Opinión

Amigo Torra

Hace una semana, el President de la Generalitat pronunció un discurso en un festival folklórico que tiene lugar anualmente en Washington. La cultura catalana protagonizaba esta edición junto a la armenia; y Torra, como es ya conocido, aprovechó su intervención, no solo para reclamar la independencia de Cataluña sino para referirse a los dirigentes del procés como «presos políticos»; calificar de «represión» el procedimiento judicial contra ellos; y señalar que los prófugos de la justicia española, como Puigdemont, estaban en el «exilio». La soflama, convenientemente respondida por embajador de España Morenés acabó con el President fuera del festival.

Se fue él, por cierto. Hacía menos de un mes que Pedro Sánchez había definido a Torra como «el Le Pen español» pues le consideraba la primera representación política de la xenofobia y el racismo en España.Pero los tiempos han cambiado tras el apoyo independentista a la moción de censura, y ayer la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, a cinco días de la reunión del próximo lunes entre Pedro Sánchez y Quim Torra, aclaró que el President tiene todo el “derecho” a hablar de la autodeterminación de Catalunya con el jefe del Ejecutivo: «Restablecida la legalidad, el primer paso es recuperar instituciones y diálogo. Ese será el núcleo de la reunión, con reciprocidad y lealtad».

Y ya puesta, la ministra se vino arriba y se comprometió a estudiar los recursos del anterior Gobierno a las leyes que aprobó el Parlament. El mensaje de Batet fue aplaudido por ERC y el PDeCat. Y es que hemos pasado del «xenófobo Le Pen español» al amigo Torra. Siempre he sabido que el poder cambia a los políticos. Lo que no sabía es que ese cambio podía producirse en tan poco tiempo. ¿O no ha cambiado?