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Solidaridad

“Muchos vecinos de Murcia han preferido pagar el alquiler y la luz antes que comer”

Daniel López, presidente de la Fundación Jesús Abandonado, destaca que el 75 por ciento de los usuarios del comedor social es población nacional

El Comedor social de la Fundación Jesús Abandonado reparte suministro de comida a quienes más lo necesitan Jesús AbandonadoLa Razón

La nueva realidad que ha dejado en la Región de Murcia la crisis del coronavirus ha afectado, y mucho, a cientos de familias que se han visto afectadas por una situación dramática en la que han visto perder sus empleos e, incluso, ver aún más empeorado su estado de exclusión social. Por ello, entidades como la Fundación Jesús Abandonado cobra especial importancia para cubrir unas necesidades básicas y reforzar la atención de quienes más lo necesitan. Según el director de la Fundación, Daniel López, con la pandemia del coronavirus y el estado de alarma, el 75 por ciento de los usuarios del comedor social es población española. “Ha cambiado muchísimo el perfil. Hemos notado un incremento considerable de vecinos de la ciudad de Murcia".

Durante estos meses de estado de alarma, reconoce que ha habido momentos de “mucha tensión”, especialmente el primer mes de aislamiento, quizás por la gran información que llegaba desde diferentes puntos del planeta. “Estábamos muy nerviosos y hemos tenido momentos puntuales de tensión y medio”.

Pese a ello, no cejaron en su labor de ayudar a quienes más lo necesitan disponiendo de los medios básicos de protección. “Desde el principio sí que tuvimos parte de material, pero cuando nos faltó, sobre todo mascarillas, y no llegaban por parte de la Administración pública, nos apoyamos en la Orden hospitalaria San Juan de Dios, que nos proporcionó todo lo que nos faltaba. Más tarde tuvimos donaciones y es algo por lo que estamos muy agradecidos”.

Daniel López también recuerda cómo fueron los primeros días, las primeras semanas de confinamiento, en las que asegura que dieron cobijo a todos aquellos que lo necesitaran consiguiendo que nadie tuviera que pasar la noche en la calle. “El primer mes no había nadie sin un techo. Confinamos a un centenar de personas sin hogar, al tiempo que veíamos cómo se incrementaba la atención en el comedor social, repartiendo kits de comida a más de 350 personas cada día”.

De esas, 211 han sido vecinos de la ciudad de Murcia, según cuenta, “del barrio de San Antolín, San Juan, del barrio del Carmen, o vecinos de San Andrés, que en estos momentos se han quedado, muchos de ellos, sin trabajo, y al principio no podían recibir las ayudas de Emergencia social del Ayuntamiento. Hemos atendido a familias y vecinos que no han cobrado el ERTE, y que han decidido pagar el alquiler y la luz antes que comer”.

Solidaridad empresarial

Daniel López también ha destacado el compromiso y la solidaridad que han recibido durante estos meses por parte de diferentes empresas de la Región de Murcia. “Hemos sentido el apoyo del tejido empresarial murciano, llegándonos productos de todos los rincones de la comunidad”.

Así, y recién entrados en la Fase 1 de la desescalada desde ayer lunes 11 de mayo, desde la Fundación han comenzado a tomar ciertas medidas de protección y seguridad para garantizar un correcto servicio a los usuarios. “Hemos cambiado el sistema del comedor para intentar ser más rápidos y organizarnos mejor, para evitar aglomeraciones innecesarias y posibles contagios. Ahora está ya todo el personal funcionando”.

En este sentido, asegura que dentro de la Fundación, no se ha registrado ningún caso positivo de coronavirus. “Estamos limpios”. El centro, asegura, ha sido una “residencia blanca”, y en ello han colaborado la Consejería de Política Social y la de Salud. “Hemos tenido un apoyo constante desde el primer día. Nos han llamado para ver cómo estábamos, qué necesitábamos y si teníamos alguna duda. Incluso nos apoyaron para crear una zona de aislamiento para posibles casos positivos”.

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