver Cloud pone baterías de 80kwh y para el Phantom, más pesado, sube la potencia hasta los 120kwh. Con ello se consiguen autonomías de hasta 480 kilómetros. Y se pueden recargar, como otros coches eléctricos, en un cargador rápido o en un enchufe doméstico mejorado. Eso sí, los precios no son un regalo. La transformación de un Silver Cloud cuesta cerca de 400.000 euros y la del Phantom sube la factura hasta los 550.000 euros.