Las dos candidatas

Ayer se lanzaron al ruedo del PP las dos candidatas: María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. Dos mujeres a las que separó apenas hora y media de reloj entre el anuncio de la aún secretaria general del partido –en Toledo, rodeada de la Junta directiva de su partido en Castilla-La Mancha– y la ex vicepresienta del Gobierno –por Twitter, primero–, para dejar luego constancia en las fotos ante el Congreso de los Diputados.
El mismo día que Rajoy se reincorporaba a su plaza de registrador en Santa Pola (Alicante), dos mujeres que nunca han ocultado su enfrentamiento ofrecían las primeras declaraciones. Quizá la más contundente fue María Dolores: «Quiero ser la primera mujer que presida el PP y quiero ser la primera mujer que presida el Gobierno de España». Dijo que no se presentaba «contra nadie» aunque se puso chula al decir: «Sé lo que es ganar elecciones» y «he dado la cara y siempre la daré. Me la han partido unas cuantas veces, lo sabéis y seguro que lo volverán a hacer». Y remató: «Me presento para ganar, para ganar y para ganar. Ofrezco victoria, victoria y victoria».
Algo más discreta fue la aparición de la ex vicepresidenta tras su anuncio tuitero. Quizá porque a esas horas el sol caía a plomo sobre la Carrera de san Jerónimo y tampoco había muchos fans alrededor. Dejó claro que su intención era representar «un proyecto abierto y en positivo para la sociedad, escuchando, cooperando e integrando», que es como no decir nada, aunque digas que te presentas.

Pero la clave no va estar en las palabras ni en lo que digan los suyos –los de cada candidato- durante la breve campaña. Los militantes tienen por primera vez la palabra. Y esa será la clave.