Opinión

Ministra, queremos vivir

Es un asco morirse. Lo dicen hasta los más creyentes. Es un trago esto de fallecer, cómo le va a gustar a nadie. Camilo José Cela, al que tuve el privilegio de entrevistar, me dijo al respecto que «no debe ser tan difícil, porque todo el mundo lo hace» pero –aparte de su cachonda y genial manía de provocar–estoy segura de que, llegado el trance, tampoco le apeteció. Javier Rocafort ha visto morir a unas cinco mil personas. Es el director médico del centro de cuidados paliativos Laguna. No conozco criterio más avezado que el suyo en esto: «De estos cinco mil pacientes –afirma– sólo uno me ha pedido la muerte». Al parecer, la gente moribunda no quiere morir, quiere vivir. Lo que no quiere es padecer, no desea que le duela. El mismo doctor explica que los cuidados paliativos, al contrario de lo que yo pensaba, están infradesarrollados en España y que unas 250.000 personas mueren malamente. ¿Cómo es posible que cuando aún no ha salido adelante la Ley Nacional de Cuidados Paliativos, el Gobierno de Pedro Sánchez proponga una Ley de Eutanasia? Los países que implementan la muerte asistida acaban invirtiendo progresivamente menos en cuidados paliativos. En España no queremos nada eso. Creo. Al menos por ahora. Será por el sol, los mares o porque nos va la marcha, pero lo que no queremos es sufrir. Nada. Por favor, señora ministra de Sanidad, tenga piedad, que no nos gusta la muerte.