Opinión

Olvido y locura

Puigdemont no tiene quien le retuitee y eso es letal para su autoestima. Se largó para evitar la cárcel y vistió su cobardía de armiños de reyezuelo. El ex presidente de la Generalitat, autoproclamado «Presidente legítimo en el exilio», a lo más que puede aspirar ya es a enredar y a montar en Waterloo su particular Palmar de Troya. Quien había imaginado comparecencias públicas con Asamblea de muy cafeteros y laureles va camino de grabarse un mensaje para sus redes sociales con un embudo en la cabeza. Los suyos, los que se acercan hasta el casoplón, salen mirando al suelo y enseguida hacen corrillos para las variaciones sobre la realidad en la que casi todos convergen: «Ha perdido la cabeza». En este bucle a Puigdemont solo le interesa Puigdemont. El proyecto político que tenía que liderar ha saltado por los aires. Guarda su bala de plata que es llegar a la repetición electoral y cuando negocia juega con el tambor de su revolver, recuerda que todavía le queda el honor de dar el tiro de gracia al «procès»...y sonríe. Los que mantienen la interlocución le han propuesto su retorno a Cataluña como la única fórmula viable de poner a salvo los planes políticos, pero él no está dispuesto al sacrificio de la cárcel por la independencia. Al que no le da la razón lo expulsa del paraíso que guarda Jami. Jami Matamala aspira a encontrar una recompensa a sus sacrificios. ¡Qué menos que ser Virrey! él que está entregado a su señor como secretario, jefe de gabinete, portero de discoteca, amigo, asesor, conversador y lo que surja. Antes de entrar en los aposentos somete a los interlocutores a un cuestionario previo...para que no turben al líder. La huida genera monstruos y el exilio es aburrido y aislante. Puigdemont hace semanas que no toca el suelo, se mesa sus cabellos y piensa, flota. Leo en «el confi» que en lo que están ahora es en la República virtual de Cataluña. Iba para Star Wars y se ha quedado en los Sims. La república online será el refugio secreto del «onanismo indepe». Pueden completarlo con una versión del RISK por si les da por las conquistas. El problema es la pasta. El personal está harto de cajas de resistencia y otros cepillos así que pretenden sufragar gastos con «objetos de coña» como DNI o pasaportes, solo faltan llaveros e imanes con la cara de Puigdemont, endurecida por su propia cobardía. En su carrera ha transitado por la gloria, el ridículo y la irrelevancia por eso bunkeriza su delirio...y busca inspiración y nombres en los posos del té o en las entrañas de alguna paloma torcaz.