Opinión

Un espejismo

Hoy en especial y estos días en general, una buena parte de los pueblos de España celebran sus fiestas patronales y están llenos de personas, sobre todo niños y jóvenes, bullen de actividad, hay vida y movimiento en sus calles. Pero en la mayoría de los casos eso es un espejismo y puede que los que acudan solo en esta fechas se lleven una imagen equivocada de lo que está sucediendo en esas localidades. Para ver la realidad de nuestros pueblos, deshabitados y con una población envejecida, hay que pasarse por ellos dentro de seis meses, en torno al 14-15 de febrero, el agosto del invierno, salvo que esas fechas coincidan con carnavales, ya que entonces podría haber un cierto jolgorio.

El panorama que se encontrará el visitante será muy diferente al de estas jornadas veraniegas: calles desiertas, ausencia de niños y jóvenes, personas muy mayores en el bar, si es que hay, ausencia de tiendas y servicios básicos, puede que fallos en la telefonía móvil e imposibilidad de conectarse a un internet un poco rápido, simplemente porque no existe. Durante los últimos años se ha logrado situar el fenómeno de la despoblación de la España interior en la agenda y el debate público. El anterior Gobierno del PP creó un comisionado para el reto demográfico, que el Ejecutivo de Sánchez ha mantenido. Ahora solo falta que de una vez por todas se comiencen a adoptar las medidas necesarias para intentar revertir esa tendencia, que no es exclusiva de España, de concentración de la población en las ciudades. A la espera, disfrutemos de lo que hay, las fiestas.