Opinión

No pasa nada

Si creíamos que habíamos visto todo lo que teníamos que ver de la pachorra de Mariano Rajoy, podemos sentarnos en su piedra y comprarnos un buen canasto de palomitas. Vuelve Rajoy al lugar que tantas alegrías le ha dado y que tanto desespera a sus votantes.

Quizá por eso, nadie se esperaba ayer la arremetida del presidente contra Pedro Sánchez y su moción. Pensábamos que la pelota estaba en el tejado de Ciudadanos y que el resto sería decorado. Pero la salida en tromba del presidente del Gobierno tiene una explicación razonable. Quiere dejar solo al PSOE con Podemos y los nacionalistas para así poner de manifiesto que, mientras él gana el futuro con los Presupuestos ya aprobados, otros sólo quieren cargárselo como sea. «Su Gobierno sería inviable pero le da igual», dice el presidente, y así conjura a los que podrían sumarse a esta protesta anticorrupción en versión moción de censura.

Pero la salida de Rajoy tuvo también algo de impostada. Sabe que al PSOE no le quedaba otra que hacerse visible dada su mala coyuntura y, sobre todo, a Pedro Sánchez, ansioso por volver a las alfombras de la Carrera de San Jerónimo.
Por eso el escándalo de Rajoy tenía otro destinatario: Ciudadanos; para que no se sumara a una moción que ya ha tumbado el IBEX 35, y ha disparado la prima de riesgo.

Confirma esta hipótesis la acusación al líder socialista de intentar llegar al Palacio de La Moncloa «como sea y con quien sea» perjudicando el interés de los españoles. A ver quien de Ciudadanos se atreve ahora a apuntarse a este embrollo. Nada les hubiera gustado más pero... han tocado a responsabilidad con sus flautines y han repetido aquello de que slo apoyarán una moción de censura que pueda conducir al país a las urnas.

Pues entonces no pasa nada.