Opinión
El PP y el estado de la autopsia
Ángel Hurtado, José Ricardo de Prada y Julio de Diego, tres magistrados de la Audiencia Nacional, han sacudido el mapa político, solo horas después de que, con la aprobación de los Presupuestos, Rajoy y el PP veían despejada la legislatura. En el PP, alguien ha cometido un error de previsión. Una sentencia difícil para el PP, más o menos dura, era esperada y resulta insólito que haya sorprendido, como parece, a la dirección popular.
Horas después de conocer la sentencia, un alto dirigente del PP, hablaba «del estado de la autopsia» del partido y el pesimismo se imponía. «Esto va a ser muy complicado de levantar», añadía. «Tenemos la sensación de que la calle ya no asume nuestras explicaciones». Rajoy quería contraatacar tras la aprobación de los Presupuestos. Incluso existía una estrategia que preveía establecer barreras en la época de José María Aznar, ahora señalado de ver más que con buenos ojos a Albert Rivera y Ciudadanos, algo que también alcanzaría a Eduardo Zaplana, que algunos creen que habría dado cobertura a los naranjas en Valencia. Rajoy y el PP no han llegado a tiempo a desarrollar esos planes y, además, todo indica que operación que ha llevado a Zaplana a la cárcel huele a «chivatazo de fuego amigo». Todo, cuando Pedro Sánchez y el PSOE, que reviven con la moción de censura, negociaban acuerdos con Rajoy para ser más visibles y orillar a Rivera, que no tenía prisa, pero empieza a tenerla. El chalet de Iglesias y Montero ya está en segundo plano, mientras a Rajoy le recuerdan que Fernando Abril Martorell, al final de UCD, explicaba que había que ceder el poder a quienes «más se parezcan a nosotros» y por eso es esencial quien convoque elecciones. Y a lo mejor no es Rajoy, ¿o sí? Fin de época. El estado de la autopsia
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