Mayores
«Los trabajadores de las residencias se han jugado la vida por nuestros mayores»
ENTREVISTA - José Miguel Marín Martínez, presidente de la Asociación de la Dependencia Región de Murcia (Adermur)
Las residencias de todo el territorio nacional han sido, y son, las grandes afectadas por la crisis del coronavirus. Los mayores son la población más vulnerable al virus, y por ello fue necesaria una actuación inminente para evitar que los internos enfermaran y contagiaran al resto de residentes. Buena cuenta de ello da José Miguel Marín, presidente de la Asociación de la Dependencia de la Región de Murcia (Adermur), quien pese a criticar la escasez de material de protección para los trabajadores e internos, asegura que si no se hubieran blindado las residencias, el daño hubiera sido mucho mayor. “Una vez que entra el virus, hace estragos”.
-¿Qué valoración hace de la gestión en las residencias durante la crisis del coronavirus?
-La gestión realizada la considero de excelente, tanto a nivel nacional como en nuestra propia Comunidad. Hemos tenido carencia de material e incautación por nuestro Gobierno del material suministrado por nuestros proveedores habituales, entre otras cosas. Pese a ello, nuestra gestión ha sido reconocida por todos y se ha puesto en valor el trabajo realizado y el nivel de nuestros profesionales, que a veces se han jugado su propia vida para proteger a nuestros mayores.
-¿Cree que se podría haber actuado de otra forma?
-Seguro que sí, pero la pregunta es si con esa ausencia de material y con la falta de apoyo institucional, si se podría haber realizado una mejor gestión. En eso seguro que no, porque hemos luchado ante todo y contra todos y, además, estando dirigidos por responsables políticos que no conocen nuestro sector ni la naturaleza de nuestros centros.
-Murcia es la región en la que menos incidencia ha tenido el virus en las residencias. ¿Qué se ha hecho bien?
-Considero que lo fundamental ha sido el cerrar los centros de manera unánime. Evitar el acceso ha sido lo principal en esta situación, pues este virus es altamente contagioso y además indetectable. Una vez que entraba, hacía estragos, y como bien sabemos, la población de nuestros centros es extremadamente vulnerable. Pese a ello, el porcentaje de contagiados y de fallecidos ha sido mínimo.
-¿Y que podría haberse mejorado?
-Sobre todo, y como he dicho antes, el suministro de material y la interrelación entre la Consejería de Salud, el Instituto Murciano de Acción Social (Imas) y los propios centros.
-¿Qué incidencias le han trasladado por parte de los centros?
-Muy pocas, independientemente de la falta de material. He de resaltar el civismo y la comprensión de los familiares, que en todo momento han estado a la altura de las circunstancias. Es más, han colaborado y entendido perfectamente nuestra labor que, ante todo, era procurar el bienestar y la protección de sus seres queridos.
-¿Contaron con material sanitario suficiente durante la crisis?
-Al principio, no contábamos con los Equipos de Protección Individual (EPIS), como lo son mascarillas, batas impermeables, pantallas, gafas, etc. Incluso tuvimos dificultades para el suministro de guantes, que son imprescindibles siempre.
-¿Han recibido quejas por parte de los trabajadores?
-Solo en cuanto a la falta de material, pero por lo demás, han demostrado una profesionalidad fuera de toda duda. Se han adaptado a los cambios de turno necesarios para evitar rotaciones (entrada y salida de los centros), inclusive han doblado turnos cuando la situación lo requería. En nuestro sector, la inmensa mayoría de nuestros trabajadores tiene un alto componente vocacional, ya que si no es así, no se entiende su dedicación y sacrificio.
-El lunes día 8 se retomaron las visitas de familiares. ¿Qué medidas de prevención hay para garantizar la seguridad?
-He de decir, que Sanidad, IMAS y las Asociaciones, hemos sido extremadamente prudentes a la hora de abrir nuestros centros a las visitas. Se estableció el 4 de mayo un protocolo donde las visitas se realizarían preferentemente en el exterior del centro, siempre con cita previa y con un informe por parte del personal de los requisitos que se debían cumplir como el uso de la mascarilla, desinfección de las zonas y guardar la distancia mínima social exigible de 2 metros. Y en cuanto a las visitas en el interior del centro, se ha habilitado un espacio concreto para ello, sumando otros requisitos como no portar anillos, relojes, pendientes y, si es posible, sin bolso y solo con la documentación necesaria. En un principio, solo puede haber un familiar por usuario, se han diseñado circuitos de entrada y salida, y, como es lógico, está terminantemente prohibido introducir o sacar objetos ni comida. Estas medidas han sido entendidas por los familiares y he de decir que, hasta la fecha, no hemos contemplado incidente alguno.
-¿Prevén prolongar este tipo de medidas más allá del fin del estado de alarma?
-Por desgracia sí. Con el fin del estado de alarma finalizan las restricciones y, sobre todo, la libertad de movimiento, pero lamentablemente no sabemos el tiempo que esto durará. El protocolo establecido seguirá en vigor más allá de esta situación y será una constante en el día a día, pues no podemos relajarnos, máxime cuando se espera, según todos los indicios, un rebrote para septiembre u octubre.
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