Opinión

Y ahora... el mejor

El PP vive su particular «fiesta de la democracia» a decir de Luis de Grandes, que gasta un gran sentido común incluso para los lugares comunes. Los vídeos a favor o en contra de los candidatos harían las delicias de ZP, perdón de «Zapeando». No podrán decir que el PP no tiene sentido del humor. Impagable el cameo de Celia Villalobos en «Cuéntame», ay pablistas, aunque su saga se remonta más allá de los Alcántara, y de una sutil ironía el de «Y ahora, una mujer» que protagoniza una Soraya que está nominada... al Goya.

La ex vicepresidenta ha sorprendido al hacer bandera de las cuotas, si bien las rechazaba, en mi opinión para bien, cuando tenía el poder bien cogido por los cuernos y ella se ataba los machos. Los populares no tienen que elegir entre una mujer y un hombre o una esponja sino al mejor o a la mejora que pueda llevar al partido a lo que de él esperan sus fieles que no son muy de lenguaje inclusivo y esos juegos florales, de las flores del mal. Discutan lo que discutan serán tildados de «fachas» porque la máquina de propaganda de Moncloa es letal a la hora de vender barbaridades con una sonrisa. Todo lo que no sea socialista es ultra menos los indepes que no son ultranacionalistas, sino políticos dialogantes. El PP es hoy una doble interrogante que debe jugar en el futuro de España no en el de los compromisarios que anhelan mantener el sillón de sus huestes, que es lo que parece, cada uno preguntándose «Y tú de quién eres». Todo está abierto. Lo peor es que cierre por componendas, que es una forma de defunción sin saberse muerto como Bruce Willis en «El sexto sentido».