El sainete de Franco

El Ayuntamiento de Ferrol aprobó ayer una resolución negándose a admitir los restos de Francisco Franco. Ante el anunció del presidente del Gobierno de la inminente exhumación de la tumba del Valle de los Caídos, los partidos de izquierdas ferrolanos rechazaron que estos sean trasladados a la tumba que la familia tiene en el cementerio municipal de Catabois.

Hasta hace pocos días ni siquiera sabían en Ferrol de la existencia de esta tumba, pero una vez verificada su titularidad, el alcalde podemita (Podemos, Esquerda Unida y Anova), ha querido pasar a la historia local y junto con el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), PSOE, y la concejal no adscrita Esther Leira, negaron el hipotético traslado, rechazaron un título de propiedad y, de paso, han rozado el disparate.

La familia guarda silencio sobre todo este embrollo, pero lo chusco del asunto es que la tumba de la familia Franco en Ferrol, en la que hay ya enterradas cuatro personas, fue un regalo del propio Ayuntamiento. En 1967, el entonces alcalde firmó un documento en el que hacía entrega del enterramiento «a un hijo ilustrísimo de la ciudad». Pero Jorge Suárez, el actual regirdor, dice ahora que aquel regalo puede ser «revocable» pero, como tampoco lo tiene tan claro, apoyó al BNG en una moción en la que decidieron expropiar el nicho a los Franco. Es decir, revocable pero, por si acaso, expropiable.

Pero el sainete puede ser todavía mayor. Aunque de izquierdas, los ediles son también gallegos, y por eso lo primero que pidieron a los Franco es que se pongan al día de los pagos de impuestos por esa tumba, en concreto, de los cuatro últimos años, desde 2014.

Y ya la guinda. Como en la tumba –una austera sepultura en la que se puede leer «Familia Franco Bahamonde»– está constatada la existencia de restos de cuatro familiares de los Franco, han pedido también a la familia que, o se hacen cargo de ellos o trasladan a una fosa común del cementerio municipal los restos de sus antepasados. ¿Hay quien dé más? Seguro que algo más se les ocurre.