
Opinión
El gran reto europeo ante el paradigma del cambio tecnológico
Josep María Recasens, presidente y director general de Renault Group España, analiza en LA RAZÓN el futuro de la industria automotriz europea

Vivimos un momento de transformación sin precedentes en la industria del automóvil. La electrificación, la digitalización, el software y los datos están redefiniendo la concepción, la fabricación, la conducción y la experiencia de cliente en la movilidad. Y, en este escenario, la industria automovilística europea se encuentra hoy en una posición de desventaja.
Mientras otras regiones del mundo como China y Estados Unidos avanzan con determinación, Europa se ancla en la complejidad regulatoria y la falta de una visión industrial cohesionada a nivel global. Si no actuamos con rapidez no solo está en juego el futuro de una industria, sino también el modelo social europeo que el sector ha contribuido a construir con su legado.
Desde Renault Group hemos hecho los deberes. Somos una compañía tecnológica que ha reestructurado, innovado y apostado por el desarrollo de tecnologías clave como el vehículo eléctrico, el Software Defined Vehicle (SDV) y la Inteligencia Artificial aplicada a la movilidad. Hemos demostrado que es posible transformar una compañía con raíces industriales profundas en un actor ágil, competitivo y preparado para liderar la nueva era de la movilidad. Proponiendo vehículos eléctricos en el mercado por debajo de 20.000€ con ayudas, para garantizar que esta nueva movilidad sea también accesible.
Pero si bien, aunque somos una condición necesaria para el cambio, no somos la suficiente.
Renault Group es una compañía global, pero con raíces profundamente europeas. A lo largo de su historia, ha sido un actor clave en la industrialización del continente, en la creación de empleo de calidad y en el progreso de derechos y libertades. Y es precisamente esto lo que está en juego si no actuamos con decisión.
Por este motivo, en Renault Group apostamos por seguir desarrollando y produciendo vehículos en Europa, y en España, con dos plantas de referencia en Palencia y Valladolid, un centro de I+D+i que es y será clave en los nuevos lanzamientos, como el nuevo Austral, y un hub de economía circular en Sevilla. Creemos en una industria fuerte, innovadora y competitiva. Pero también somos conscientes de que la actual regulación ha encarecido los vehículos hasta el punto de dificultar el acceso a la movilidad para millones de ciudadanos. La clase media, motor de nuestras sociedades, se está quedando atrás.
Necesitamos una regulación europea que acompañe a nuestra industria. Así lo hemos planteado a la Comisión Europa, proponiendo un plan de simplificación reglamentaria que ayude al sector sin comprometer los objetivos. Que entienda que la transición ecológica solo será posible si está ligada a una transición social. Que permita fabricar vehículos pequeños, asequibles y sostenibles. Que fomente la innovación y la impulse. Que no se limite a imponer objetivos, sino que trace una hoja de ruta realista, flexible y compartida para alcanzarlos. Y que considere el impacto de toda la cadena de valor, y no sólo las emisiones del vehículo en circulación. Lo que denominamos la medición «from the cradle to the grave».
En Renault Group queremos volver a los orígenes y recuperar la magia del automóvil. Prueba de ello es el lanzamiento de Renault 5, Renault 4 o el próximo Twingo. Nuestro propósito es diseñar y fabricar vehículos que emocionen, que tengan alma y conecten con las personas. Los vehículos no son un mero medio de transporte: son un símbolo de libertad, progreso e identidad. Son parte de nuestras vidas. Y deben seguir siéndolo. Por todo ello, el momento de actuar es ahora. Europa no puede permitirse perder esta carrera tecnológica porque lo que está en juego no es solo el futuro de una industria: es el futuro de nuestro modelo social, de nuestra capacidad de innovar y de nuestra soberanía tecnológica.
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