Desgobierno

Pedro Sánchez no ha venido para gobernar, sino para ser presidente. Por eso su gobierno responderá a esa primera premisa. Mucho le ha costado llegar y debe favores a aquellos que le ayudaron a regresar a la secretaría general. Por eso la presencia en él de Josep Borrell, José Luis Ábalos, Adriana Lastra, Carmen Calvo o Margarita Robles está garantizada. Con ese mismo argumento, también podrían entrar en el gobierno Óscar Puente, alcalde de Valladolid, y el andaluz Alfonso Gómez de Celis. Completarían el gabinete Cristina Narbona, Patxi López, Andrés Perelló, Odón Elorza y Manuel Escudero. El segundo argumento para elegir ministros responde a lo dicho en las primeras líneas. Sánchez quiere conservar la presidencia del Gobierno y por eso su trabajo fundamental consistirá en recuperar los votos prestados a Podemos y a Ciudadanos. Todo el mundo entiende ahora que quisiera fichar a Manuela Carmena como candidata a la alcaldía madrileña. Y por eso en su gobierno habrá algún guiño más a la izquierda podemita. De la misma forma, intentará recuperar a Cs no sólo los votos catalanes –ahí también estará la incorporación de Meritxell Batet– sino aquel grupo de políticos que se sumó a manifestaciones convocadas por Sociedad Civil Catalana en defensa de la Constitución. Borrell suena ya como ministro de Exteriores, y Francisco Frutos, ex secretario general del Partido Comunista Español, cumpliría con los guiños a la izquierda y con la defensa de la Constitución. Si a ellos sumamos a Ángel Gabilondo como titular de Educación y a Teresa Ribera como responsable de Medio Ambiente, –nombres que ya sonaban ayer– tenemos ya casi el Gobierno que anunciará mañana. Ah, y no se olviden de Susana Sumelzo, Rocío de Frutos, y María Luz Martínez Seijo, aquellas diputadas socialistas que no votaron a Mariano Rajoy. El desgobierno.