Opinión
Pargo al horno
Doce minutos de retraso. Últimamente todo el mundo llega tarde a los encuentros con Felipe VI. Pero esta vez al menos hubo comida con sus cónyuges, algo que el anterior presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se había saltado los últimos años. El menú fue extraño. Pescado de primero y pescado de segundo. Se ve que la operación bikini no perdona. Lomos de caballa en escabeche con brotes verdes y verduritas de entrada; y pargo al horno con bimi al vapor y cebolleta asada y sorbete de cerezas, de segundo. El vino, blanco: Barón de Chirel verdejo del 2016, de las Bodegas Marqués de Riscal.
Está bien lo de que el Jefe del Estado y el Presidente del Gobierno se encuentren informalmente con sus esposas. Así pueden hablar de más cosas. Y hablaron mucho la Reina y Begoña Gómez, que se estrenaba en un acto oficial como segunda dama.
En esto también acertó el protocolo –no en lo de que ambas hablaran mucho– sino en lo de llegar en coches diferentes. Pedro Sánchez accedió al Palacio de Marivent por el portón principal mientras que su esposa entró por la puerta metálica por donde entran habitualmente los periodistas. Elegante Begoña Gómez, a pesar de llevar los hombros descubiertos. Le quedaba mejor el vestido que a la Reina.
Pero la primera visita de Pedro Sánchez al palacio de Marivent y el despacho de 45 minutos con el Jefe del Estado no tuvo ninguna noticia más, salvo la ya conocida de que los Reyes acudirán la próxima semana a Barcelona y Cambrils para presidir los homenajes a las víctimas de los atentados yihadistas. A diferencia del año pasado, Doña Letizia sí estará presente en esta ocasión.
En la rueda de prensa posterior, el presidente del Gobierno arropó al maltratado Felipe VI por los separatistas y defendió la trayectoria mantenida por el Monarca de tender puentes con Cataluña. Cuando un periodista le preguntó por el Rey Juan Carlos se acabó lo que se daba. El pargo al horno ya no podía esperar más.
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