Cupra es una marca muy especial para aquellos que aman el automovilismo, las prestaciones, la deportividad y, en definitiva, un estilo de vida y conducción en el que las emociones están presentes en cada momento del día. El fabricante español tiene dentro de su gama de modelos coches como el Terramar, el León, el Formentor y dos coches cien por cien eléctricos. El Tavascan y el Born, que es el coche de esta prueba.

El Born nació en 2021, pero en su última actualización ha dado un paso adelante increíble que lo convierte en un automóvil que debe ser considerado entre los eléctricos de esta categoría tanto por autonomía, consumo, calidad, cualidades dinámicas y precio, aunque esto último sea lo menos favorable. El Born VZ es un verdadero coche deportivo con toda la esencia de Cupra que cada mañana hará que vayas al trabajo con una sonrisa. Nada más ponerte al volante te transmite una sensación de estar en un vehículo muy bien hecho con mejoras importantes a nivel de chasis, frenada, gestión de batería, reparto de pesos y suspensión.

El VZ es tracción trasera y tiene una potencia equivalente a 326 cv con una entrega de par tremenda que permite grandes aceleraciones y recuperaciones. Quienes se pican en carretera con un coche como este no son conscientes de ello. Tiene las dimensiones justas, 4,3 metros de longitud, 1,8 de ancho y 1,5 de alto con un maletero de 385 litros que resulta más que suficiente para el equipaje de sus cinco pasajeros. Su batería es de 79 kWh útiles y carga a una potencia máxima de 185 kWh, que está muy bien. ¿Qué significa esto a nivel de autonomía? Pudimos probarlo en dos viajes de 400 kilómetros por autovía viajando a una velocidad entre 120 y 140 km/h. La única parada se produjo cuando ya habíamos completado más de 350 kilómetros. Paramos a almorzar algo rápido y cargó en un punto de Tesla durante poco más de 20 minutos. La carga se mostró estable, aunque, como siempre, lo peor es el precio que ofrece la compañía americana.

El coche, en su planificador de ruta, decía que podíamos llegar a destino sin parar a cargar siempre que en este punto hubiera un cargador. Y lo cierto es que era una opción real. El navegador es bueno, indica el nivel de carga con el que llegaremos a cada parada, pero no lo refleja durante la pantalla. Es una estimación, aunque el dato se acerque bastante.

El consumo medio rondó los 21 kWh, lo cual es una cifra buena para tratarse de un deportivo como este. Durante los días de prueba el coche cargó en varios puntos, tanto en corriente continua como alterna y no ofreció ningún problema.

En cuanto a comportamiento, el coche se siente muy asentado, es muy ágil y, a pesar de tener un puntito ciertamente subvirador, ofrece con claridad las sensaciones que promete una marca como es Cupra. Algo que a lo mejor no tiene tan arraigado su otro eléctrico, el Tavascan, que es más voluminoso. Es cierto que el apartado de los frenos es mejorable, sin embargo, se complementa muy bien con la frenada regenerativa a través de las levas, que tienen tres modos de retención muy equilibrada. Tiene cuatro modos de conducción, Range (para sacar el máximo partido a la batería y que tiene la velocidad limitada a 130 km/h), Comfort, Performance, Cupra (el más bestia) e Individual, que es configurable y el más Pro.

El interior resulta muy espacioso y cómodo. Los asientos delanteros son tipo competición firmados por el especialista Sabelt, que ha conseguido que también sean cómodos, algo que no resulta igual en otros coches de la competencia. La posición al volante es inmejorable para quienes gusten de ir muy bajo, pegados al suelo y la dirección transmite mucha deportividad y precisión. El equipamiento de esta unidad en concreto era muy bueno, con materiales de calidad y dispositivos de seguridad de toda clase. Mención especial merece el head up display que proyecta la información sobre el cristal. Es sencillo a nivel de diseño, pero con muchos datos y sin molestar demasiado como pasa en algunas marcas de su mismo grupo.

El Born eléctrico es una opción a tener en cuenta para dar el paso a la propulsión eléctrica tanto por comportamiento, autonomía, capacidad para viajar sin problemas y confort. ¿Qué podría mejorar? Hay pequeños detalles que no terminan de funcionar bien como son los botones del volante, demasiado sensibles, la botonera única para abrir y cerrar las ventanas delanteras y traseras de la puerta, o el propio cierre del vehículo, que parece no reaccionar al instante. Su precio supera los 45.000 euros a lo que hay descontar el plan Moves. Está en la media con la competencia, aunque es verdad que el Born VZ ofrece sensaciones que les falta a otros.